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Por Publicado el: 19/10/2017Categorías: Entrevistas

Andsnes: «Me empeño en descubrir los menores detalles»

 

 

 

Fotos: Sony Classical

 

Leif Ove Andsnes ofrece dos conciertos en España

 

  • Me gusta mostrar distintos colores en mis recitales
  • Por la música española siento gran admiración

 

Sibelius protagoniza el último disco de Leif Ove Andsnes (Karmøy, 1970). Y el mismo compositor se adueña de la primera parte del programa que el pianista noruego ofrecerá en las dos únicas plazas españolas de su gira europea, aperitivo de la que, seguidamente, emprenderá por Norteamérica. El primero de los conciertos (día 23), está incluido en la temporada de la Sociedad Filarmónica de Bilbao;  el segundo, un día más tarde en el Auditorio Nacional de Madrid, dentro del Ciclo Scherzo de Grandes Intérpretes. La oferta se completa con obras de Schubert, Beethoven y Chopin, tres de sus habituales compañeros de travesía, poniendo el contrapunto con el Idyll and Abyss, de Jörg Widmann, que Andsnes incorporaba recientemente a su repertorio.

P. La primera sensación que transmite su grabación de Sibelius es la presencia acuática de Liszt a través del impresionismo de Debussy.
R. Eso es: especialmente en el Impromptu que abre el disco, que recuerda la música de Liszt, pasada a través del tamiz francés. Pero lo cierto es que en el terreno pianístico, son muchos los compositores que influyeron en Sibelius. Algunas piezas, como la Romanza, tienen que ver con Tchaikovsky, mientras que en otras como Kyllikki, se puede percibir al principio la huella de Mussorgsky y en los últimos movimientos, la de Schumann. A veces se puede rastrear incluso signos de Grieg. No sigue una línea única.

P. ¿Eso implica que el Sibelius pianístico admita distintas aproximaciones?
R. Ni más ni menos, lo mismo que sucede con todos los grandes compositores

P. El impromptu que citaba hace pensar si el sonido final está tanto en la partitura sibeliana como en los dedos de Andsnes, sabida su devoción por los compositores citados.

P. Tal vez porque estas piezas precisan para interpretarlas una gran fantasía de sonidos, al no estar escritas con la precisión de la obra de Debussy o Chopin. En este caso, tienes que imaginar colores orquestales y trabajar en esa dirección para definir la línea musical. Algo muy importante, porque a veces, escuchando ciertas grabaciones, te das cuenta de que hay quien se limita a interpretar notas planas. Y eso no funciona a mi entender cuando se trata de hacer música para piano.

P. Dar con el punto de pureza ¿Es siempre su objetivo?
R. Si. Ahora estoy sumergido en mi próximo proyecto discográfico con Sony, centrado en Baladas de Chopin, que grabaré en enero. Mi mayor empeño es descubrir cada uno de los menores detalles con exactitud, tratando de dar con la expresión pura de Chopin.Y creo que me va a resultar mucho más difícil que en el caso de Sibelius, dada su complejidad.

P. En un año en el que dedica tanta actividad a la Filarmónica de Nueva York, las bodas de plata con la de Berlín ¿Las ha celebrado de algún modo especial?
R. Así es, son ya veinticinco los años que hace desde que me senté por primera vez con esa orquesta, y por esa razón, el pasado mes de mayo toqué el cuarto concierto para piano de Rachmaninov con ellos, dirigidos por Andrés Orozco Estrada.

P. Hace siete años, a punto de ser padre primerizo, dijo haberse propuesto reducir sus actuaciones, que parecen seguir siendo muchas, viendo su agenda
R. (Risas). ¿Da esa impresión?. Sin embargo, es cierto que, pensando en la familia, que no hace mucho aumentó con mellizos, últimamente he viajado un poco menos. Esa es la principal causa que me ha llevado a reducir la duración de aquellas grandes giras.

P. Y esa sería la siguiente duda a resolver, porque en aquella conversación aseguraba que los cien conciertos que entonces se anotaba debería reducirlos como mucho a setenta. ¿Por dónde van las cosas?
R. No puedo negar que todavía están por encima de esa cifra. Diría que estoy en torno a los 75 por comparación con los 110 a los que llegué. Dejémoslo en que ahora estoy entre 75 y 80. Aun así, considero que sigo tocando demasiado

P. En su primera visita a se ciclo de Scherzo, incluía una obra de Kurtag; ahora es Widmann quien centra el programa. ¿Le motivan los contrastes?.
R. A veces lo hago. Me gusta mostrar distintos colores en mis recitales. En otras ocasiones puedo recurrir también a música de Bach para crear atmósferas diversas.

P. ¿La obra de Widmann, está escrita para usted?
R. No. Pero cuando la escuché hace un par de años me pareció una composición muy emocionante, y ahora la he incluído en mi oferta y disfruto mucho cada vez que la interpreto.

P. Después de acostumbrarnos a una presencia continuada en Grandes Pianistas, esta vez nos había abandonado seis años
R. Pido humildemente perdón. ¡No sabe cuanto lo siento! (Más risas)

P. ¿Tiene planes para un próximo futuro en España?
R. Lo más inmediato son estos dos conciertos en Bilbao y Madrid, y a corto plazo tengo pendiente regresar a Barcelona invitado por la Sinfónica, con ese cuarto concierto de Rachmaninov que toqué en Berlín y que, aunque apenas se interpreta, se ha convertido en habitual para mí en los últimos tiempos.

P. ¿Queda pendiente el deseo manifestado de venir con algún cantante?.
R. Claro que sí. Y puede que por fin llegue el momento, en un proyecto que tengo en marcha con Matthias Goerne, Nos reunimos de vez en cuando para hacer música, y tal vez pronto estaremos en España.

Leif Ove Andnens

P. Siguiendo con España. Al detectar ese punto nacionalista en Sibelius, y habida cuenta que en alguna ocasión ha interpretado a Granados ¿cabe la posibilidad de que un día se fije en algún otro compositor español. ¿Albéniz? ¿Falla, por la relación con su Debussy?
R. No lo sé, por qué nunca he acometido su obra. Hablamos de una música por la que siento una gran admiración, pero que no la siento tan cercana a mí como para interpretarla. No será una explicación convincente, pero me ocurre algo similar con otros compositores, como Ravel, que prácticamente no he tocado nunca, Scriabin, Messiaen… y unos cuantos más, siguiendo una especie de intuición que me lo dice que no lo haga. Puede que esté equivocado, y que no debiera hacer caso, pero bueno… Por otra parte, aunque es verdad la importancia de la influencia que en mí ejerce Debussy, en lo referente a la música española, no se… Además, escuchándola a otros pianistas que lo hacen tan bien, pienso en todo el tiempo y el esfuerzo que supone enfrentarse a obras como Iberia, y me imagino que tal vez eso no es para mí. Que no cuadra con mi temperamento y mis aptitudes.

Juan Antonio Llorente

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