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Por Publicado el: 18/01/2018Categorías: Noticias

Barenboim nos habla y sorprende con Debussy

Barenboim nos habla y sorprende con Debussy

Daniel Barenboim, de gira por España con un programa dedicado a Debussy, ha presentado a los medios de comunicación su nuevo álbum, «Debussy» (Deutsche Grammophon/Universal), un homenaje al compositor francés en el 100º aniversario de su muerte. El disco reúne algunas de las obras más significativas para piano solo de uno de los compositores más fascinantes y revolucionarios del siglo XX. Editado por el sello DG, el disco contiene el primer libro de Preludios, grabado en 1998, junto a una selección de obras emblemáticas de Debussy grabadas en 2017.

¿Por qué Debussy ahora? En 2018 se celebra el centenario de su fallecimiento, y Barenboim va a dedicarle gran parte de su atención durante todo el año, tanto en solitario como al frente de diversas orquestas. «Debussy alteró enormemente el curso de la historia de la música europea, acuñando un lenguaje musical y una concepción de los timbres enteramente nuevos». Como explicaba Béla Bartók en una entrevista en 1939: «Debussy enseñó a los músicos a valorar de nuevo la sonoridad». Para el maestro argentino, lo más interesante de Debussy no es que se escuchen ecos chopinianos en su música, u homenajes a Bach o a Schumann, sino el camino nuevo hacia dónde va con esa nueva música.

Duda Barenboim sobre la pertinencia de la etiqueta de «impresionista» que acompaña casi siempre a Debussy. El argentino preferiría la de «simbolista», atendiendo a la influencia de Baudelaire y Mallarmé tuvieron sobre el compositor. Barenboim resalta que el punto de partida compositivo  de Debussy es muy sencillo y fácil de aprehender, pero el tratamiento rítmico y armónico de los elementos confiere máxima sofisticación a su música, hasta llegar a crear su propio mundo autónomo.

En el disco «Debussy», la parte grabada en 2017 fue interpretada por Barenboim en el piano que el maestro argentino se hizo construir hace un par de años, instrumento cuya principal característica es tener las cuerdas rectas y paralelas en lugar de diagonales. Preguntado sobre el tema, el pianista aclara que él no advierte una diferencia entre los dos pianos con los que el disco ha sido grabado. Su nuevo piano es de sonido limpio y transparente, pero ese detalle no es obstáculo para recrear la bruma y la oscuridad de la música de Debussy, porque el  pianista tiene la obligación de conseguir la expresividad y el sentimiento en cualquier instrumento.

Algo que, en la actualidad, no resulta tan sencillo de encontrar en los jóvenes ejecutantes (palabra que Barenboim prefiere a la de intérprete), porque la educación musical, como la educación en general en la sociedad actual, va perdiendo de vista  el objetivo que debe guiar su sentido: «Mediante la educación el ser humano puede discriminar la información, y pensar por sí mismo». El músico argentino ve con preocupación cómo la carrera de muchos músicos jóvenes se guía más por la cantidad de «likes» en sus redes sociales que por el esfuerzo artístico. «Muchos músicos jóvenes saben leer las notas de una partitura, pero no saben leer la partitura de verdad», cuando realmente el músico siempre debe tener: «…una responsabilidad hacia esas manchas negras sobre el papel que han sido escritas por otro». Esta reflexión es la que ha llevado a Barenboim a incluir en el temario de la Barenboim-Said Akademie en Berlín, además de las asignaturas musicales, clases de filosofía, para que los jóvenes artistas aprendan a pensar. Blanca Gutiérrez Cardona

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