El “Septenio” canario
Canarias está que arde –no sólo La Palma- pues la consejera de cultura del cabildo, militante en Coalición Canaria, quiere dar la vuelta al mundo musical local. En Canarias ha habido cambios notables en la relación de poderes. El gran factotum Guillermo García Alcalde parece haber perdido influencias al dejar de ser consejero delegado de todo el grupo Prensa Ibérica. Tampoco le ayuda que en Canarias gobierne el PP con el apoyo de Coalición Canaria quien, por cierto, en Madrid apoya al PSOE. Jerónimo Saavedra, aunque sin un duro en el ayuntamiento de Las Palmas, intenta hace valer su peso y Gonzalo Angulo vuelve con renovadas fuerzas. El lío de siempre.
Coalición Canaria quiere cambiar el Festival de Música de Canarias y para ello ha hecho la vida imposible a su director, Juan Mendoza, hasta obligarle a dimitir. La última vuelta de tuerca fue que tuviese que prescindir de su secretaria. También se le informó de que sólo contaría con un millón de euros para la próxima edición en vez de los casi seis habituales. Total que se fue y en su lugar ha llegado Candelaria Rodríguez Afonso, a raíz de lo cual el presupuesto se ha quedado en una cifra intermedia de unos cuatro millones. Algunos gerentes de orquestas invitadas podrían contar las presiones que han recibido para cancelar sus actuaciones sin pedir nada a cambio y de qué alto cargo han surgido.
En cambio se ha dotado de una importante financiación –unos cinco millones- a lo que se denomina “Septenio”. En su programación figura, nada más y nada menos, como plato fuerte, que una gira de la famosísima (¿?) Sinfonieta de París. Algunos temen que la manifestación pudiese acabar siendo una tapadera por donde obtener fondos y brindar favores a los próximos e incluso algunos periodistas ya podrían haber sido agraciados. Naturalmente el diario “La Provincia” de García Alcalde no tardó en publicar en titulares “Nace el escándalo Septenio” (Ver sección “Revista de Prensa y última hora”, “Enlaces”).
Ya ven que, en plena crisis, el panorama de la música no es nada alentador: supuesta malversación en el Palau de la Música de Barcelona, despropósitos artísticos y presupuestarios en instituciones de la máxima relevancia, manifestaciones inventadas sin objetivo alguno, comentaristas que escriben sólo para alabar a los amigos y apagar a los que no lo son…. ¿No les quedan ganas de emigrar?
Beckmesser