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Por Publicado el: 17/12/2008Categorías: En la prensa

Ha fallecido Harold Gramatges

Ayer, martes 16 de diciembre, en La Habana, falleció compositor cubano Harold Gramatges Leyte-Vidal, primer ganador del Premio Iberoamericano de la Música Tomás Luis de Victoria 1996 y uno de los más grandes músicos del siglo XX Ingresó en la SGAE el 28 de diciembre de 1996, con el número de socio 57.328.

Profesor incansable e insustituible, hombre de gran sabiduría y vastos conocimientos y uno de los más importantes representantes de la creación cubana del pasado siglo, fue Maestro con mayúscula de más de cinco generaciones de músicos hasta sus últimos días de vida.

Nacido en Santiago de Cuba en 1918, desde muy joven se le consideró un intérprete de piano con brillantes perspectivas y dotado de un enorme talento para la composición. Fue alumno del violinista y compositor cubano Amadeo Roldán hasta su muerte, en 1939, y, posteriormente, del profesor catalán radicado en La Habana José Ardévol quien, poco proclive a elogios inmerecidos, escribió en 1945 sobre Gramatges en una revista de música: “…el extraño caso de que un compositor haya alcanzado tal grado de madurez con solo cinco años de dedicarse a la composición”. Un año después, el novelista, ensayista e investigador musical Alejo Carpentier, Premio Cervantes de Literatura, ratificó en la primera edición de su libro “La música en Cuba” (1946): “es uno de los músicos más sólidos y conscientes que haya producido la música cubana contemporánea. Su oficio es de una aplastante seguridad”.

Fundador e integrante del Grupo Renovación Musical -en el que participó no sólo como compositor, sino también como ensayista, crítico y conferenciante- obtuvo en 1942 una beca patrocinada por el Berkshire Music Center, en Estados Unidos, y viajó a Tanglewood, en donde estudió Composición con Aaron Copland y Dirección de orquesta con Serge Koussevitzky. Durante su estancia conoció e inició una gran amistad con otros relevantes creadores iberoamericanos de la talla de Blas Galindo, Pablo Moncayo, Alberto Ginastera, Juan Orrego Salas, Hector Tosar, José Serebrier, Antonio Estévez y Héctor Campos Parsi, así como con los estadounidenses Leonard Bernstein y Lucas Fox, todos condiscípulos suyos.

En 1943 compuso el ballet Icaro, sobre libro de Serge Lifar, a solicitud de su compatriota, la legendaria bailarina Alicia Alonso, que lo estrenó al año siguiente como protagonista. Bajo la conducción de su maestro Ardévol con la Orquesta de Cámara de La Habana, Gramatges estuvo al piano.

Con motivo de su reciente 90º aniversario, el pasado 26 de septiembre, recibió varios homenajes en La Habana, entre ellos el de la SGAE, que ha publicado a través del Sello Autor algunos discos con su obra instrumental, vocal y coral. Precisamente, en este 2008, la Editorial de Música Española Contemporánea (EMEC) publicó un espléndido álbum con sus obras para piano.

Cientos de sus alumnos y muchas personalidades y amigos en diferentes países han expresado su profundo dolor por la gran pérdida para el universo musical que ha supuesto el fallecimiento del Maestro Gramatges.

Algunos datos biográficos y profesionales de Harold Gramatges

Gran pianista en su juventud, excelente compositor y extraordinario pedagogo, su catálogo incluye más de un centenar de obras relevantes para los más diversos recursos sonoros, desde la antológica Tres Preludios a modo de Toccata, una de las más importantes composiciones de la pianística cubana de la segunda mitad del siglo XX; la Serenata para cuerdas (una de las más interpretadas, difundidas y admiradas a nivel internacional); Sinfonietta para orquesta sinfónica; In memoriam para orquesta; y Para La Dama Duende”(Concierto para guitarra y orquesta), por citar algunas de las más relevantes.

Gramatges compuso, además, una amplia lista de música vocal, coral, de cámara, incidental para teatro y para el cine. Su Sinfonía en Mi le valió en 1944 el Premio Reichold del Caribe y América Central, convocado por la Sinfónica de Detroit. En 1950 obtuvo con su Quinteto el Premio Nacional de Música de Cámara y en 1977 su Móvil III para flauta y piano alcanzó el Premio Especial en el Festival Interpodium, de Bratislava. Su obra Como el caudal de la fuente fue incluida entre las piezas obligatorias del Concurso Internacional de Guitarra de Radio Francia y también en 1983, en el Concurso Internacional de Guitarra Manuel M. Ponce de México. Muchas de sus composiciones han sido editadas en Cuba, Estados Unidos, Francia, Italia y España, entre otros países.

Durante la década de 1950 fue presidente-fundador de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, de Cuba, desde donde mostró sus grandes capacidades de organizador y aglutinador de voluntades, propiciando la organización de múltiples actividades musicales, en las que se sucedieron estrenos de muchas obras de sus colegas cubanos, conciertos de intérpretes, conferencias sobre música contemporánea, audiciones comentadas, edición de partituras, publicación de folletos, cuadernos y revistas sobre música para los que escribió numerosas páginas. En su labor como promotor de la cultura cubana extendió su brazo no solo a la música, sino también al cine, el teatro y la literatura; a la vez que dirigió distintas orquestas de cámara e impartió clases en las universidades cubanas y especialmente en el ya mítico Conservatorio Municipal de La Habana, centro neurálgico de la cultura musical de entonces, por el que pasaron los más importantes músicos de la historia musical cubana contemporánea.

A partir de 1959 ocupó diferentes cargos culturales, especialmente relacionados con la reforma del sistema de enseñanza de la música del país, y en la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional. Organizó conciertos de música cubana, en los que tomó parte como director y pianista. De 1961 a 1964 fue designado embajador de Cuba en Francia, aunque sus múltiples responsabilidades diplomáticas no le impidieron continuar su catálogo.

También fue fundador de la prestigiosa institución Casa de Las Américas, de La Habana, y de su Departamento de Música; hasta el pasado año fue presidente de la Asociación de Músicos de la UNEAC (Asociación Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), de la que también fue uno de sus fundadores.

Ostentó el cargo de vicepresidente del Comité Cubano del Consejo Internacional de la Música desde 1987 y fue miembro de número del Colegio Latinoamericano de Compositores de Música de Arte hasta su fallecimiento. Numerosos gobiernos e instituciones culturales le han concedido incontables medallas y condecoraciones. Distinguido como Profesor Honoris Causa por la universidad cubana de las artes, fue profesor titular de Composición y Audiciones Analíticas en la Facultad de Música del Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, hasta fechas muy recientes.

Por su obra artística ha sido merecedor de los más altos reconocimientos en su país y en el extranjero. Fue elegido Miembro de Honor del desaparecido Consejo Iberoamericano de la Música (CIMUS) en Madrid, en 1994, y dos años después fue galardonado con el Premio Iberoamericano de la Música ‘Tomás Luis de Victoria’ 1996, que concede la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Desde entonces alcanzó la cima de su reconocimiento internacional, siendo objeto de múltiples homenajes en diferentes países.
SGAE. Madrid, a 17 de diciembre de 2008

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