XIII Ciclo de Lied
Keenlyside, caballo desbocado
Obras de Brahms, Rimski-Korsakov, Rachmaninov, Strauss, Poulenc, Debussy y Ravel. Simon Keenlyside, barítono y J.Drake, piano. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 22 de enero
Simon Keenlyside había dejado muy buen recuerdo de su paso por el Real como Pelleas y había expectación por saber si en un recital de lied alcanzaría aquel mismo nivel. La respuesta es que no, pero casi.
Lo mejor es la voz, amplia en volumen, homogénea por abajo y por arriba. He aquí un barítono con graves y agudos, lo que cada día es más difícil hallar, aunque hayamos escuchado timbres más cálidos. Posee una buena presencia en el escenario, pero su nerviosismo perjudica la serenidad de algunas interpretaciones. Lo menos bueno es el estilo, porque los lieder de Brahms o Strauss no pueden cantarse como si fuesen una ocasión para mostrar recursos vocales, porque no lo son. Algunas piezas, escritas para soprano, suenan un tanto extrañas limadas de delicadeza en la cuerda de barítono.
Estuvo mucho más centrado en estilo en la parte rusa de Rimski-Korsakov y Rachmaninov, pero sobre todo en el repertorio francés, con magníficas dicciones de las canciones “Don Quijote a Dulcinea” de Ravel. Las propinas de Schubert alcanzaron también muy buen nivel, pues aportaron los sonidos de las tabernas en las que muchas nacieron. Acompañó con discreción Julius Drake este recital del que se salió satisfecho tras escuchar un barítono de verdad. Gonzalo ALONSO