El Palau de les Arts gozará de un año más de vida tras el cual, si no se recibe una mayor aportación económica del Estado, podría cerrarse.

La espantada de Zubin Mehta ha traído consecuencias. La Reina Sofía pidió expresamente al presidente Fabra que se ayudara al Palau de les Arts y que la salida del maestro se efectuase con corrección. Así ha sido: se le han abonado todos los honorarios que se le debían. Fabra ha dado instrucciónes a la consejería de cultura a fin de que se le facilite el trabajo a la intendente. Mehta cobró pero no se fue contento: no pudo dirigir la «Tetralogía» en el año Wagner ni contar con Anja Harteros para los «Cuatro últimos lieder» de Strauss en su último concierto por falta de presupuesto. También deseó dirigir «Don Carlo» la temporada próxima, pero….

En el ánimo de todos se encuentra aprobar un presupuesto suficiente para poder llevar a cabo la temporada próxima, de la que en estos momentos apenas hay contratos. Se pretenden cubrir las plazas vacantes de la mejor orquesta de España, a punto de deshacerse tras la marcha de Mehta y el ERE que reducirá el sueldo de los músicos.  Así mismo será la intendente quien intente solucionar la próxima titularidad de la orquesta, buscando un director de talla internacional con tres años de contrato. Se barajan un par de nombres importantes, pero la tarea no es fácil ya que la situaciçon económica del Palau no resulta atractiva para ninguno de ellos. Obviamente no se quiere caer en el error de un Wellber 2. En caso de no poderse llegar a un acuerdo con un nombre importante, quedaría abierta la opción valenciana. esa es la que María José Catalá deseaba y la que pide el diputado de UPyD Tony Cantó. ¿Se imaginan que lo mismo se pidiese para Coruña, Bilbao, Barcelona, Madrid, etc? Todo en manos de personal local. Estamos enloqueciendo.

La Generalitat, al mismo tiempo que pide una financiación más amplia a la administración central, debería realizar un esfuerzo con las empresas próximas, tal y como se hace en el Liceo o Real, para que los patrocinios vuelvan a tener la relevancia que tuvieron.

Al parecer Helga Schmidt deseaba abandonar también la nave, pero se la habría convencido para que se mantuviese al frente hasta final de la temporada próxima. Entonces pasarían las elecciones y el futuro del Palau estaría más claro… o más negro.