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Por Publicado el: 25/11/2017Categorías: Sin categoría

Pasodoble convertido en dramón: los dos repartos

Temporada de la Zarzuela
Pasodoble convertido en dramón
“El Gato Montés” de Penella. Nicola Beller Carbone, Milagros Martín, Itxaro Mentxaka, Juan Jesús Rodríguez, Andeka Gorrotxategi, Miguel Sola, Gerardo Bullón. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de La Zarzuela. José Carlos Plaza, dirección de escena. Ramón Tebar, dirección musical. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 23 de noviembre de 2017.

Sólo cinco separan esta producción de José Carlos Plaza desde su estreno en el mismo teatro a su reposición, sin duda alentada por la popularidad de la obra y la calidad de la producción. Plaza sabe combinar admirablemente los tópicos españoles con la elegancia y la eficacia dramática para crear un espectáculo de primera categoría. La belleza es inherente a todos los cuadros, con un predominio absoluto de las tonalidades oscuras, pero hay algunos en los que las composiciones de grupo resultan especialmente admirables y efectivas. Aquí también encaja con precisión la coreografía de Cristina Hoyos, con magníficos detalles en las expresiones de brazos y manos reflejando el dolor. El modo inspirado en que resuelve toda la escena de la corrida resulta ejemplar, con los muros de la plaza en negro machados por el rojo de la sangre y los diversos tercios simulados con sutileza a través de un portón, una capa, una pica y unas banderillas.

La obra de Penella tiene sus cosas –“¡Maresita, aquí está la única verdad de la vida”- y, entre otras, un final larguísimo que Plaza logra llevar sin que apenas decaiga la tensión. Queda como lo que es: un director de raza. La obra podría pesar con otra puesta en escena. Ramón Tebar mantiene orden, concierto y pulso en todo momento, con orquesta y coro a buen nivel, sonando con muchos decibelios a los que afortunadamente los cantantes responden. Debe valer mucho para ser capaz de ensayar y comandar este “Gato” hasta el día 2, volando a la vez al otro lado del Atlántico para una “Butterfly” y preparando la apertura del Palau de les Arts el dia 9 con “Don Carlo”. Esperemos que no se cumpla en Valencia aquello de “Quién mucho abarca…”.

El reparto funciona, encabezado por dos voces de gran poder sonoro, como son las de Andeka Gorrotxategui, que ya intervino en 2012, y la de Juan Jesús Rodríguez. La del barítono de Cartaya es un lujo, más cuando poco a poco va perdiendo su pasada tendencia a lucirla más de lo conveniente a cambio del matiz. Nicola Beller Carbone no tiene fácil cantar junto a tal poderío y en ocasiones fuerza, pero aporta otro condimento, el de artista que interpreta. Milagros Martín, Itxaro Mentxaka, Miguel Sola, Gerardo Bullón completan el cuidadísimo reparto. Por cierto, merecerá la pena escuchar el llamado “segundo reparto” con Cesar San Martín, Alejandro Roy y una Carmen Solís a quien desearíamos poder escuchar con más frecuencia. Una acertada reposición. Gonzalo Alonso

Segundo reparto

Teatro de Zarzuela de Madrid. 24 Noviembre 2017.

Se trata del segundo de los repartos programados, cuyo resultado ha sido bueno, muy en línea con el primer reparto del día anterior.

Nada hay que añadir a lo dicho ayer sobre la producción de José Carlos Plaza.  En cuanto a la dirección musical de Ramón Tebar, su lectura ha estado muy en línea con la del día anterior, mejorando la prestación de la Orquesta de la Comunidad de Madrid en la última escena de la ópera.

El nuevo Juanillo, el bandolero Gato Montés, fue interpretado por el barítono César San Martín, que posiblemente ha ofrecido la mejor actuación que le recuerdo hasta ahora. Siempre me ha parecido un cantante prometedor y solvente y esta vez lo ha demostrado plenamente. De hecho, no me ha parecido para nada inferior a Juan Jesús Rodríguez en el primer reparto, aunque su voz tiende a clarear un tanto en la nota altas. Convincente también la Soleá de la soprano Carmen Solís, vocalmente más adecuada para el personaje que Nicola Beller Carbone en el primer reparto. La voz tiene más anchura que la de ésta y su interpretación fue destacada en todos los sentidos. Es una pena que su instrumento pierde calidad en las notas altas. Rafael, el Macareno, fue interpretado por el tenor asturiano Alejandro Roy, de voz ancha y bien timbrada, adecuado a las características del personaje. Como cantante queda por debajo de Andeka Gorratxategi, ya que su canto es más monótono que el del vasco. Repetían actuación todos los intérpretes de los personajes secundarios, todos ellos muy adecuados tanto vocal como escénicamente.

El Teatro de la Zarzuela ofrecía una ocupación de alrededor del 90 %, que pasaba del 95 % en las localidades con visibilidad plena. El público se mostró muy cálido con los artistas durante y al final de la representación, no faltando bravos para los 3 protagonistas principales. La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 24 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 1 hora y 59 minutos. Seis minutos de aplausos. El precio de la localidad más era de 44 euros, costando 20 euros la más barata con visibilidad plena. José M. Irurzun

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