Como recogimos en esta web, ya Norman Lebrecht advertía sobre motivaciones inconfesables en el inesperado Festival Plácido Domingo que su agencia IMG ha montado en Sevilla y Málaga en estos días de fines de octubre. Y las dudas se acrecientan tras la presentación oficial de dicho Festival el lunes pasado aprovechando la rueda de prensa en el Teatro de la Maestranza de la ópera «Thaïs», en la que canta el propio Domingo. Para empezar, chirría que se vendan como parte del Festival las representaciones de la mencionada ópera, programadas y costeadas por el Maestranza antes de que el festival naciese, así como los dos conciertos de abono de la Sinfónica de Sevilla con Ivo Pogorelich como solista, también programados y anunciados hace ya varios meses. Pero hay más, porque en la rueda de prensa del lunes se pudo ver la cara de asombro y extrañeza del Domingo cuando la responsable de prensa del festival anunció que las entradas para los conciertos en el Alcázar de Sevilla (escasamente 250 localidades) no salían a la venta, sino que se trataban de invitaciones a cambio de una aportación altruista al Banco de Alimentos de Sevilla.

«Entonces, ¿no se cobra por los conciertos en Sevilla? Es la primera noticia que tengo», dijo Domingo. Unos minutos más tarde se excusó argumentando que como el Alcázar es Patrimonio de la Humanidad no se podían cobrar las entradas, pero la verdad es que para visitar dicho monumento hay que pagar, que todos los veranos desde hace 13 años se organiza un ciclo de conciertos de pago en el Alcázar y que cualquiera que quiera organizar un acto en dicho palacio no tiene más que abonar la tasa municipal correspondiente y santas pascuas. Ante lo cual cabe preguntarse. ¿qué motivos hay detrás de esta «altruista» oferta musical (Zuckermann, Danielle de Niese, Ángel Romero,, etc. todos de la IMG, por cierto), si los resultados económicos van a ser negativos?