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Por Publicado el: 19/02/2018Categorías: En vivo

Crítica de “La Tempestad” en el Teatro de la Zarzuela

Crítica de “La Tempestad” en el Teatro de la Zarzuela

Tras la tempestad llega la calma

«La Tempestad» de Chapí. Juan Echanove, Ketevan Kemoklidze, Carlos Álvarez, José Bros, Mariola Cantarero, Alejandro López, Carlos Cosías, etc. Orquesta de la Comunidad de Madrid y Coro del Teatro de la Zarzuela.  Guillermo García Calvo, dirección musical. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 18 de febrero de 2018

Gonzalo Alonso

Tras la tempestad que levantó “Maruxa” en el Teatro de la Zarzuela ha llegado a él la calma y el éxito claro con el título de Chapí. “La Tempestad” vio la luz en el Teatro de la Zarzuela en 1882 y la perdió en 1927. A Chapí y Ramos Carrión se les ocurrió escribir una obra que se salía de lo habitualmente considerado como “zarzuela” para casi convertirse en una ópera. De hecho hay en ella muchos momentos, especialmente los numerosos, extensos y brillantes concertantes, que recuerdan a Donizetti. Si se quiere, incluso un poco al primer Verdi. Puccini, siete años más tarde, recurriría también a un narrador en su “Le Villi”. El texto hablado de “La Tempestad” ha sido reelaborado por Alberto Conejero, con muy buen criterio y pleno acierto en su realización, eliminándose las partes habladas originales e introduciendo como narrador a un pescador. Juan Echanove le saca todo su jugo y en el recitado final se lleva el gato al agua, con una maestría digna de los grandes de la historia.

Baza fundamental es también la dirección musical de Guillermo García Calvo, muy matizada, cuidando y equilibrando el sonido de la orquesta y coro con detalles que no son fáciles de lograr en unos pocos ensayos.

Da gusto escuchar la voz poderosa, timbrada de auténtico barítono, de Carlos Álvarez, perfecto en la evolución psicológica del maligno personaje desde el monólogo inicial a sus temores finales, pasando por el popular “Dindon”. También la valentía, arrojo y entrega de José Bros, siempre maestro en el fraseo y el detalle, en un papel cuya elevada tesitura no le es cómoda, que inicialmente debería haber abordado Celso Albelo. Una sorpresa agradabilísima la habilidad de Carlos Cosías, como Mateo, para el género cómico, cantando su parte clave con gracia y refinamiento canoro. Mariola Cantarero mostró un registro agudo fácil en el que es capaz de filar y Ketevan Kemoklidze lució temperamento y una voz de interés. Alejandro López presentó un juez competente.

El público mostró su entusiasmo en muchos momentos de las obra, tras arias, dúos, tercetos y los citados concertantes con larguísimas ovaciones, pero la tempestad de aplausos no ahogó a nadie. El Teatro de la Zarzuela ha hecho muy bien en recuperar esta interesantísima partitura tras noventa años de silencio, , siendo fiel a su labor fundamental en la preservación, estudio y recuperación de nuestro patrimonio lírico. ¡Enhorabuena!

Descargar aquí la conferencia de Emilio Casares

Un comentario

  1. Elías 19/02/2018 a las 16:15 - Responder

    Excelente crítica, con la cual coincido en todos sus términos
    De todos cuantos visitamos este portal web, creo que muy pocos seremos quienes hemos tenido la suerte de haber presenciado alguna representación de La tempestad.
    Me encuentro entre ellos. Fue en 1995 un 25 de noviembre, en Villena, la patrica chica del mismísimo Ruperto Chapí.
    Aquella noche -la función comenzó sobre las 23 horas- hubo tormenta de verdad. La representación se ofreció en el Pabellón Deportivo Cubierto Municipal. Hubo rayos de los que en ocasiones parecía que amanecía, truenos por doquier y una lluvia incesante. Se produjo hasta un corte de fluido eléctrico, que propició un paro de casi una hora. Entre unas cosas y otras salimos del reciinto sobre las 4 de la madrugada.
    Muy elogiable la profesionalidad y entrega de todos quienes sobre el escenario sacaron adelante obra tan difícil, y tan bella, al mismo tiempo. Algunos meses antes la pude disfrutar en el Teatro Principal de Alicante, como ayer en Madrid, en versión de concierto, pero en aquella ocasión sin narrador que nos permitiera seguir la trama, y sin programa de mano, tan útil como el que esta vez ha editado el Teatro de la Zarzuela, y ha distribuido gratuitamente.
    Si alguien está interesado en conocer más detalles de estas representaciones de 1995 puede consultar el diario online Valle de Elda, blogs, música y zarzuela.
    Saludos. Elías.

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