Triste y dolorosa despedida a Joaquín Soriano, por Rosa Torres-Pardo
Triste y dolorosa despedida a Joaquín Soriano, por Rosa Torres-Pardo
Despedir a un amigo es siempre triste pero aún es más doloroso cuando quien se va no solo es un gran artista, sino también un gran maestro, una persona generosa para quienes fuimos sus alumnos, que nos abrió las puertas de su casa y nos hizo sentir como parte de su familia.

Joaquin Soriano con Rosa Torres-Pardo
Joaquín Soriano volvió de París para entrar como catedrático en el Conservatorio Superior de música de Madrid en los años 70 . Supuso un soplo de aire fresco para una ciudad que aún lucía en blanco y negro.
Joven, guapo, cosmopolita, elegante y artista, y con un sentido del humor muy único, fue toda una revolución en las aulas del conservatorio.
En su haber traía premios internacionales de piano como el Viotti de Italia, el Jaén, o el Casella de Nápoles y había estudiado con Vlado Perlemuter en París y con Alfred Brendel en Viena.
Cuando tocaba en el Teatro Real , edificio que entonces tenía dentro el conservatorio, teníamos el privilegio de acceder a la zona del paraíso del teatro y escucharle y admirarle emocionados. Pero cuando tocaba hacer descanso de las clases, íbamos con el al bar Savol a tomar un café y un pincho de tortilla y teníamos la ocasión de conocerle mejor escuchándole contar historias y anécdotas. 
Joaquín fue generoso con todos. La primera vez que fuimos a su casa tras los exámenes de fin de curso, canté para todos una canción francesa. Desde aquel día Joaquín me invitó incontables veces para que me escucharan sus amigos en sus reuniones. Mina fue también una de nuestras más cantadas y preferidas artistas. Le escuché decir tantas veces “!Rosa, canta!” que lo voy a echar de menos siempre.
Anécdotas aparte, Joaquín Soriano supuso para todos los que trabajamos con él un empujón hacia el mundo contemporáneo del gran pianismo.
Ha sido un hombre extraordinario en todos los sentidos.
Hoy su luz se ha apagado pero seguirá encendida en los que deja aquí, que son escuela y que hemos tenido la suerte de conocerle, admirarle y quererle .


























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