Una estrella del Met desafía a Peter Gelb al decidir actuar en Moscú
Con Zelensky a punto ya de capitular, la guerra de Ucrania parece tener los días contados. Y con ella, los conflictos paralelos que se han suscitado desde sus inicios, como los que han enturbiado el normal desarrollo de la actividad musical. Mientras tanto, una estrella del Met, Lawrence Brownlee, el tenor norteamericano, ha decidido romper el bloqueo comercial impuesto a Rusia y actuar en Moscú, en uno de los espacios que dependen de Vladimir Putin.

El tenor ha desafiado abiertamente a Peter Gelb en su cruzada contra Putin
A la espera de los términos de la próxima rendición ucraniana, algunas de las medidas contra Rusia van a quedar congeladas, si no oficialmente, al menos “de facto”. O eso parece. Lawrence Brownlee, el tenor titular del Metropolitan de Nueva York para el belcanto (allí estrenará en diciembre la nueva producción de I Puritani de Bellini, con Lisette Oropesa), ha decidido obviar las restricciones comerciales que su país mantiene contra el gobernado por Vladimir Putin para actuar allí.
Brownlee ha querido aceptar la invitación para inaugurar la temporada de la Zaryadye Hall, un auditorio dependiente del ministerio de Cultura de la ciudad de Moscú, con un recital que ofrecerá el próximo 8 de de septiembre. El tenor, que cantará arias de Rossini y Donizetti, ha emitido un comunicado para explicar una decisión que, seguramente, va a molestar, y mucho, a Peter Gelb, el director del Met, que mantiene una suerte de cruzada personal contra Putin (su esposa, Keri Lynn Wilson, dirige una orquesta de músicos ucranianos)
En su misiva, que han publicado varios medios, Brownlee señala:
“Como artista, creo que mi arte es la manera más poderosa de crear un cambio positivo en el mundo. Mi decisión de cantar en Rusia no es en modo alguno un respaldo a las políticas de su gobierno actual, tal como mi decisión de continuar cantando en EE UU no es un respaldo a nuestro gobierno vigente. Para mí, el mayor poder de la música es que puede elevarnos sobre la retórica divisiva de la política actual, y nos recuerda lo que verdaderamente nos une en nuestra experiencia humana compartida. No soy un peón, -y nunca me convertiré en uno- donde quiera que vaya, voy como un artista, con el objetivo de unir a la gente y esparcir alegría y paz a través de la música”.
Peter Gelb, el “jefe” de Brownlee en el Met, se ha pasado parte del verano arremetiendo en distintos medios contra la soprano Anna Netrebko por su aparente apoyo explícito a las políticas de Putin, y no ha ahorrado críticas a aquellos que contratan a la soprano más famosa del momento fuera de Rusia (como la ROH de Londres o el Teatro Real de Madrid, que cuentan con ella en esta próxima temporada).
Ahora, uno de sus “niños bonitos”, contratado casi todos los años en el teatro neoyorquino, parece haberle traicionado con la decisión de actuar en el feudo de Vladimir Putin: no se trata de una presentación privada más, el tenor se presentará en una institución amparada por el ministerio de cultura.
Mientras, la polémica entre Peter Gelb y Anna Netrebko ha seguido su curso, con nuevos episodios en estas última semanas: la soprano ha aumentado los términos de su demanda contra el director del Met, y el propio teatro, por apartarla de sus contratos y actuaciones allí. Estima la artista que con sus últimas declaraciones, Gelb no ha hecho más que tratar de perjudicarla evitando que los teatros de todo el mundo cuenten con ella.
¿Y qué pasará ahora con Gelb y Lawrence Brownlee? Hace unos meses, unas declaraciones negativas sobre el Met que realizó el tenor Jonathan Tetelman le costaron que el patrón de la ópera neoyorquina no volviese a contar más con sus servicios. La actitud de Bronwlee, decidido a romper por su cuenta el bloqueo contra Putin, ¿tendrá repercusiones negativas para él en su teatro de referencia de Norteamérica? Parece muy probable.


























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