Christoph von Dohnányi, adiós uno de los últimos grandes de la batuta
Christoph von Dohnányi, fallece el director alemán
Un día antes de cumplir los 96 años, el director de orquesta alemán Christoph von Dohnányi acaba de escaparse del reino e los vivos, hoy mismo. Pese a algunos dramas tempranos, tuvo una vida plena, vinculada a formaciones sinfónicas de alcurnia (fue titular de la legendaria Orquesta de Cleveland), y muy significativamente a los fosos operísticos, donde sentó cátedra en un repertorio siempre exigente. Su rica personalidad musical se forjó junto a maestros de gran talla profesional e intelectual: Solti, Fricsay y, sobre todo, Bernstein.

Christoph von Dohnányi fue director de la Orquesta de Cleveland
Nacido en Berlín en 1929, Christoph von Dohnányi forjó progresivamente una carrera a la altura de su excepcional y exigente talento. Se entregó a las exigencias de la ópera, donde su arte alcanzó una seguridad y precisión incomparables. Su iniciación musical provino de una familia con una rica y sólida tradición musical (su abuelo, Ernő von Dohnányi, fue un reconocido pianista y compositor cercano a Bartók y también profesor de Georg Solti).
A pesar de su prestigiosa herencia, Dohnányi no eligió automáticamente un futuro en la música. En primer lugar, la guerra afectó profundamente al joven, cuyo padre fue asesinado por los nazis. Sin embargo, tras estudiar Derecho, el ejemplo de Solti influyó en Dohnányi para retomar su carrera musical.
Dos encuentros fueron decisivos: el consejo que recibió de Ferenc Fricsay y, posteriormente, en 1952, cuando conoció a Leonard Bernstein, en Tanglewood. Comenzaría así un meticuloso aprendizaje del oficio. En 1957, Christoph von Dohnányi fue nombrado director musical de la Ópera de Lübeck.
Posteriormente, ocupó puestos en Cassel (1963), Frankfurt (1968) y la Ópera de Hamburgo (1975). En 1984, asumió la dirección musical de la Orquesta de Cleveland. En 2004, fue nombrado director titular de la Ópera de París. Dohnányi se enfrentó a obras modernas complejas (Schoenberg, Bartók, Schnittke y Lutosławsky) y reveló los vínculos, a veces tenues, entre compositores clásicos y contemporáneos.
Christoph von Dohnányi resumió a Robert Parienté su apreciación de las dificultades y los peligros inherentes a las responsabilidades de la dirección orquestal: «Dirigir es una profesión extraña, llena de múltiples contradicciones: es, de hecho, una actividad donde la verdad yace junto a su contrario». Descanse en paz.


























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