Crítica: Excelente dirección de Eun Sun Kim en ‘Parsifal’, para la Ópera de San Francisco
Excelente dirección de Eun Sun Kim en Parsifal, para la Ópera de San Francisco
Parsifal, música y libreto de Richard Wagner. Reparto: Brandon Jovanovich como Parsifal, Kwangchul Youn como Gurnemanz, Brian Mulligan como Amfortas, Tanja Ariane Baumgartner como Kundry, Falk Struckmann como Klingsor, David Soar como Titurel. San Francisco Opera Orchestra (orquesta), Corus (coro) y Dance Corps (bailarines). Eun Sun Kim, directora musical. John Keene, director del coro. Matthew Ozawa, director de escena. Robert Innes Hopkins, escenografía, Jessica Jahn, vestuario. Yuki Nakase Link, iluminación. Rena Butler, coreografía. Nueva producción. War Memorial Opera House, San Francisco, 2 de noviembre 2025.

Imagen de la producción de Parsifal en San Francisco
Tras el buen sabor del concierto de otoño de la SF Opera Orchestra del día 1, hoy repetimos auditorio, el magnífico War Memorial Opera House para ver una nueva producción de Parsifal.
Parsifal es la última ópera de Richard Wagner, estrenada en régimen de ‘monopolio’ en 1882 en Bayreuth, siendo Barcelona la primera ciudad donde pudo verse, el 31 de diciembre de 1913, tras los años de exclusividad. El compositor la definió como un Bühnenweihfestspiel (festival escénico sagrado). Está inspirada en los textos medievales de Wolfram von Eschenbach y Chrétien de Troyes, basados a su vez en la historia artúrica de Perceval y la búsqueda del Santo Grial. Hay una mezcla de elementos cristianos y paganos en una meditación sobre la compasión, la redención y la pureza espiritual.
Musicalmente, Parsifal se caracteriza por su tempo pausado, sus leitmotivs densamente tejidos y una atmósfera contemplativa. No obstante, no es tan wagneriana en el sentido en el que pueda serlo ‘Der Ring’, Wagner incluye elementos digamos más tradicionales. Es una obra que exige paciencia y concentración.
Como anécdota, los nazis en su paranoia se creían estas leyendas y el mismo Himmler intentó encontrar el Santo Grial en la abadía de Montserrat. Obviamente sin éxito.
La producción de la San Francisco Opera, dirigida por Matthew Ozawa, optó por una estética multicultural y ritualista, incorporando influencias del teatro Noh japonés. Pero puntualicemos:
- Mientras la producción escenográfica de Hopkins nos convence, con una serie de columnas que hacen de árboles de un bosque o sostienen las bóvedas de un templo, otras veces un escenario más vacío, buenas ideas en la comunión Grial-Lanza-Cisne…
- desde nuestro punto de vista no ayudan, ni el vestuario (Jessica Jahn), a veces acorde al espíritu original pero que a veces parece sacado de una película de ciencia-ficción,
- ni las coreografías de ballet que se incluyen en los rituales, parecen inspiradas en Avatar.
Creemos que estos aspectos de modernizar el drama, pese a la buena intención del regista, pueden resultar anacrónicos y generan un exceso visual en una obra que debe ser de recogimiento espiritual.
En cuanto a nuestra opinión de los roles y su desempeño:
Parsifal (Brandon Jovanovich): el tenor estadounidense fue cálido y firme. Escénicamente, transmitió bien la evolución del personaje, desde su ignorante inocencia hasta su fortaleza y compasión.
Kundry (Tanja Ariane Baumgartner): esta mezzo alemana en su debut con la compañía, ofreció una interpretación vocal poderosa, especialmente en el segundo acto. No habíamos coincidido con ella y hemos de decir que nos ha encantado, esperamos verla más pronto que tarde.
Gurnemanz (Kwangchul Youn): surcoreano, su bajo fue profundo y expresivo. Ya hablamos de él en sus presentaciones de ‘Der Ring’ en Viena, habiendo sido uno de los destacados, a nivel vocal e interpretativo, repitiendo aquí ese buen hacer.
Amfortas (Brian Mulligan): el barítono estadounidense transmitió sufrimiento sin caer en el exceso. Actuación fue convincente.
Klingsor (Falk Struckmann): el bajo-barítono alemán es vocalmente sólido, hizo una interpretación corta pero brillante, excelente.
El coro, dirigido por John Keene, estuvo preciso y equilibrado, especialmente en los momentos ceremoniales.
La surcoreana Eun Sun Kim (que ya mencionamos ayer que dirigirá Carmen en el Teatro Real y que también pasará por el Auditori de Barcelona) ofreció una dirección que combinó detalle y energía. Con la San Francisco Opera Orchestra se mostró vibrante y precisa, una excelente orquesta, capaz de mantener la atención en una partitura extensa y compleja, y de destacar tanto en los momentos más íntimos como en los más grandiosos.


























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