Crítica: Viaje del centro a la tierra. Jaume Santonja dirige a la OCNE
VIAJE DEL CIELO A LA TIERRA
Obras de María de Pablos y Saint-Saëns. Solistas de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE). Director: Jaume Santonja. Auditorio Nacional, 21 de diciembre 2025.

Jaume Santonja debuta al frente de la OCNE en la temporada sinfónica
Se presentaba en el podio de la OCNE, dentro de su temporada de abono, este director valenciano, Jaume Santonja (1986), de quien teníamos buen recuerdo por su claridad de gesto, siempre bien modulado y moldeado, sus indicaciones justas y puntuales, su control del elemento rítmico y su habilidad concertadora. Cualidades que se pudieron comprobar cuando dirigió a la ONE en un monográfico Dvorák hace cuatro años en la serie Descubre. También en una sesión protagonizada por la Orquesta Joven de Andalucía. Su interpretación de La noche de los mayas de Revueltas fue notable.
Aquí se enfrentaba a dos obras bien distintas de Saint-Saëns precedidas del Ave Verum para coro y orquesta de la española María de Pablos (1904-1990), aprovechada alumna de Nadia Boulanger y Paul Dukas que terminó tristemente sus días en un hospital psiquiátrico. Este Ave verum es una grata composición de dulces rasgos, consonancias atractivas y pastueño recorrido. Fue bien delineada y contrastada en esta interpretación. No fue inferior la que se nos ofreció del juvenil Oratorio de Navidad de Saint-Saëns, constituido por diez números variados.
Como apunta en su breve introducción al programa Rafael Fernández de Larrinoa, estamos ante una música prebachiana. Posee un trazado limpio y se abre con un amplio y cálido tema en las cuerdas, que aparecerá más adelante. Hay que destacar la fluidez de la escritura, la claridad de las texturas, bien servida por la fluida interpretación. En sus distintas secciones pudimos escuchar a cinco de los solistas del Coro: la soprano Paloma Friedhoff, siempre entusiasta y calurosa. Su voz de lírico-ligera, bien proyectada, ilustró perfectamente las distintas viñetas.
A su lado mostraron sus posibilidades y rasgos el tenor lírico Eduardo López, de emisión agreste y relativa afinación, la mezzo Agniezska Grzywacz, discreta y musical, la también mezzo Beatriz Oleaga, que es más bien mezzo. Agradable color, buen fraseo y no demasiado volumen. El barítono, muy ligero, Álvaro de Pablo, echó con discreción su cuarto a espadas. Excelentes intervenciones del organista Daniel Oyarzábal y de la arpista Coline-Marie Orliac.

El organista Daniel Oyarzábal
El Coro, bajo las órdenes de Santonja, y entrenado por García Cañamero, estuvo casi siempre afinado y ajustado y cerró con un estupendo Tollite hostias la composición. Y nos dejaba un buen cuerpo para enfrentarnos al miura de la noche: la Sinfonía número 3 en Do menor del propio Saint-Saëns. Nos gustó el planteamiento de Santonja. Sin alharacas, sin grandilocuencias supo marcar, diferenciar planos, acentuar con sobriedad y naturalidad, con ademanes fluidos y fluyentes. Supo imprimir efusión y acentuar, especialmente en el Adagio. En el Poco Adagio subsiguiente aplaudimos la suavidad de los arcos y los gratos colores.
Los pasajes fugados fueron solventados con general fortuna y así se pudo seguir la compleja escritura. La verdad es que el Finale, que comienza con un poderoso acorde del órgano de Do mayor, es electrizante. El coral de las cuerdas, que viene a continuación, es una demostración de escritura en contrapunto, en la que interviene el piano, aquí a cuatro manos, y que va creciendo por oleadas. Aunque hay compases sorprendentemente serenos, que aportan un lírico contraste.
El cierre es verdaderamente grandioso. El último Allegro pone dinamita en toda la orquesta, reforzada por el órgano a la máxima presión, de nuevo en las musicales manos de Oyarzábal. Ejecución en general limpia y calurosa, aunque en los compases previos al cierre hubo numerosas y perdonables borrosidades. Buena actuación de la Orquesta y muchos aplausos al final.

























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