El Concurso Internacional Chopin no es el Premio Planeta
El Concurso Internacional Chopin no es el Premio Planeta
La final se celebrará los días 18, 19 y 20 de octubre

Bruce Liu, ganador del concurso en 2021
Seguir día a día el Concurso Chopin de Varsovia requiere, además de una inclinación natural, buenas dosis de resistencia a la frustración y el asombro. Muy en especial en estos días finales de la competición. Caramba, todo el mundo sabe para qué se organizan estos concursos. Recuerdo que, en cierta ocasión, González-Ruano se presentó a uno, porque le venía bien el dinero. Pero el premio se lo dieron a otro y él le escribió al presidente del Jurado, indignado, “para recordarte, Paco, coño, que los Premios Literarios se organizan para ayudar a los amigos”.
Estos días tenemos un nuevo ejemplo de lo dicho con la concesión del Premio Planeta a Juan del Val, estrella mediática de Antena 3, como Sonsoles Ónega, que lo ganó hace dos años. Sólo las personas desinformadas sobre el funcionamiento de la rueda de la fortuna pueden exhibir sorpresa ante el hecho, por otro lado bien conocido, de que Antena 3 pertenece a Atresmedia, a su vez propiedad del Grupo Planeta.
Pues qué, ¿alguien duda todavía de que los oficios en que la oferta supera con creces a la demanda necesitan de este tipo de incentivos para profesionalizar a la espuma de cada promoción? ¿Cómo sabría usted a qué cardiólogo acudir si las necesidades médicas de una ciudad como Madrid pudiesen ser cubiertas -de sobra- con uno o dos especialistas? Naturalmente, con un Concurso Internacional de Cardiólogos.
Y por supuesto, entre los miembros del Jurado necesariamente habría varios que contarían a algunos concursantes entre sus alumnos más destacados, alumnos por los que pujarían en la subasta por el puesto convocado. Esto es de cajón de madera de pino, y explica a satisfacción de cualquier observador no ofuscado el funcionamiento de la mayoría de los Concurso de Piano convocados a nivel provincial.
Lo que pasa es que, por pura selección natural, los concursos situados en la cima de la cadena trófica, como el Van Cliburn y el Chopin, alcanzan un nivel de calidad artística superior. De ahí el asombro.
Ya no se trata sólo de colocar a los alumnos o de alimentar a la industria discográfica con nuevos nombres, sino de descubrir auténticos artistas que lo hacen no sólo por el dinero, como Frank Zappa, (¡60.000 euros el primer premio, frente al millón del premio Planeta!), sino por el deseo de alcanzar cotas de expresión que sitúan el hecho de tocar al piano por encima de cualquier necesidad de promoción o negocio, acariciando con los dedos no sólo las teclas, sino esa cosa vaporosa llamada a veces Autonomía del Arte, una categoría que se pretende ajena a cualquier función social, a medio camino entre la Felicidad, la Cosa en Sí kantiana y los Unicornios.
Como es bien sabido, este Concurso se celebra cada cinco años, como las Olimpiadas, en la Sala de la Filarmónica de Varsovia, siempre ocupada por un público expectante, y cuenta con una organización notable, a la altura de Eurovisión, je, y cualquiera puede seguir la competición a través de YouTube.
En su haber, ganadores históricos de la talla de Adam Harasiewicz, Mauricio Pollini (que revolucionó la forma de interpretar a Chopin en 1960), Martha Argerich (que protagonizó el mayor escándalo del Concurso en 1980, al dimitir del Jurado por la eliminación de Ivo Pogorelich en semifinales), Garrick Ohlsson (presidente del jurado en la presente edición), Krystian Zimerman o Dang Thai Song (también miembro del jurado en la presente edición).
En los últimos años, la lista de ganadores es brillante: Yundi Li (2000), Rafal Blechacz (2005), Yulianna Avdeeva (2010, también miembro del jurado en la edición actual), Seong-Jin Cho (2015) y Bruce Liu (2021). Por si fuera poco, a estos hay que añadir los nombres de Vladimir Ashkenazi (quedó segundo en 1955), y Daniil Trifonov (tercero en 2010).
Como nota local, hay que recordar la participación en la XVIII edición (2021) del español Martín García García, que quedó tercero y fue premio especial de la Filarmónica al mejor intérprete de conciertos. García García fue el primer español en llegar a la final. También que, en esta edición, el asturiano Pedro López Salas actuó el pasado lunes seis de octubre, pero no pasó a la segunda ronda.
Ahora, y en relación con la actual edición, hay que añadir al asombro por esta emergencia de calidad en un concurso, la frustración de ver eliminados a los diversos favoritos de cada cual en las tres rondas anteriores a la llegada al inminente Olimpo de la Final. En los ambientes especializados han sonado lamentos interminables por varios damnificados, entre ellos la china Yanyan Bao, su compatriota Kai-Min Chan o el italiano Gabriele Strata. Caso aparte es el de Eric Lu, cuarto premio en la edición de 2015. ¿Qué necesidad puede albergar alguien que ha hecho desde entonces una carrera tan brillante como la suya, de arriesgar su prestigio compitiendo de nuevo en el Concurso?
Pues lo ha hecho, añadiendo al certamen una dosis de interés, quizá algo malsano. Bien pensado, puede que tampoco sea para tanto (ya está en la final) teniendo en cuenta su muy consolidada fama y el haber sido alumno destacado de dos de los miembros del jurado (Robert McDonald y Dang Thai Son). Claro que en esto último no es el único. Se pueden añadir otros nombres de concursantes-alumnos que han llegado a la final: Tianyau Lyu (alumna de Katarzyna Popowa-Zydroń, también en el jurado), Zitong Wang (Dang Thai Son) y William Yang (Robert McDonald).
Cuántos nombres asiáticos, ésta es otra. Tal y como tituló Norman Lebrecht su reseña de hace unos días en SlippeDisc: “Sin contar los polacos, ningún europeo sobrevive en las semifinales de Chopin”. Efectivamente, la lista de los veinte semifinalistas estaba dominada por 6 chinos, 3 japoneses y 2 coreanos, siendo los dos concursantes estadounidenses también de origen chino. Aparte de tres polacos (¿cómo podría no haber tres españoles en la semifinal de un concurso internacional Albéniz?), ni un solo concursante europeo.
Esta es la lista de los once finalistas: Piotr Alexewicz (Polonia); Kevin Chen (Canadá); David Khrikuli (Georgia); Shiori Kuwahara (Japón); Tianyou Li (China); Eric Lu (USA); Tianyao Lyu (China); Vincent Ong (Malasia); Miyu Shindo (Japón); Zitong Wang (China) y William Yang (USA). Gane quien gane, no hay que perderle la pista a ninguno. ¡Ah!, para los que deseen una aproximación a los concursantes desde el día a día de la competición 2021 se recomienda el documental Pianoforte, disponible en Movistar y Prime Video. Y no se pierdan la final, a celebrar los días 18, 19 y 20 de octubre.
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