Memoricen este nombre: Carolina López Moreno

Obras de Strauss y Puccini. C. López Moreno, K. Nikolaieva, E. Zilio, A. Schisano, S. Dufresne, M.E. Liiv, F. Stafford, K. Lowe, M. Parry, J. Solomon, H. Meth, C. Bourg. Tiffin Choir. London Symphony Choir. London Symphony. Antonio Pappano, director. Royal Albert Hall (BBC Proms) 19 de Agosto de 2025

La soprano Carolina López Moreno triunfa como Suor Agelica en los BBC Proms

La soprano no es, ni mucho menos, desconocida. Beckmesser.com recogió su éxito en el Coven Garden sustituyendo a Lisette Oropesa en Faust e incluso ha cantado en España recientemente (Pagliacci en Granada). Pero si todavía hay algún lector que no la tenga identificada, memoricen este nombre: Carolina López Moreno. Aunque los apellidos puedan llevar a error, no es oriunda de un país de habla hispana, sino que es alemana, aunque de ascendencia boliviana y albanesa. Sea como fuere, está llamada a ser una de las estrellas de la ópera de la próxima década.

Como decimos, la soprano ya cosecha importantes éxitos en su currículum pero ha sido esta última temporada cuando sus éxitos en Londres y Florencia la han catapultado a la primera línea de la mano de maestros como Pappano, Mehta o Gatti. Este impulso ascendente está detrás de la decisión por parte de la London Symphony y de Antonio Pappano de programar Suor Angelica en versión de concierto para su participación tanto en el festival de Edimburgo como en los Proms londinenses situando a la soprano en el centro de este concierto.

¿Qué tiene de especial esta cantante? En primer lugar, posee una voz lírica de indudable belleza, con un centro carnoso y lleno de armónicos. Además, posee una técnica bastante depurada con la que puede afrontar las partes más comprometidas. En particular, en Suor Angelica destacó a la hora de afrontar los agudos en piano y pianissimo bien colocados y cubiertos. Por otra parte, a nivel artístico sabe encarnar el papel con intensidad y sentido verista aunque sin caer en excesos.

Finalmente, posee un físico y un carisma escénico que le permitirán afrontar todos los grandes roles que el repertorio tiene preparado para una cantante de sus características. Así pues, la ovación cerrada de los más de 5000 asistentes del Royal Albert Hall fue el clamor de una consagración de una artista. En España se la podrá escuchar la próxima temporada en el Palau de les Arts cantando Liù (la pasada temporada canceló su debut en Dialogues de Carmelites) y en el Liceu cantando Alice de Falstaff.

Por su parte, Kseniia Nilkolaieva fue una Zia Principessa preocupada por impresionar con la voz en lugar de ofrecer una matizada interpretación. Abrió graves y exageró efectos, mientras que la intención del texto quedaba en un segundo plano. El elenco de monjas se cubrió con un competente equipo de cantantes si bien, algunas de ellas, ofrecían ese italiano algo “chicloso” tan propio de estas latitudes. No fue el caso de la inmensa Elena Zilio cuya autoridad vocal sigue impresionando y es capaz de llenar una sala como el Royal Albert Hall con una inaudita facilidad. Todo ello ofreciendo un retrato completo y profundo del rol de la abadesa.

Excelentes tanto la orquesta de la London Symphony como los coros (London Symphony y Tiffin Choir) a manos de un Antonio Pappano quien es uno de los más excelsos intérpretes de Puccini. De sus manos emanan todos los matices de la partitura en una conducción de creciente intensidad hasta culminar en el emotivo final. El concierto había comenzado con la interpretación de la fantasía de Die Frau ohne Schatten de Strauss que comenzó con un bellísimo preludio pero cuya intensidad y brillo fueron decayendo en una inane versión.

César Rus