Crítica: ‘Caterina Cornaro’ de Donizetti, en Bérgamo
CATERINA CORNARO (G. DONIZETTI)
Teatro Donizetti de Bérgamo. 30 Noviembre 2025
Llega a su final el Festival Donizetti 2025 con otra rareza donizettiana, que pocas veces se ha visto en los últimos años en teatros de ópera. Para terminar el Festival hemos asistido a una representación, que se caracterizado por las sustituciones de última hora.
Caterina Cornaro fue inicialmente un encargo de la Ópera de Viena, que se vio retrasada por estar Donizetti trabajando en Don Pasquale. Finalmente, la ópera se estrenó en Nápoles en 1842, es decir estamos en una auténtica obra de madurez del compositor.

Escena
La ópera trata de la figura de la que fue Reina de Chipre y de manera sorprendente. Efectivamente, la ópera se inicia con la ceremonia matrimonial que unirá a la hija del senador Andrea Cornaro con el noble francés Gerardo, estando los dos jóvenes plenamente enamorados. En plena ceremonia llega la orden del Consejo veneciano de los Diez para que se suspenda la ceremonia y que Caterina ha de casarse con Lusignano, el Rey de Chipre, ya que políticamente es del interés de Venecia. Los enamorados muestran su disgusto y posteriormente hay un serio intento de Gerardo de raptar a Caterina, pero ella no lo acepta, aduciendo que está casada con Lusignano.
Andando el tiempo coinciden Gerardo y Lusignano, salvando aquél a éste de un intento de asesinato, lo que trae consigo una profunda amistad entre los dos. Finalmenete, se declara la guerra de Venecia y Chipre, mandando las tropas chipriotas Gerardo, resultando vencedores los chipriotas, aunque en la guerra muere Gerardo y queda malherido Lusignano, quien en la última escena muere, quedando viuda y sola Caterina.
Asistimos obviamente a una nueva producción, que cuenta con dirección escénica de Francesco Micheli, que ofrece un trabajo muy personal y rechazable desde mi visión personal. Efectivamente, el regista ve paralelismo entre la Caterina de Donizetti y una de su imaginación, haciendo que vayan intercalándose escenas de dos ambientes totalmente distintos.
La parte de la reina de Chipre se ofrece en escenas que responden a la época histórica y las intercaladas de la otra Caterina, nos muestran en la actualidad a una encinta Caterina que va al hospital con su marido (Lusignano), que es ingresado en urgencias. El marido tiene que sufrir una operación, siendo el cirujano su amigo Gerardo (¿quién si no?). También aquí Lusignano se muere. En fin, una visión muy personal, que resulta caprichosa y desde mi visión personal, rechazable.

La otra Caterina y su marido enfermo
La dirección musical ha estado en todas las representaciones de esta ópera encomendada al director artístico del festival, que no es otro que Riccardo Frizza, quien parece que se ha puesto enfermo y se ha tenido que solucionar su ausencia con muchos problemas, recurriendo al director de nombre Aram Khacheh, quien no solamente ha salvado la representación, sino que ha resuelto la dirección de forma más que adecuada. Buena la prestación de la Orchestra Donizetti Opera y del Coro dell’Academia Teatro alla Scala.
La protagonista, Cateriana Cornaro, fue interpretada por la soprano Carmela Remigio, que tuvo una buena actuación, aunque resultaba un tanto confusa su aparición como Reina de Chipre y como la Caterina encinta del hospital.
Gerardo fue interpretado por el tenor Enea Scala, quien también ofreció una buena actuación. La voz no tiene una gran calidad, pero canta bien y supera las dificultades del rol, especialmente en las notas altas.
Lusignano era el barítono Vito Priante, que se quedó sin voz en el primer acto, mimando al personaje, mientras por atrás cantaba el cover. En el segundo acto, ya suspendió el titular y fue sustituido por el coreano Wonjun Jo, que mostró una voz agradable y amplia, cantando francamente bien.

Vito Priante (Lusignano) y Enea Scala (Gerardo)
Correcto en su actuación Fulvio Valenti como Andrea Conrado, el padre de Caterina. Buena la actuación del veneciano Mocenigo, interpretado por Riccardo Fassi. Bien también, Francesco Lucii en la parte de Strozzi.
La representación comenzó con casi 10 minutos de retraso por tener que contar en escena la sustitución del director musical y volver a repetir al inicio del segundo acto. La duración del espectáculo fue de 2 horas y 32 minutos. Duración musical de 1 hora y 47 minutos.
El teatro ofrecía una ocupación de alrededor del 95 % de su aforo


























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