Michele Spotti dirige Falstaff en Parma: precisión sin rigidez

Verdi, Falstaff. M. Kiria, R. Mantegna, A. Luongo, G. Gianfaldoni, T. Iervolino, D. Monaco, C. Piva, R. Covatta, E. Di Lieto, G. Bonfatti. Dirección musical: M. Spotti. Dirección escénica: J. Spirei. Teatro Regio de Parma. 12 de octubre de 2025.

Misha Kiria destaca como Falstaff en Parma

Este Falstaff debió estrenarse el día 3 de octubre, pero la huelga convocada supuso la cancelación de la prima, de manera que esta función del 12 de octubre fue la primera de las representaciones. El teatro reponía la deliciosa y divertidísima producción de Jacopo Spirei de 2017 y contaba en el foso con Michele Spotti, quien es ya uno de los grandes directores italianos de su generación. En el reparto destacó un Misha Kiria quien puede ser considerado ya como el Falstaff de nuestro tiempo.

La producción es una auténtica virguería de medios, imaginación y ritmo escénico. La acción se sitúa en un Reino Unido de finales del siglo XX con todo tipo de elementos “pop” británicos no carentes de cierto sarcasmo costumbrista. Todas las escenas se resuelven con dinamismo e inteligencia. El escenario de Nikolaus Webern es de un indudable atractivo visual. El vestuario de Silvia Aymonino es todo un derroche de imaginación, mientras que la iluminación de Giuseppe di Iorio contribuye al ritmo escénico. En definitiva, un trabajo escénico redondo como pudieron comprobar en Valladolid hace unos meses donde, acertadamente, se alquiló esta producción.

Michele Spotti hizo de un soberano control técnico con el que hizo que cantantes y orquesta funcionases como una máquina perfecta y, sin embargo, nada de mecánico había en su interpretación. Todo fluía con ritmo, sentido cómico y ligereza. En sus manos, la Filarmónica Arturo Toscanini sumó varios enteros en cuanto a calidad. En definitiva, firmó un Falstaff de gran maestro.

Imagen de la producción Jacopo Spirei

Misha Kiria ofrece toda una creación del mítico personaje verdiano. Canta un Falstaff cómico sin histrionismos combinando lo delicado con lo expresivo para hacer un personaje marcado siempre por la escena. Roberta Mantegna fue una sólida Alice en lo vocal y simpática en lo escénico. Alessando Luongo como Ford resultó algo tosco en lo vocal, mientras que la Nannetta de Giuliana Gianfaldoni fue delicada y de marcado color lírico.

Teresa Iervolino fue, junto a Kiria, la que ofreció un retrato más redondo de su personaje. Su Quicky fue el contrapunto ideal a Falstaff con un canto que ofreció sólidos graves perfectamente emitidos, sin abrirlos artificialmente. Dave Monaco como Fenton demostró que tiene una voz de notable calidad, mientras que Caterina Piva sacó partido del discreto personaje de Meg con buen canto y gran sentido escénico.

El éxito fue clamoroso en los aplausos finales que se cerraron con cierta controversia pues al final se lució una enorme bandera palestina sobre el escenario. Hubo aplausos, pero también algún abucheo; interpretamos que no contra la nación palestina sino contra la politización de una función operística.

César Rus