Reseña de libro: ‘Pensar y cantar. Reflexiones de un cantante sobre música e interpretación” de Ian Bostridge
Pensar y cantar. Reflexiones de un cantante sobre música e interpretación, de Ian Bostridge
Traducción de Luis Lago. Primera edición octubre de 2025. Acantilado. 152 páginas. ISBN 978-8419958-87-7

Pensar y cantar. Reflexiones de un cantante sobre música e interpretación, de Ian Bostridge
Ian Bostridge es un afamado tenor londinense, de 61 años, especializado en el repertorio de Haendel, doctorado por la Universidad de Cambridge en Historia y Filosofía. Ese bagaje cultural le ha llevado a escribir el libro, a modo de ensayo, que en esta líneas se valora, que ha contado con una muy cuidada traducción a la lengua castellana por parte de Luis Lago, crítico de música en El País y actual gestor de toda la aplicación literaria de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO).
Ya desde el Prólogo el autor establece una clara premisa sobre cuanto sigue en el desarrollo del libro, al establecer que, tanto en el teatro hablado al igual que en el cantado, “una interpretación es una negociación entre el texto y los actores” ya que en la lírica “los intérpretes, todos los intérpretes, al igual que los actores, tienen que coger la música y proceder con ella”, siguiendo el criterio de Eduard Cone – compositor y eminente teórico de la música, cuando expresó en su obra The Composer’s Voice, que los cantantes no son marionetas.
En la primera parte de este ensayo historicista musical, IDENTIDADES DESDIBUJADAS, el autor plantea su discurso en relación de tres obras musicales, cada una de sus respectivos compositores, en las que se refleja la tipicidad social de la época en que vivieron. Son la obra teatral tardo renacentista Il combattimento di Trancredi e Clorinda (1624) de Claudio Monteverdi, el ciclo de canciones Frauenliebe und Leben (Amor y vida de mujer, 1849) de Robert Schumann y Curlew Riber (1964) de Benjamin Britten.

El tenor británico Ian Bostridge
En el segundo bloque titulado HISTORIAS OCULTAS – VENTRILOQUÍA E IDENTIDAD EN LAS “CHANSONS MÉDECASSES” DE RAVEL, Bostridge cuestiona el hecho de cuál es la voz de un cantante cuando interpreta una obra musical, ¿la propia, la del compositor, la del poeta, o la del libretista? Desde esas interrogantes se adentra en la citada composición raveliana cuando constata que el compositor francés “jamás visitó Madagascar”, amén de que las tres canciones nacen de poemas de Evariste de Parny, quien sí tenia conocimientos de las singularidades sociales de la isla surafricana.
En la tercera parte titulada HE APUNTALADO FRAGMENTOS CONTRA MIS RUINAS, obran meditaciones sobre la muerte en las que el autor del libro aplica una profunda reflexión filosófica sobre el transito vital, cuando el final de la vida queda expuesto en obras tan importantes como la ópera El caso Makropulos de Leos Janácek, o las veinticuatro canciones de Winterreise de Franz Schubert, ó la Sinfonía da Requiem que Benjamín Britten dedicó a sus fallecidos padres.
Libro para una pautada y plausible lectura, tras la que se llega a asumir la certeza afirmación de Giuseppe di Stefano cuando expresó que “el canto no consiste en sólo emitir notas, pues hay que llenarlas de vida y de color para que no se muestra el alma”.

























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