Ya nos habían llegado noticias de que el Teatro Real gastaba un porrón en viajes, que se pagaba avión a muchos extranjeros que vienen a cantar papeles de comprimarios que perfectamente podían abordar residentes en España. También que han aumentado los billetes en primera y los hoteles de cinco estrellas para algunos registas, ayudantes o iluminadores. Todo ello debe ser verdad cuando parte del poco espacio de oficinas que existe en el teatro ha sido cedido a El Corte Inglés para que gestione esos viajes y naturalmente le tiene que ser una actividad rentable como para desplazar dos personas al teatro.

Lo que parece despropósito indiscutible es que también viaje en avión el vestuario, porque parte del de «Macbeth» llegó  así desde Novosibirsk (Siberia). Pero esto no lo ha gestionado el Corte Inglés. El tema, que tiene su jugo, para otra ocasión.