William Christie rescata el universo de Marc-Antoine Charpentier en Les Arts
El Barroco francés vuelve a florecer en Les Arts de la mano de William Christie, quien, junto a su conjunto Les Arts Florissants y los jóvenes solistas de Le Jardin des Voix, ofrece una velada dedicada a uno de los compositores más elegantes y sensibles del siglo XVII: Marc-Antoine Charpentier.

Les Arts Florissants y William Christie homenajean a Charpentier en Les Arts
Injustamente relegado durante su vida por la influencia del poderoso Jean-Baptiste Lully, Charpentier encontró refugio bajo el mecenazgo de María de Lorena, duquesa de Guise, quien le abrió las puertas de su palacio en el Marais parisino. Allí, rodeado de un pequeño pero refinado grupo de músicos, compuso obras alegóricas y pastorales de exquisito gusto, concebidas para los salones de la nobleza.
Entre ellas figura Les arts florissants, una apología de la paz, las artes y la gloria del monarca, que Christie adoptó como emblema para su formación musical. Este título histórico regresa ahora junto a otra obra capital del compositor, La descente d’Orphée aux enfers, delicada tragedia en dos actos inspirada en el mito de Orfeo. De su planeado tercer acto —que debía narrar la muerte del cantor— solo se conserva el libreto, pero la música restante basta para revelar el genio teatral y lírico del autor.
William Christie, con su habitual rigor estilístico y su profunda comprensión del repertorio francés, ofrece estas partituras en una versión semiescenificada concebida por Marie Lambert-Le Bihan y Stéphane Facco, donde la sobriedad visual acentúa la intensidad poética del discurso musical. Les Arts acoge, así, una experiencia en torno al repertorio de Charpentier el próximo 25 de octubre, proponiendo una celebración en torno a la figura de este autor francés.
Más que un concierto, se trata de un regreso a los orígenes de Les Arts Florissants, una celebración de su propia identidad y de un compositor cuya obra, tras siglos de sombra, sigue revelando una modernidad sorprendente. Con la sensibilidad única de Christie y la frescura de Le Jardin des Voix, el público redescubre la emoción y la elegancia de una música que —como su título— continúa floreciendo.


























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