Crítica. L’elisir d’amore. Javier Camarena, tenor. G. Donizetti. Gran Teatre del Liceo de Barcelona. 2 de diciembre de 2025.

Camarena se mostró recuperado en la función

Esta representación es la que se puede considerar la que ofrece el tercer reparto, lo que es verdad en términos cronológicos, pero creo que los aficionados han puesto la vista en él, considerándolo como el reparto más atractivo y más todavía con lo que ha ocurrido en las representaciones anteriores.

Efectivamente, Javier Camarena estaba anunciado en el primer reparto cronológico, pero problemas de salud le han impedido actuar, habiendo sido sustituido en todas las representaciones en las que ha estado anunciado hasta ahora, siendo la que nos ocupa ahora la primera que ha cantado. A esto hay que añadir la presencia de la soprano sudafricana Pretty Yende, que viene precedida de una buena fama, pudiendo ser considerada la Adina más importante de todas las que han interpretado el personaje los días anteriores. El aficionado lo ha entendido así y ha ofrecido la mejor entrada del Liceu en esta ópera.

El resultado se puede considerar como bueno, aunque no está de más hacer algunas precisiones. Nada nuevo respecto de la producción de Mario Gas, bien conocida por los afcionados. La dirección musical ha vuelta a estar a cargo del venezolano Diego Matheuz y el resultado ha estado en línea con el que ha ofrecido en las representaciones anteriores. Lectura sosa y poco atractiva, más bien decepcionante.

El tenor mejicano Javier Camarena cantaba, por tanto, su primer Nemorino de la serie, al haber superado sus problemas de salud, aunque hubo aviso de petición de comprensión para su estado. La verdad es que su actuación ha sido francamente buena tanto cantando como actuando, notándose que domina perfectamente el personaje. Cantó una atractiva Furtiva Lagrima, aunque confieso que disfruté más con la de Michael Spyres. No tuvo problemas en las notas altas y solamente huyó de un sobreagudo no escrito, aunque es de tradición.

Adina era la soprano sudafricana Pretty Yende, bien conocida en el Liceu, donde ha cantando en varias ocasiones anteriores, incluyendo una Adina en el año 2020. Sigue siendo una soprano lírico-ligera de voz muy bella, expresando muy bien emociones en su canto y sin problemas en las notas altas. Respecto de otras ocasiones en que la he visto en escena, me ha parecido que su volumen vocal es más reducido que antes, habiendo momentos en que no es fácil escucharla bien.

Una vez más, fue Dulcamara el barítono italiano Ambrogio Maestri, que volvió a demostrar que hoy por hoy es el charlatán de referencia. Finalmente, Belcore volvió a ser interpretado por Huw Montague Rendall, que volvió a hacerlo de foma convincente. Por último, Giannetta era Núria Vilà, que volvió a repetir su buena actuación.

La representación comenzó con 5 minutos de retraso, debido al aviso por megafonia de la presencia de Javier Camarena. La duración total fue de 2 horas y 41 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 7 minutos. El Liceu ofrecía una ocupación prácticamenete total en las localidades caras, habiendo huecos en las más altas. La ocupación total estaría alrededor del 91 % de su aforo.

José M. Irurzun