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Caza de brujas
La escena a escena
Por Publicado el: 19/11/2008Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Canal y Escorial

Canal y Escorial
Aunque la inauguración real de los Teatros Canal sea en febrero, ya ha habido ocasión para conocer el recinto en un espectáculo privado y, también, se ha sabido que existirá un director artístico y una adjudicación, vía concurso, de todo aquello susceptible de ser adjudicado.
He aquí el problema. Tenemos muy reciente la experiencia del Teatro del Escorial, adjudicado completamente en lo artístico y en la gestión tras un concurso en el que sólo hubo dos opciones y, en una de ellas, un error que impidió su validez legal. En sus tres años de vida hubo un primero, gestionado directamente por la CAM, con una programación de auténtico nivel y dos, ya con terceros, muy discutibles. Los adjudicatarios perdieron en el primero casi tres millones de euros y en el segundo año, de ambición mucho más modesta, algo menos de uno. No es rentable y se supo siempre, porque los números no salen. No han renovado y ha de realizarse un nuevo concurso. ¿Se presentará alguien? En cualquier caso se habrán perdido dos años y casi habrá que empezar desde el principio. Mal asunto en tiempos de crisis.
Albert Boadella será director artístico de los teatros Canal y Escorial. La fórmula cambia. No es fácil compatibilizar una dirección artística oficial con una gestión empresarial privada y los conflictos pueden ser importantes, porque las diferentes elecciones artísticas entrañan diferentes costes. No es lo mismo programar un Donizetti que un Strauss. ¿Qué porcentaje de la programación requerirá coros o una plantilla orquestal más amplia de lo habitual? Y ello también influye en el apartado técnico y, por tanto, en la propia plantilla de personal de los teatros. ¿Cómo fijar ese «estandar» habitual y diferenciar todo lo que quede fuera y requiera financiación suplementaria? Posiblemente haya otras prioridades económicas, pero sólo desde la ambición se puede colocar un teatro en el circuito internacional. La CAM deberá analizar muy bien el camino para que no vuelva a suceder en el Canal lo que en El Escorial y ella misma debería hacerse cargo directamente del grueso de la programación. Lamentablemente no es éste el camino seguido para El Escorial, con los festivales también privatizados. Esperemos a ver qué sucede en el concurso.
Gonzalo Alonso

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