Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

¡Viva el jolgorio!
De la naturalidad
Por Publicado el: 08/11/2008Categorías: Crítica

Concierto para la reflexión

Madrid-Berlín en homenaje a Severo Ochoa
Concierto para la reflexión
Obras de Falla, Palomo y Beethoven. G. Ortega, M. Xyni, U. Meyer y R. Gassent. Orquesta Filarmónica de Cámara Madrid Berlín. M. Á. Gómez Martínez, director. Auditorio Nacional. Madrid, 7 de noviembre.
El concierto que la Universidad Politécnica dedica todos los años a Severo Ochoa ha dado esta vez ocasión para varias reflexiones. De entrada no es muy adecuado plantear un programa tan largo – la primera parte ochenta minutos- a las diez y media de la noche. Cierto es que se ofreció días antes en Berlín a hora menos intempestiva, pero en Madrid había que haber buscado otro horario. Segunda reflexión: cuando se estrena una obra en la que los textos son parte importante, es imprescindible proporcionar estos al público. Se daba a conocer “El amor de los dos ositos” de Lorenzo Palomo, cuento sinfónico de media hora para soprano, mezzo, oboe y corno inglés. Se supone que versa sobre el encuentro entre el osito berlinés y el madrileño, símbolos de las dos capitales en los que el nuestro ha pasado por el quirófano -¿con cargo a la seguridad social?- para cambiar de sexo. Muy en la línea de la Progre-España actual. Sin embargo no hubo ni un espectador que se enterase de lo que ambos osos se traían entre las garras, porque no había textos y porque a soprano y mezzo no hubo forma de entenderlas. Tercera reflexión: ya superan lo admisible los errores de la actual dirección del Auditorio Nacional. No puede ser que la señora Marussa Xyni ocupe un camerino en el que se anuncia a María Bayo, quien había sido sustituida hacía días sin que en el Auditorio se enterasen. Pero es que además no se supo graduar el micrófono que utilizó la cantaora Ginesa Ortega en “El amor brujo”. ¿Tan inútil se ha vuelto el personal? ¿Es falta ilusión ó que ya sólo prestan atención a la corta programación propia? Quinta reflexión: ¿tan pobre es la educación humanista en nuestras universidades politécnicas como para que su público aplauda en la mitad de “El amor Brujo”, mostrando tener menos perspicacia o conocer menos la obra que los berlineses que la escucharon jornadas antes? Sexta y última reflexión: ¿Por qué Miguel Ángel Gómez Martínez no visita con la frecuencia que debiera los ciclos de la ONE o el Teatro Real? Estamos ante uno de los escasísimos directores de talla, internacional de verdad, con los que contamos y algunos no se enteran.
Por lo demás Gómez Martínez volvió a demostrar en las obras citadas y en la “Séptima” beetoveniana solvencia, fidelidad a las partituras, nervio y brío, así como un dominio total de la orquesta, en esta ocasión integrada por músicos de varias agrupaciones de Berlín y Madrid. Gonzalo Alonso

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023