Crítica: Blandura frente a impulso en Ibermúsica
Blandura frente a impulso
Obras de Mozart, Shostakovich y Mendelssohn. Joshua Bell, Steven Isserlis, Alessio Bax trío. Auditorio Nacional. Madrid, 5 de mayo de 2021.
El segundo de los tres conciertos del ciclo de primavera de Ibermúsica reunía un atractivo especial con la presencia de Evgeny Kissin junto a Joshua Bell, pero el pianista canceló por motivos familiares, siendo sustituido por Alessio Bax, correcto pero sin el gancho del ruso.
Joshua Bell no tocaba esta vez en el metro. Es conocido que a Bell le gusta el metro neoyorquino y que, al menos en 2014 y 2020, bajó a sus andenes en jeans y camiseta con un Stradivarius de tres millones de dólares y se puso a tocar anónimamente. Algunos viajeros se pararon, incluso intentaron darle algún dolar y otros pasaron de largo. Si hubiese tocado Mozart como lo hizo en el Auditorio Nacional, hubieran pasado más de largo. Su “Sonata para violín y piano n.32, K.454” tiene, como mucho del violín mozartiano, desenfado y vitalidad, pero Bell sonó demasiado delicado, demasiado blando.
Muy diferente fue la intención con la que llegó Steven Isserlis, llenando de sensibilidad los temas del hondo largo de la “Sonata Op.40”, de escritura condicionada por el especial periodo vital por el que pasaba Shostakovich, y de fuerza el scherzo, muy típico del compositor, y especialmente el apasionado allegro conclusivo.
Y, por fortuna, Isserlis contagió a Bell en el “Trío n.1, Op.49” y ambos, bien acompañados por Bax, ofrecieron una vibrante lectura desde que el cello inició el tema apasionado con el que empieza la obra y a él se unió el violín.
Un concierto que encantó a la sala, afortunadamente con bastante ocupación, pero que había alcanzado otro nivel con Kissin al piano. Gonzalo Alonso
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