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Por Publicado el: 19/02/2022Categorías: En vivo

Crítica: Soleada sesión sinfónica

ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA (A. ALBIACH)

Soleada sesión sinfónica

Obras de Albéniz/Arbós, Rodrigo, Strauss y Falla. Rafael Aguirre, guitarra. Álvaro Albiach, director. Orquesta Nacional. Auditorio Nacional, Madrid, 18 de febrero de 2022.

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Álvaro Albiach

Álvaro Albiach (Liria, Valencia, (1968) ha tenido que sustituir al enfermo David Afkham, titular del conjunto. Y lo ha hecho defendiendo el mismo programa previsto. La impresión ha sido nuevamente positiva. El músico valenciano ha evidenciado arrojo, seguridad, temple, firmeza, criterio y una batuta clara y terminante, manejada con brío. Hace gala de un gesto enérgico, que amaina lógicamente en pasajes tranquilos en piano o “mezzoforte”. Brazos arriba, con pasajeras oscilaciones hacia abajo, que subdividen y miden con claridad. Movimientos de línea geométrica y clara. Impulsa a la orquesta con autoridad.

A partir de ahí ha conseguido, desde una concepción a veces agresiva exenta de lirismo, efectos muy loables y saludables al frente de una Nacional que ha actuado con escasas vacilaciones. De ahí que pudiéramos escuchar en primer término con letra y espíritu muy plausibles, en primer lugar una interpretación ajustada de tres números de la “Iberia” de Albéniz en la conocida orquestación de Fernández Arbós.

“Evocación” fue suavemente contorneada en su rumoroso comienzo, con una copla estupendamente cantada por la cuerda grave. Fueron curiosos los acentos dramáticos de la última parte de la pieza. En “El puerto” hubo pasajes un poco espesos, pero el ritmo fue marcado con exactitud, lo que otorgó vida a la música. “Triana” se nos ofreció en toda su soleada plenitud, puede que borrosa de planos en más de una ocasión. Buen pórtico para recibir al guitarrista malagueño Rafael Aguirre (1984), quien tocó amplificado y mostró hechuras de joven maestro en la recreación del “Concierto de Aranjuez” de Rodrigo. Tocó con seguridad y buen tino, general limpieza, cuidadas dinámicas y rasgueos poderosos y certeros. Mantuvo la concentración en el famoso “Adagio” y puso de manifiesto una especial sensibilidad en la conclusión del movimiento. El comienzo del “Allegro gentile” fue un tanto incierto, pero siempre mantuvo las riendas firmes sin dejar de otorgar a la música el adecuado balanceo y la gracia exigida en obra tan trillada, en la que tuvo buena colaboración del “tutti”, a todas luces excesivo: 45 profesores son muchos para conseguir la gracia alada de tantos pasajes de la singular y alígera orquestación.

El poema sinfónico “Don Juan” de Richard Strauss se nos ofreció en toda su dimensión sinfónica, exultante y plena, con planos no siempre bien establecidos y resueltos, pero con un poder y una acentuación imponentes. Vivimos apasionadamente las aventuras del Don, con instantes bien cantados por el oboe (estupendo Robert Silla) y el concertino (magnífico Miguel Colom). Todo se pudo recoger muy líricamente al final antes de dar paso a la segunda suite de “El sombrero de tres picos” de Falla.

Nos gustaron el aire bailable de las “Seguidillas” de la “Danza de los vecinos”, la energía de la “Farruca” de la “Danza del molinero” y la brillantez y vigor, no bien medidos a veces, de la “Jota” de la “Danza final”. Buena rúbrica para un concierto muy aplaudido por un público que obligó al guitarrista, tras su interpretación de Rodrigo, a regalar dos personales versiones de la “Jota” y de “Recuerdos de la Alhambra” de Tárrega. Todo desarrollado (el programa era muy taquillero) ante un Auditorio prácticamente abarrotado. Choca que todavía la Orquesta siga diezmada y tocando con mamparas. Arturo Reverter

Un comentario

  1. Eduardo 19/02/2022 a las 09:43 - Responder

    Así como en el Concierto de Aranjuez pudo sobrar cuerda, en el Don Juan faltó.
    Treinta y tantos instrumentistas son pocos para balancear la completa formación de viento y percusión.
    No es comprensible que al público nos tengan a 60cm y la cuerda, también con mascarillas, sea la mitad de lo aconsejable. La excusa del Covid ya está caducada.

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