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Por Publicado el: 06/02/2024Categorías: En vivo

Critica: Rusalka, ninfa enamorada

NINFA ENAMORADA  

RUSALKA, de Dvorak, coproducción junto al Teatro Real, Staatoper Dresden y Gran Teatro del Liceo.

Intérpretes: Olesya Golovneva (Rusalka), Adam Smith (El príncipe), Sinéad Campbell-Wallace (La princesa extranjera), Maxim Kuzmin-Karavaev (Vodnik), Enkelejda Shkoza (La bruja), Daniel Gallegos (El cazador), Manel Esteve (El guardabosques), Laura Orueta (Pinche de cocina), Cristina Toledo, Laura Fleur, Alyona Abramova (las 3 ninfas). Coro de la Generalitat Valencia Director: Francesc Perales, Orquesta de la Comunitat Valenciana. Director: Cornelius Meister, Director de escena: Christof Loy. Escenografía Johannes Leiacker. Vestuario: Úrsula Renzenbrink, Iluminación: Bernnd Purkrabek. Coreografía:Klevis Elmazaj, Palau de Les Arts de València.

Rusalka

Gran noche para la lírica con el estreno valenciano de la ópera mas representativa del compositor bohemio Antonin Dvorak, curiosamente hace 100 años, en 1924, se estrenaba en el Gran Teatre del Liceu por una compañía checa. Era uno de los pocos títulos de relieve que faltaba por escuchar en Les Arts, cuya aria mas difundida es la «Canción de la Luna» incluida en la película de 1989, «Driving Miss Daisy» cantada por Gabriela Benackova. Y aunque la ópera tiene calidad (y mucha) y méritos suficientes para formar parte el repertorio habitual, los grandes teatros no siempre han encontrado, en el pasado, el momento para programarla. Dicho lo cual, hay que agradecer a los responsables de Les Arts, la oportunidad de coproducir con teatros de renombre europeo y acercarla a este escenario.

Para una obra de tal envergadura es necesario un reparto potente, sin fisuras y seguro y un maestro avezado en el foso. CorneliusMeister se batió el cobre controlando intensidades, entradas , siempre pendiente de los cantantes, obteniendo lo mejor de los grandes músicos de Les Arts. Poco a poco fue dando espacio y resuello a los protagonistas y con ello, la partitura se escuchó en toda su grandiosa orquestación. 

Magnífica e impecable la Rusalka de la Golovneva, soprano rusa que ha paseado el mismo rol por Madrid, Dresden, y pronto en Barcelona. Supo dosificarse en una partitura que lo exige todo (agudos brillantes y graves de buen color) para transmitir el dramatismo y el deseo de la ninfa enamorada, a conciencia del trágico final que va a tener fatal decisión. A su lado, el británico Smith no escatimó recursos. Su voz y su presencia hicieron un principe convencido y convincente tanto para su amada como para el auditorio. Traspasando batería,  la albanesa Shkoza y la irlandesa Campbell-Wallace estuvieron grandes como actrices e insuperables vocalmente, sin olvidar su capacidad histriónica. Magnífico el moscovita Kuzmin-Karavaev cuya voz todavía debe retumbar en los pasillos de la sala. Completaron (y de qué manera¡) Daniel Gallegos,Vicenç Esteve,  la pizpireta Orueta, y Toledo, Fleur y Abramova, como las tres inquietas ninfas a las que Dvorak les escribe una delicioso trio final.

La obra rezuma musica de alta gama, en especial el hermoso 2ª acto y por eso cuesta entenderla en una escenografía con tan poca gracia que el gran Christof Loy soluciona atemporalmente, toda en grises, una taquilla de cine, un ciervo muerto, cuatro muebles y una monótona iluminación. Nos lo explique.

Rusalka es un cuento de hadas, una fábula, pero Loy lo transfiere a un salón burgués de visión aburrida que él intenta animar con hieráticas bailarinas de tutú, excelentes saltimbanquis y una bacanal machista en la que cada uno/a recibe su merecido. ¿Era necesario? Ah, el coro, bien gracias.

Pero siendo la obra lo que es, se echa a faltar referencias al agua, los nenúfares, el estanque,la vegetación. Y por supuesto la nocturnidad y algun reflejo lunar. Hacer cantar a Rusalka su aria principal acostada (dificil posición) en aquella cama como de sanatorio y sin luna, fue un momento realmente  desaprovechado. Pero aun nos quedaba el final cuando, Rusalka trepa por aquellos piedros imposibles y la hace desaparecer tal que Scarlatte O’hara en «Lo que el viento se llevó».

Pero la música es mas que sufrida y la labor de maestro, músicos, cantantes y ballet resulta de obligada asistencia con reconocimiento total a les Arts por haberla incluido en la presente temporada. José Doménech Part

Publicado en el diario Levante el 1 de febrero de 2024.                                                          

Un comentario

  1. Luz Villafruela 12/02/2024 a las 09:19 - Responder

    Estoy muy de acuerdo. La escenografía sosa e inentendible; la bacanal, excesiva e innecesaria y pequeños detalles abdurdos: rizos de oro con pelo liso oscuro, guardabosques vestido de Charlot…. Pero disfruté de la ópera que para éso venía desde Oviedo.

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