Paolo Pinamonti ha desarrollado una labor de interés y calidad en La Coruña, a pesar de contar siempre con la leal oposición de Victor Pablo, pero quizá ha faltado tener más en cuenta que el director artístico de un festival es, como en todos los casos, «yo y sus circunstancias». ¿Es La Coruña el lugar adecuado para tanta exquisitez o más bien ha de seguirse en ella la línea de las temporadas de los Amigos de la Ópera? El caso es que, tras la parcial deserción de la Caja local como patrocinador y los claros de público en el patio de butacas, el próximo año habrá que encauzar el presupuesto, programando posiblemente una sola ópera -«Don Giovanni»- y unos cuantos conciertos. Pinamonti continuará hasta final de su contrato pero ¿y después?