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Por Publicado el: 13/02/2023Categorías: Entrevistas

Gregory Kunde: “No me arrepiento de nada, he tenido una carrera maravillosa”

A sus 68 años, el tenor estadounidense acaba de debutar como Mario Cavaradossi y en la Royal Opera House. Habla sobre su “peculiar” carrera y modelos de referencia

Gregory Kunde

2023 ha empezado para Gregory Kunde con su debut como Florestan en la producción de Fidelio exhibida en la Ópera de Niza entre el 20 y el 26 de enero; ayer cerró las 8 funciones de Aida en la Ópera de Roma y en los próximos meses visitarás las temporadas de la Ópera de Lorena, Maryland, la Semperoper Dresden y la Royal Opera House. Su carrera es, a la vez, “una rareza” y “una bendición” cuajada de oportunidades difíciles de encajar y perfilada por una ambición constante. Gregory Kunde se sincera sobre su trayectoria en una entrevista con Mike Hardy para OperaWire.

Sus inicios fueron frenéticos. Recuerda dos giras con la Ópera de San Francisco y la Euston Grand Opera en la década entre 1981 y 1982 “en grupos de 12 ó 13 cantantes, con una orquesta de 20 a 25 personas, en las que cantábamos, literalmente, cada noche en una ciudad diferente. Fueron años de un aprendizaje intenso, tanto del negocio de la ópera como en el cuidado de nosotros mismos”. A finales de esta década se reencontró con el repertorio belcantista y se centró en él hasta los primeros años del cambio de milenio. Su voz fue expandiéndose a medida que crecía la incomodidad en sus papeles habituales: “Por suerte amplié mi repertorio entre 2009 y 2010 y entonces surgieron mejores oportunidades. Siempre he sido muy ambicioso y no he rechazado roles inusuales porque, lo que para algunos puede ser una rareza, para mí era interesante. Me refiero a casos como ‘Le prophète’ y títulos menos representados. Así que en aquellos años, a finales de los 90 y principios de los 2000 podría decirse que hice mi carrera con las cosas que nadie más quería.

Además de la ausencia de prejuicios, Kunde destaca la importancia de sus maestros y sus consejos a la hora de tomar decisiones: “En los albores de mi carrera tuve a Alfredo Kraus como maestro. No solo fue mi tutor; era mi ídolo, mi modelo en términos laborales. Él, que siguió en los escenarios hasta unos meses antes de fallecer, me dijo ‘haz solo lo que sabes que puedes hacer, y nada más’. Así que seguí su consejo y conseguí mantenerme en el repertorio belcantista por 25 años”.

Sin embargo, a pesar de haber pavimentado su carrera siendo honesto con sus posibilidades, Kunde confiesa no haber recibido un trato igualmente coherente por parte de los teatros. Así relata su experiencia con el Metropolitan Opera: “El primer contrato fue en 1986 como segundo sustituto de Alfredo Kraus en Manon. Primero le cubrió otro tenor también gestionado por mi manager y yo le sustituí a él en una función. Ese fue mi debut y las críticas fueron excelentes. Entonces llamaron desde el Met y me ofrecieron el papel de Pang en Turandot. Respondí que no estaba interesado porque ya estaba haciendo papeles de mayor peso. Iba a cantar Puritani en Montreal… Así que lo rechacé. Si decías que no al Met entonces salías de su radar… Así que la siguiente colaboración no llegó hasta el año 2000, 14 años después, y tuve que hacer una audición para conseguir una parte en La Cenerentola. Me cogieron como sustituto de otro tenor, canté la última función, las críticas volvieron a ser buenas y… de nuevo, nada. Así que en total, desde 1986 al 2000 solo he actuado dos veces en el Met. La tercera oportunidad se presentó con I Puritani en diciembre de 2006. Lo haríamos con una soprano emergente llamada Anna Netrebko y yo pensaba confiado que era de los pocos que tenían el papel en el repertorio. Pero entonces me dijeron que había otro cantante, uno de su cantera, Eric cutler, creo, que haría el estreno. Me conformé con 4 funciones. Me llamaron para sustituirle en el tercer acto en la prueba de vestuario porque lo cantó todo una octava por debajo. Cutler canceló la primera noche y yo lo reemplacé. No estuve del todo a gusto en el primer acto, el tercero fue bien. Anthony Tommasini, de The New York Times llamó al Met para saber si estaba enfermo. Obviamente, después de una preparación tan obstaculizada, podría haber dicho que sí. Pero no, tan solo tuve una mala noche. Él fue amable en su crítica, pero en el New York Observer me aniquilaron. Las siguientes 4 funciones fueron bien pero ya no he vuelto a saber nada. Tampoco he estado mucho en Estados Unidos, mi carrera la he desarrollado mayormente en Europa”.

Igualmente desconcertante es su ausencia en el Royal Opera House, donde no se le contrató porque se le encasillaba únicamente en el repertorio belcantista. “Ya tenían a Juan Diego Flórez y a un par de cantantes más, era imposible introducirse allí”, indica. Fue Peter Katona, agente de la Royal Opera House, quien le tendió la mano en 2014 después de escucharle cantar I vespri siciliani en Atenas. “Se acercó a mí en el hotel y me dijo: ‘siento que no hayamos contado contigo en todos estos años. Lo hablaré con tu manager y lo solucionaremos. Yo te conseguiré el contrato’. Hemos sido muy buenos amigos desde entonces. En mayo, junio, haremos una gran producción de Il Trovatore”.

Kunde se muestra agradecido a pesar de esas oportunidades que llegaron “sorprendentemente tarde”: “No me arrepiento de nada. He tenido una buena carrera. He cantado en muchos sitios, probablemente en los mayores teatros, así que está bien. Podría haber terminado mi carrera hace 10 años y, mira, seguir ahora en los escenarios es realmente genial”.

Sobre sus referencias, Kunde cita, además de a Kraus, a Pavarotti, a Jon Vickers “no tanto como cantante como por su bondad y franqueza”, a Plácido Domingo de quien siempre ha visto “una capacidad extraordinaria para meterse en el papel. De él me guié para construir dramáticamente mis personajes”.

Lea la entrevista completa aquí

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