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Por Publicado el: 06/11/2014Categorías: Discos, DVD's y libros

LA ZARINA BARTOLI

BB

 

LA ZARINA BARTOLI

Cecilia Bartoli es una cantante, un músico, que desde el primer momento ha practicado un importante compromiso con todo lo que es creatividad; con eso que llamamos interpretación musical. Pero como, también desde el minuto uno, ha teñido esa virtud de un cierto, digamos, populismo (término este, por cierto, bastante de moda) ha generado a su alrededor una pléyade de admiradores incondicionales, frente a otro grupo que la critica abiertamente. A los primeros les enamora su simpatía e instinto para la comunicación; los segundos andan decepcionados por el, según ellos, errático rumbo que ha tomado su carrera tras su fulgurante inicio. Este desamor se debe, según afirman, a que, por un lado, últimamente sus proyectos artísticos son musicalmente de poco peso, y, por otro, al discutible revisionismo a que está sometiendo al bel canto. Ni los unos ni los otros niegan, sin embargo, su magnífica capacidad interpretativa y su natural instinto comercial. Los unos y los otros reconocen el inmenso mérito de sus triunfos, habida cuenta de que no posee un instrumento de grandes magnitudes canoras.

Permítaseme que, personalmente, adopte una tercera vía. A mí me parece que, efectivamente, es una gran artista, muy creativa, muy inteligente, que muestra una estupenda inquietud hacia lo nuevo o lo inexplorado, y que, sobre todo, sabe leer entre líneas para tomar las decisiones adecuadas en un momento en el que el disco está a punto de pasar a objeto de culto.  De manera que, sí, su tendencia a la sobreactuación es evidente, pero también que, una vez cumplida la “misión” de hacer el repertorio tradicional  más apto para su instrumento, me parece poco criticable esa postura que adopta ahora, consistente en desarrollar proyectos alrededor de autores y obras poco o nada conocidos; proyectos en los que su encanto personal y su capacidad de llegar a la gente juegan un papel de índole teatral. Vende lo que ella misma es, no engaña a nadie, lo que me parece admirable.

Tras varios discos anteriores, cada cual más singular que el otro (Álbum Salieri, Opera proibita, Maria, Sacrificium, Proyecto Steffani, entre otros)  el que presenta ahora incluye músicas de autores que desarrollaron su trabajo en la corte de San Petersburgo durante los reinados de las zarinas Anna Ioánnovna, Elizaveta Petrovna y Catalina II, en un período de occidentalización que llevó al país a hacer suya la idea de que la ópera –italiana, claro- debía de ocupar un puesto importante en la vida oficial y protocolaria.  En ese contexto (magníficamente explicado en los artículos de la carpetilla, que se pueden leer en español en Internet a través de una clave que incluye cada ejemplar del disco) la figura de Francesco Domenico Araia brilló con especial fuerza durante el período en que reinó la primera de las tres damas, sin olvidart a Domenico dall´Oglio o Luigi Madonis. Elizaveta, más propensa a lo ruso, hizo caer a Araia en desgracia en interés de autores dispuestos a utilizar textos en ruso, como por ejemplo Hermann Raupuch. Después, ya con la golpista Cataliana entraron en liza otros como Vincenzo Manfredini, el compositor que más transita este registro. Y otros, como el también  incluido aquí  Cimarosa, que como otros muchos otros viajaron a esas cortes donde la riqueza y el trabajo para ellos sobraba . Los materiales que se han usado para la grabación han sido cedidos por la biblioteca del Mariinski, lo que a su vez remarca el carácter investigativo del proyecto. Lo que no deja de ser meritorio e interesante, aunque para su disfrute tengamos que contemplar a la señora Bartoli disfrazada de zarina.

 

El disco es muy agradable; se escucha con placer. Naturalmente el perfume general es italiano hasta los huesos, y muy especialmente vivaldiano, de alguna manera el Vivaldi más amable y menos dramático. Perfectamente acompañada por I Barocchisti y Diego  Fasolis a la batuta, la Bartoli se encuentra feliz con estos repertorios, muy proclives a que ella exhiba la dulzura de esa expresividad nata que tanto gusta en la mezzo romana.  Y vocalmente los compromisos exigidos son los justos para una voz como la suya. Pedro González Mira

 

CECILIA BARTOLI · St. PETERSBURG. Cecilia Bartoli, mezzosoprano. I Barocchisti/Diego Fasolis. Obras de ARAIO, RAUPACH, DALL´OGLIO, MANFREDINI y CIMAROSA. Decca, 4786767

 

 

 

 

 

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