Mi experiencia con Puccini

No creo que haya aficionados a la ópera que no estén de acuerdo conmigo en pensar que estamos ante uno de los más grandes compositores de la historia, especialmente en el campo de la ópera. No son solamente los aficionados los que tal creen, sino que también lo hacen los teatros de ópera y hay buenas razones para ello y no solamente artísticas, ya que estamos ante uno de los grandes atractivos para las taquillas. Creo que un simple dato basta para poner en evidencia tal hecho.

Efectivamente, cuatro de sus óperas (La bohème, Madama Butterfly, Tosca y Turandot) están año tras año entre las 10 óperas más representadas en el mundo. Por no hablar de lo que ocurre en este año 2024, en el que, al cumplirse los 100 años de su muerte, es raro el teatro que no ofrece alguna ópera del compositor de Lucca. Nunca había visto tal proliferación de oferta de óperas puccinianas como las que este año nos ofrecen los teatros españoles. Creo que no hay ninguno que no ofrezca alguna de sus óperas.

Se trata en estos comentarios de exponer, como dice el título, mi experiencia con Puccini y diré que es en orden de importancia el tercer compositor de quien más representaciones de óperas he visto en vivo y en directo. Han sido nada menos que 290, número solamente superado por las que he podido disfrutar de Giuseppe Verdi y de Richard Wagner. No hay que olvidar que de los 3 el que compuso menos óperas fue precisamente Puccini, por lo que hay que concluir que, en representaciones por cada ópera compuesta, el de Lucca comparte el primer puesto en mi experiencia personal junto a Wagner.

Es de sobra sabido que Puccini compuso solamente 12 óperas y que algunas de ellas – especialmente Edgar y Le Villi – apenas se programan por los teatros de ópera. En lo que a mí respecta puedo decir que, habiendo visto 74 representaciones de Tosca, han sido solamente 2 las que podido ver de otras tres, que son las que acabo de mencionar, a las que hay que añadir La Rondine. Las 4 más conocidas, a las que me he referido más arriba, suman un total de 221 representaciones, es decir más del 75 % del total.

Voy a intentar hacer una selección de 10 representaciones de óperas de Puccini a las que he asistido. Me gustaría comenzar con dos comentarios. El primero tiene que ver con lo que Puccini ha tenido que ver con mi afición a la ópera, de la que me sentía más que alejado, pero que, cual San Pablo camino de Damasco, un rayo de luz hizo que todo cambiara. Han pasado casi 50 años de aquello, pero todavía lo tengo fresco en mi recuerdo.

Fue en el Metropolitan de Nueva York, a donde me invitaron a ver una ópera que no conocía (aunque parezca extraño). Era Tosca y salí del teatro tras una experiencia personal única, ya que jamás había podido creer que la voz humana pudiera ser tan bella. Fue aquella Tosca dirigida por James Conlon y en una producción de Tito Gobbi, que contaba con un reparto que no olvidaré. Se trataba de Luciano Pavarotti, Shirley Verret y Cornel McNeill. Aquella Tosca hizo que me entregara al mundo de la ópera en una afición que todavía continúa.

 

 

El segundo comentario tiene que ver con esa separación en dos mundos distintos de la ópera italiana y la alemana, como si fueran contrapuestas y en las que la importancia que se ha dado al director musical ha sido distinta, dando primacía en este sentido a la ópera alemana. Pues bien, tengo que decir que donde mejores representaciones de óperas de Puccini he visto ha sido en Múnich y que no ha habido director musical que pueda en mi experiencia compararse, dirigiendo a Puccini, a Kirill Petrenko.

Tras esta introducción, paso a mi selección de representaciones de óperas de Giacomo Puccini. Lo haré refiriéndome a sus óperas en orden alfabético.

 Edgar

No hay mucho donde elegir, ya que son solamente 2 las veces que he podido ver esta ópera, pero de ellas guardo un muy buen recuerdo de la que pude ver en Frankfurt en 2014. Era una versión de concierto, que contaba con la dirección de Marc Soustrot y un reparto vocal, en el que destacaron claramente el tenor Bryan Hymel como Edgar y la soprano Angela Meade como Fidelia. Los dos lo hicieron estupendamente.

Gianni Schicchi

En este título hay más donde elegir (8) y de ellas me quedo con la que pude ver en Múnich en el Festival de Julio de 2018. Por encima de todo tengo que referirme a la magnífica dirección de Kirill Petrenko, que en aquellos años hacía que el viaje a Múnich fuera una auténtica delicia. El reparto vocal estuvo encabezado por Ambrogio Maestri, quizá su mejor personaje, estuvo brillante Rosa Feola como Lauretta, y cumplió bien Pavol Breslik como Rinuccio. La producción de Lotte de Beer funcionó bien, destacando la dirección de escena.

Il tabarro

Entre las 9 ocasiones en que la he visto en escena, me quedo también con la del Festival de Julio de Múnich de 2018. Otra gran demostración de Kirill Pettrenko en el foso. Interesante la producción de Lotte de Beer. Giorgetta fue una convincente Eva-Maria Westbroek. Le acompañaban Yonghoon Lee como Luigi y el barítono Wolfgang Koch, que fue un destacado Michele.

La bohème

Como es lógico en este caso hay mucho más donde elegir (50) y entre ellas me quedo con la que nos ofreció el Covent Garden en el año 2015. En ella pudimos ver por última vez la producción de John Copley que tenía nada menos que 41 años de vida. La dirección corrió a cargo de Dan Ettinger, que estuvo eficaz, si no muy brillante. En el reparto vocal la gran figura fue Anna Netrebko, especialmente en el último acto. Le acompañaba el tenor maltés Joseph Calleja, que ofreció la interpretación mejor que le recuerdo.

La fanciulla del West

De las 11 vistas, me quedo con la de la Staatsoper de Viena del año 2013, que nos ofreció un reparto de muy altos vuelos, ya que eran sus protagonistas Nina Stemme como Minnie, que fue la gran triunfadora de la noche. Le acompañaba Jonas Kaufmann como Dick Johnson, que tuvo que luchar con el vendaval que venía del foso. La dirección corría a cargo de Franz Welser-Most, que ofreció una lectura brillante y muy personal de la partitura. La producción de Marco Arturo Marelli llevaba la acción a los años 50 y en ambiente minero.

 

 

Madama Butterfly

Como es lógico, hay mucho donde elegir (45) y lamento decir que no he tenido suerte con esta ópera, ya que no he conseguido ver una representación excepcional. Llego a la conclusión de que los teatros no se esfuerzan en ofrecer algo completo en un título que siempre atrae al público a la taquilla. He asistido a actuaciones dignas de ser destacadas de varias sopranos, pero a ninguna representación verdaderamente redonda.

Manon Lescaut

De las 23 vistas, me quedo con la ofrecida en el Covent Garden londinense en 2014, que contó en primer lugar con una gran dirección por parte de Antonio Pappano, verdaderamente excepcional. Los protagonistas fueron magníficos en sus personajes, interpretados por Kristine Opolais y Jonas Kaufmann, siendo una nueva producción de Jonathan Kent, que trae la acción a tiempos modernos y fue muy discutida.

 

Suor Angelica

Una vez más estamos en Múnich en 2018 en aquellas representaciones de Il Trittico, donde deslumbró una vez más Kirill Petrenko. La protagonista fue Ermonela Jaho, que ofreció una versión emocionante del personaje. En escena tuvimos la producción de Lotte de Beer, que resultó muy adecuada.

Tosca

En este caso me van a permitir que no sea una, sino dos las representaciones elegidas, ya que en cualquier selección mía no puede faltar la Tosca a la que me he referido más arriba, la del Metropolitan de 1978.

La otra excepcional a la que quiero referirme es a la que pude disfrutar en Múnich en 2016. Pocas veces, si es que alguna, he salido tan impresionado de una representación de ópera como en la ocasión referida. Una vez más se contó con la excepcional dirección de Kirill Petrenko. En el reparto hubo un trío de grandes figuras que lo hiceron todos ellos de manera insuperable. Eran Anja Harteros, Jonas Kaufmann y Bryn Terfel. Producción tradicional de Luc Bondy.

Turandot

No es fácil seleccionar una producción excepcional de Turandot, ya que las dificultades para un reparto de altura son bien conocidas en esta ópera. Finalmente, de las 52 vistas, me quedo con la que vimos en el Teatro Real en diciembre de 2018. La brillante dirección fue de Nicola Luisotti, siendo la Princesa de Hielo Irene Theorin, que sustituyó a Nina Stemme y ofreció una buena actuación, con voz adecuada al rol. Calaf fue un destacado Gregory Kunde, entonces en un gran momento de forma.

José M. Irurzun