En los medios musicales «profesionales» han causado sorpresa algunas alabanzas a la recinte producción del Teatro Real de «Lulu», especialmente las dedicadas a la dirección de orquesta de Inbal.
Resulta que Inbal, según los músicos de la orquesta, llegó sin saberse la partitura. Los primeros ensayos se los dirigieron mientras él tomaba notas sentado. Hubo no pocos enfrentamientos durante el resto de los ensayos no sólo con el director de escena sino con los cantantes y profesores de la orquesta. La orquesta y el maestro llegaron a perderse en la premier hasta el punto de tener que parar, aunque al parecer la crítica no se percatase… De ahí que cuando salió Loy a saludar y recibiese un gran abucheo, señalase con su dedo a Inbal, como expresando quién era a su juicio el culpable de una representación fallida. De ahí que la soprano protagonista tampoco quisiera hacer muchas migas con Inbal a la hora de los saludos.
¿Puede calificarse de modélica una representación en la que todos están contra todos, en la que el director de orquesta no controla? A veces conviene tener información antes de opinar.