Pésaro y su canto del cisne: sin apoyos pero con Flórez

La gestión común que el intendente Ernesto Palacio y su otrora pupilo, Juan Diego Flórez, como director artístico, han asumido del otrora glorioso Rossini Opera Festival de Pésaro no parece estar dando los frutos esperados. Desde luego, allí se añora cada día más la presencia de otro tándem mucho más brillante en sus mejores años, el que formaban, en vida de ambos, Alberto Zedda y Mariotti (padre del director de orquesta).

Juan Diego Flórez

Si este año, la programación está pasando sin pena ni gloria (el fracaso de la apertura, con la abucheada producción que Calixto Bieito, totalmente ajeno a la estética rossiniana, de Zelmira, marcó el rumbo posterior de una cita que ya no compite con las más grandes), la anunciada para el próximo año, de  muy relativo interés, ha encendido, en Italia, todas las alarmas.

En el ROF, la presente deriva se achaca a la drástica reducción de fondos públicos, que ahora fluyen hacia otros destinos: el Festival Puccini de Torre del Lago y Macerata en el horizonte próximo, con la Arena de Verona como principal apuesta política.

Pero precisamente se contaba, en el ROF; con que la sola presencia de Juan Diego Flórez, al frente de la dirección artística, movilizaría a los patrocinadores. No ha ocurrido así y la programación resulta cada día más pobre y decepcionante. ¿Hasta cuándo? ¿Debería retirarse ya el tenor peruano para consagrarse por entero a la gestión del festival o dejarlo en otras manos, con más tiempo? Esto último podría ocurrir más fácilmente.