Piratas en Emule
Les va a parecer tan increíble como a mí me lo pareció. Últimamente me ha tenido muy ocupado mi tierra alemana y, con gran disgusto, me he perdido los conciertos en el Real de Juan Diego Flórez con Daniela Barcellona y de Cecilia Bartoli. Me enteré que el primero de ellos se ofrecerá hoy por Radio Clásica y, naturalmente, no me lo pensaba perder. Sin embargo no sucederá lo mismo con la mezzo romana, ya que su casa de discos no admite un micrófonos donde ella canta, a fin de no mermar las ventas de sus discos. Mas he aquí que un amigo me vio tan cariacontecido que me invitó a comer y me trajo un regalo muy bien envuelto. Eran cuatro cds con los conciertos en el Teatro Real de los tres artistas citados. No me lo podía creer. Me dijo que no le había sido nada difícil conseguirlos, que sólo se trataba de visitar Emule en internet. Allí estaba yo a las pocas horas y sí que es verdad. No sólo me encontré con los conciertos mencionados, sino que hay todo lo habido y por haber de Flórez, hasta los «Puritanos» que cantó con Mariola Cantarero en Las Palmas de Gran Canaria en mayo de 2004.
Puestos a buscar, se me ocurrió comprobar hasta qué punto es cierto que la pareja Netrebko&Villazón son tan ideales en vivo, imagen por delante, y me descargué esa ya célebre «Traviata» que cantaron el pasado verano en el Festival de Salzburgo. Es una grabación de la retransmisión por la televisión austriaca. Pues sí tenían razón: la producción te cautiva. Pero también tienen razón los que dicen que el asunto tiene truco, porque si uno cierra los ojos y sólo se dedica a escuchar, no es oro todo lo que reluce y el llamado «milagro de San Petersburgo» no merece una canonización.
Frente a la pantalla me puse a hacer memoria de aquellas cosas que siempre he deseado tener y me vino una a la memoria: la «Semiramide» que cantaron Caballé, Horne, Araiza y Ramey con nuestro López Cobos en Aix-on-Provence. He buscado en vano durante décadas las imágenes de aquella representación. Pues también están en Emule.
Yo se que esto de la piratería supone un gran perjuicio para los artistas y la industria, pero me parece formidable en el caso de grabaciones que, como las últimas citadas, no están a la venta. Y, entonces, uno se alegra de que al campo no se le puedan poner puertas. BECKMESSER.COM