Esta semana conoceremos el nombre del nuevo responsable del Teatro de la Zarzuela pero, sea quién sea, el sistema ha sido torpe, a conciencia o por ignorancia.

Una vez elegido el candidato «ganador» para la Dirección del Teatro de la Zarzuela, se tiene pensado haacer público el nombre, pero no el proyecto, que permanecería en secreto.

Se puede guardar discreción con los nombres de los participantes no ganadores, pero ¿por qué ha de ocultarse en qué consiste el proyecto elegido? Finalmente, se supone que este mecanismo intenta aumentar la transparencia en el proceso de elección de estos altos cargos públicos y, dado que es la Dir. Gral. del INAEM quien llama a concurso y determina cuál es el ganador, lo natural sería que esta misma Dirección Gral. dé cuentas de por qué ha elegido tal proyecto y no otro. Es verdad que en ningún momento se ha declarado cuáles iban a ser los criterios que regirían la elección del director, algo que no sólo se publica, sino que se intenta objetivar mediante una puntuación criterio por criterio en el caso de todos aquellos que se presentan a una oposición del Estado. Sin embargo, en este caso, se trata de un concurso en el que no se establece desde el principio cuáles van a ser los criterios de valoración ni los índices de puntuación a cada criterio.

La conclusión que cualquiera podría sacar es que, efectivamente, de esta manera el político de turno se reserva el derecho de elegir a dedo, disfrazando la decisión con una dudable legitimidad que otorga un proceso de concurso y una comisión asesora cuyas decisiones en ningún momento son vinculantes.

Una reflexión sobre la composición de esta comisión: ¿por qué había tan pocos especialistas en zarzuela y sí el presidente de una asociación de técnicos teatrales, o alguna que otra personalidad cuya trayectoria nada tiene que ver con el género, ni con el mundo del teatro ni la música? ¿Qué legitimidad tiene una comisión con unos integrantes que conocen poco del género? Por otra parte, ¿es cierto que algunos de los convocados a la comisión no quisieron acudir? ¿Tampoco se harán públicos los nombres de los que sí acudieron?

El asunto empezó y se desarrolló mal, veremos cómo acaba.