El Alban Berg en el XVI Liceo de Cámara
Adiós a un clásico
Obras de Haydn, Alban Berg y Schubert. Cuarteto Alban Berg. Auditorio Nacional. Madrid, 6 de mayo.
Las despedidas son siempre tristes cuando tienen lugar en la plenitud, aunque también sea ésta la mejor forma de jubilarse. El Cuarteto Alban Berg lleva casi cuarenta años sobre los escenarios, desde su presentación en Viena en 1971, tras su constitución un año antes con un trabajo previo de formación en Cincinnati. En Madrid dejan muchos recuerdos y así lo pudieron comprobar en la impresionante ovación de bienvenida. Ellos mismos llevarán en sus corazones los de la capital, donde llevan actuando diez años ininterrumpidamente dentro del ciclo de cámara de referencia, habiendo llegado a ser conjunto residente del mismo.
La amplia gira de despedida, que abraca cuarenta conciertos y que se prolongará hasta junio, les ha traído a Zaragoza y Madrid, en esta ciudad con dos programas diferentes. El aquí comentado se abrió con las breves “Siete últimas palabras de nuestro Salvador en la Cruz, Op.51” de Haydn, para continuar con la “Suite lírica” del compositor de quien tomaron el nombre. Quizá ningún grupo de cámara haya profundizado tanto en la personal sonoridad de la Segunda Escuela de Viena y muy particularmente en el catálogo de Alban Berg. Con él desarrollaron la capacidad analítica, los contrastes poético-tonales, el racionalismo sonoro y la severidad y claridad en las líneas. El segundo de sus cuartetos, conocido como “Suite lírica”, es casi una pequeña ópera de cámara sin palabras, con sus seis movimientos describiendo estados de ánimo diferentes dentro de un dodecafonismo que va y viene. Obra que exige técnica, refinamiento y sensibilidad y que encuentra en el Alban Berg su mejor valedor.
Schubert compuso apenas dos años antes de fallecer uno de los más bellos cuartetos de toda la historia del género. El n.15 en sol mayor D.887 supuso además un gran avance en el tratamiento armónico, con un segundo tiempo de carácter sombrío y construcción arriesgada que contrasta con el desenfadado ambiente de los siguientes. La exposición mantuvo la claridad proverbial del grupo y también una severidad que a algunos nos parece excesiva para Schubert, donde reclamamos un “más arrimarse al toro”. En cualquier caso tres interpretaciones sobresalientes para una despedida que el cuarteto cuidó bien que no fuese grabada por radio ni siquiera por un espectador al que llamaron la atención. El Cd llegará y no era cuestión de anticiparlo en eMule. Gonzalo Alonso