El nuevo director del Teatro de la Zarzuela, Paolo Pinamonti ha confiado la Dirección Técnica (clave para sacar las producciones adelante) a otro italiano Sandro Rizzoli.

Al parecer es todo un acierto su elección, porque en apenas 10 días en el cargo ya se ha echado las manos a la cabeza varias veces al ver cómo dejó las cosas su antecesor y después de la sorpresa se ha puesto a trabajar para cambiar las cosas.

Les explicaré cómo cuentan que funcionaba aquel. Ejercía doble cargo de Director Técnico e Iluminador. Iluminaba mucho de lo que se hacía en «su» teatro y, supuestamente, fomentaba desigualdades entre el personal con «primas» generosas a través de dar cargos de responsable de sección «a dedo» y horas extra al personal que quería (normalmente a los mismos responsables de sección). A cambio el Iluminador-Director Técnico se aseguraba que en los montajes y ensayo todo fuese como la seda, además de decidir como Director Técnico en qué equipo era necesario invertir o alquilar.

Resultado desigualdad, mal ambiente, gastos de personal, y un teatro en muy mal estado. ¿Cuántos móviles de luces se alquilaron a la empresa J&L Light? ¿No hubiese sido más barato comprar alguno? etc, etc.

El nuevo, Sandro Rizzoli, al parecer ya ha tomado las riendas y las cosas parecen diferentes; para empezar le ha quitado la potestad de compras de asuntos técnicos al Gerente; está reuniéndose con todo el personal poco a poco para ver que les parece todo y ha puesto en marcha varios proyectos (remodelar el techo de la sala, equipos de sonido, etc). Parece que tiene ganas de hacer las cosas bien y por lo menos es un soplo de aire fresco en ese vetusto teatro.