Centenario de «La Fanciulla del West»
Puccini visto como un musical
«La Fanciulla del West» de Puccini. D.Voigt, M.Giordani, L.Gallo, D,Croft, etc. Orquesta y Coro del Metropolitan. G.del Monaco, dirección de escena. N.Luisotti, dirección musical. Metropolitan Opera. New York, 6 de diciembre.
Puccini estrenaba el 10 de diciembre de 1910, en Nueva York, su entonces última ópera. Se le ocurrió corresponder al encargo del Metropolitan con una obra basada en la pieza teatral omónima de David Belasco, con un tema muy americano centrado en la California del descubrimiento del oro. Contó para el estreno nada menos que con Emmy Destinn, Pasquale Amato, Enrico Caruso y Toscanini a la batuta. Puccini se enamoró de la ciudad, pero nunca pudo volver a ella. Su ópera, de plena madurez, pasó décadas de olvido tras el éxito inicial y Stravinsky, entre otros, la calificó como «Ópera a caballo». Lo cierto es que hoy se valoran, mucho más que su libreto y unidad en la estructura musical, unos hallazgos orquestales realmente avanzados en la ópera italiana de la época. sSs temas han servido de inspiración hasta a Lloyd Webber para su «Fantasma de la ópera».
Nueva York ha querido rememorar el centenario de un estreno que sirvió para colocar internacionalmente a su teatro de forma definitiva con una serie de actos, entre los que ha destacado una peculiar mesa redonda en el paupérrimo Instituto de Cultura Italiano a la que asistieron las nietas de Puccini y Toscanini y en la que el moderador no dio pié con bola, confundiendo obras y nombres. El «todo vale» también vive en NY. El Met ha programado un revival de la producción que firmara Giancarlo del Monaco en 1991, que es una de las mejores del teatro. La escenografía, muy espectacular, recrea el ambiente del Far West en tres de sus escenarios, el típico pueblo minero, su cantina y una cabaña en las montañas nevadas. Se cuida hasta el menor detalle, buscando la complicidad con el espectador de la misma forma que hoy hacen los musicales. Así la escena de la pelea en la taberna se convierten en todo un hit operístico con los muchísimos figurantes recreando lo tantas veces visto en el cine.
Debora Voigt reúne las complicadas características vocales para Minnie -graves, agudos y potencia- pero el estar demasiado pendiente de un texto que no acababa de dominar la hizo entrar a destiempo más de una vez. Lucio Gallo tiene en voz y escena al personaje del sheriff. Marcello Giordani, tenor de la casa, impresionó en el registro agudo, que llega al «si bemol» en la partitura y quedó algo apagado en las cuatro frases graves que también existen. Muy adecuados los comprimarios y una briosa dirección musical de Nicola Luisotti, que no descuidó los pasajes más líricos pero que supo extraer toda la fuerza al poderoso y tenso segundo acto, sin duda lo mejor de la obra. La producción se verá en enero, en alta definición, en varios cines de toda España en retransmisión en vivo. Gonzalo Alonso