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Por Publicado el: 22/11/2022Categorías: En vivo

Crítica: Anna Bolena en la temporada de ABAO Bilbao

¡Sobresaliente!

Fecha: 19-XI-2022. Lugar: Palacio Euskalduna, Bilbao. Programa: Anna Bolena, tragedia lirica en dos actos, de Gaetano Donizetti. Reparto: Joyce El-Khoury (soprano, como Anna Bolena); Silvia Tro Santafé (mezzosoprano, como Giovanna Symour); Marco Mimica (bajo-barítono, como Enrique VIII); Celso Albelo (tenor, como Lord Riccardo Percy); Anna Tobella (mezzosoprano, como Smeton), José Manuel Díaz (bajo, como Lord Rochefort); Josep Fadó (tenor, como Sir Hervey). Orquesta: Sinfónica de Bilbao. Coro: Ópera de Bilbao. Director musical: Jordi Bernàcer. Director de escena: Stefano Mazzonis di Pralafera. Producción: ABAO Bilbao Ópera, Opéra Royal de Wallonia-Liege, Royal Opera House Muscat y Opére de Lausanne.

Escena-Anna-Bolena-en-Bilbao

Escena Anna Bolena en Bilbao

El público abandonó el bilbaíno Euskalduna demostrando satisfacción con cuanto se había visto y escuchado. Y, en verdad, no es para menos, ya que todo se concitó para que esta dificultosa y exigente pieza donizettiana tuviera el merecido marchamo de brillo, tanto sobre el escenario como en el foso.

Cuando don Gaetano escribió esta obra, allá por 1829, acunado con los arrullos vocales de Giuditta Pasta, en la villa de la soprano sita a orillas de lago Como, debía de encontrarse en un alto grado de excitación belcantista, pues dejó para la posteridad una pieza en la que es un permanente floreo multicolor el registro agudo, en las distintas tesituras de la voz cantada. Bien han respondido ahora, a semejante reto, quienes la están representado en Bilbao, que para alguno de los cantantes, como el caso de tenor Albelo, es una de las joyas de su corona.

La orquesta Sinfónica de Bilbao, integrada por uno orgánico que estaría alrededor de los sesenta maestros, tuvo una magnífica ocasión, bien aprovechada. Ese grado de bondad no se obtiene si no es gracias a una batuta bien construida y sabia, como es la del director alcoyano Jordi Benàcer, quien mostró amplia sabiduría para salir victorioso del envite. Todo en su trabajo cuidó al máximo a los cantantes y dio brillo a una estupenda orquesta.El público le ovacionó en los saludos finales. Total acierto de este debutante a las orillas del Nervión.

La escenografía de Gary McCann, nos presentó un tinglado dentro del más depurado estilo Tudor perfectamente equilibrado con el atrezo utilizado y el vestuario de época. ¡Ya era hora! Todo cuidado en escena al detalle. Eso es de agradecer mucho.

La libanesa-canadiense Joyce El-Khoury, también debutante en ABAO Bilbao Ópera, presentó una ductilidad de expresión tímbrica envidiable, poderosa y potente, brillando en los grandes retos que plantea el personaje. Su agudo está dotado de una rotunda sonoridad y afilado, amén de penetrante. Desde principio obtuvo un gran reconocimiento del público con el aria «Chi puó vederla«, para ir ganando el entusiasmo de todas las almas presentes en el maravilloso dúo con la mezzosoprano (tal vez el más bello de la lírica belcantista) «Sul suo capo aggravi un Dio», absolutamente delicioso e inmerso en el más puro estilo del compositor bergamesco, y así llegar, pletórica, en una demostración de poder y explosión de grandeza, al final del acto II, cantando, de rodillas, la cabaleta «Va infelice«.

Demostró la valenciana Silvia Tro Santafé estar en un óptimo momento, con una textura tímbrica muy apropiada para este estilo de canto, siendo una Seymour de muchos kilates, clarísima dicción y buena exposición dramática. Así lo estableció tanto en el ya citado dúo, como en el recitativo/aria «Per questa fiamma indómita … Ah! Pensate che rivolti«. Otro acierto pleno para una gran velada.

El croata Marko Mimica tiene un chorretón de voz que modula y aplica con sabiduría y todos sus momentos sobre la escena. Como el octavo Enrique inglés, atrajo la atención de los asistentes mostrando la dulzura del dúo con Seymour, «Tutta in voi la luce mia«. La resonancia de su registro grave no pierde valor en ningún momento.

Está en plenitud de facultades, pese al mucho trabajo y tiempo que lleva en el tajo de tenor belcantista, el lagunero Celso Albelo. En su desarrollo vocal bien merece ser destacada su técnica y articulación, así como la sabiduría que tiene sobre el uso de las notas de paso para llegar a un registro agudo siempre seguro y amplio. Así en el quinteto concertante del acto I su voz tenía luz propia, y en el difícil recitativo «Vivi tu, te ne scongiuro» seguido de la exigente aria «Nei veder la tu costanza«, obtuvo elogiosos laureles armónicos muy caros de ser conseguidos con tanta solvencia. Apostar por Albelo es apostar por la seguridad. ¡Otro momento de gozo!

El coro superó con creces y en modo rotundo sus iniciáticos despistes, para ofrecer una labor muy medida, dando buena muestra de ello en el cuidadísimo y muy empastado pasaje «Chi puó vederla a ciglio asciuto», cantado por las féminas en las postrimerías del acto II. La mezzosoprano, casi contralto, Anna Tobella tuvo una actuación impecable, sacando todo el jugo a su importante, aunque corto, personaje. También cumplieron con limpieza el bilbaíno José Manuel Díaz y el mataronense Josep Fadó.

Sometida esta función lirica a examen, no cabe otra opción que la de otorgarle un sobresaliente. Manuel Cabrera

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