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Por Publicado el: 06/10/2022Categorías: En vivo

Crítica: La forza del destino en el Festival Verdi de Parma

Redondo reparto para La forza del destino en Parma

L. Monastyrska, G. Kunde, A. Enkhbat, M. Mimica, R. de Candia, A. Stroppa, M. Spotti. Coro y orquesta del Teatro Comunale di Bologna, R. Abbado. Y. Konnos, dirección de escena. Parma, Teatro Regio, 1 de octubre

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Escena de La forza del destino (c) Teatro Regio de Parma, Festival Verdi

Sin duda, el plato fuerte del actual Festival Verdi de Parma era La forza del destino; un festival que en la presente edición ha tenido un fuerte sabor español, pues ha reunido los tres títulos que el compositor escribió sobre textos de autores españoles: Il trovatore, Simon Boccanegra y la mencionada Forza del destino. El Teatro Regio consiguió un reparto redondo para estas representaciones, algo muy difícil en una ópera tan exigente.

Encabezaba el cartel Gregory Kunde, quien a sus 68 años sigue en un estado vocal impresionante. El tenor americano está siendo protagonista de una de las carreras más increíbles de la historia. Debutó en el papel de Don Álvaro en Valencia en 2014 bajo la dirección de Zubin Mehta y tuve la suerte de asistir a aquella mítica presentación; parece que para el tenor no ha pasado el tiempo. Sigue en un estado vocal extraordinario, a lo que hay que unir su característico fraseo aristocrático. Admirable la comodidad que demuestra en las frases más exigentes, como las del duettino con Don Carlo en el acto tercero, donde exhibió una naturalidad milagrosa en la zona de paso. A su lado tuvo a Liudmila Monastyrska, quien también fue la Donna Leonora de Valencia. La soprano destaca por su soberbia vocal con una voz poderosa y de fácil emisión, aunque con ciertas irregularidades técnicas, sobre todo en la zona alta. Amarstuvshin Enkhbat volvió a impresionar por la calidad de su aterciopelada voz de barítono y su impecable línea de canto, que no ofrece ni una fisura. Su Don Carlo fue simplemente áurico. Marco Spotti hizo de su Marchese di Calatrava toda una creación: su voz profunda transmite transcendencia en cada frase para dotar de nobleza al personaje. Markus Mimica, como Padre Guardiano, impresionó por su perfecta emisión y proyección, así como por la belleza de una voz que, pese a su juventud, posee ya todos los colores de la madurez, algo imprescindible para el papel. Roberto de Candia hace de Fra Melitone un retrato redondo, ofreciendo toda su comicidad sin excesos ni engaños, siempre haciendo del canto el medio de expresión. Por su parte, Annalisa Stroppa fue una perfecta Preziosilla. El papel parecía escrito para ella, especialmente por su facilidad para las partes más ligeras. Por no hablar de su carisma escénico.

La dirección de Roberto Abbado destacó por el pulso dramático que supo mantener a lo largo de toda la obra. Destaca, en ese sentido, la inteligencia a la hora de contraponer las partes dramáticas con las escenas más ligeras (las de Preziosilla o Fra Melitone) lo que constituye una de las dificultades, y secretos, de esta ópera. Asimismo, supo encontrar el tempo adecuado a cada escena consiguiendo mantener el drama sin que este decayera para culminar en esa mágica y cristalina última frase de la ópera mantenida con místico pulso por parte del director. La orquesta y coro del Comunale di Bologna encuentra en este repertorio su espacio natural. El coro ofrece una equilibrada sonoridad de conjunto de redonda calidez y expresividad: cantan y comunican a la par. Algo similar ocurre con esta orquesta que se caracteriza por su manera de escuchar y reaccionar al trabajo de los cantantes, todo ello con una calidad técnica que hace de ella una de las mejores en el repertorio italiano.

La producción de Yannis Kokkos no ofrece una versión novedosa de la obra a nivel dramático. Construye la escena a partir de estructuras planas con las que juega con las luces y sombras. Consigue atractivos ambientes y resuelve muy bien escenas como la que cierra el acto tercero. Resulta difícil establecer el tiempo histórico en el que sitúa la acción, pero parecería la Primera Guerra Mundial. Las proyecciones que recuerdan al expresionismo alemán y a la Bauhaus parecerían ir en esa línea. En conjunto, un elegante trabajo. César Rus

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