Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

Discos de 2000 otros
Por Publicado el: 30/12/2000Categorías: Discos, DVD's y libros

Discos de 2000

PUCCINI: LA BOHEME. A.Bocelli, B.Fritoli, P.Gavanelli, E.Mei, N.de Carolis. Coro del Mayo Musical Florentini y Orquesta Filarmónica de Israel. Director: Z. Mehta. DECCA 464060-2. 2CDS DDD.
Nueva y enésima versión de «La Boheme», una ópera de las más afortunadas en la historia de las grabaciones: de los Ángeles con Bjoerling, Freni con Pavarotti y tantas otras. Por eso carece de sentido desde un punto de vista artístico toda nueva grabación en la que no se aspire a niveles similares. Desde luego no es el caso de la presente. Claro que también existe otro punto de vista importante, el crematístico, y posiblemente el reclamo de los nombres de Bocelli y Mehta, bien arropados por Fritoli, Gavanelli y Mei, sea baza para conseguir ventas.
Pero como aquí no se trata de eso, sino de hacer justicia a la música y por tanto no hay más remedio que afirmar que sabíamos que Mehta tiene prestigio, pero ahora sabemos a ciencia cierta que también tiene bolsillo. No se entiende sino que permita una publicación en la que, además de no aportar nada él, figure un supuesto tenor que empieza como empieza el acto tercero. La grabación no es de recibo por más que los otros intérpretes esten dignos. Gonzalo ALONSO

REINHARD KEISER: CROESUS. D.Röschmann, R.Trekel, W.Güra, K.Käger. Akademie für Alte Musik Berlin. Dir. R.Jacobs. Harmonia Mundi HMC 901714.16. 3CDS. DDD.
Dentro de la serie de recuperaciones que última y afortunadamente inunda el mercado llega una publicación en la que tanto la obra como el autor son desconocidos en nuestros días. Se trata de un ejemplo claro de lo éefímera que puede ser la gloria puesto que Reinhard Keiser, contemporáneo de los grandes compositores del barroco alemán -Bach, Haendel, Telemann, etc-, fue un autor muy valorado en su época. Tanto como para ser considerado a su muerte por algunos como «el compositor más grande del mundo». Sin embargo nadie se ocupó de preservar sus obras, ni siquiera de transmitirnos un único retrato.
«Croesus» presenta la historia de un rey que pierde su reino frente a un pueblo enemigo cuando se hallaba en lo más alto de su gloria. Lo recuperará tras aprender lo efímera que puede ser ésta. Quizá no sea éste el caso de Keiser, que posiblemente volverá al oscuro rincón de los olvidos. La partitura no es mala, incluso presenta algunos momentos magníficos, pero resulta larga y poco diferenciable de tantas obras de la época. René Jacobs, a quien hay que agradecer su gran labor en la recuperación de obras olvidadas, promovió la representación de «Croesus» en Berlín hace unos pocos meses. Su lectura, viva como siempre, ayuda a destacar lo positivo de la obra, en especial su orquestación, y a hacerla atractiva para los oídos del presente.

AINHOA ARTETA: RECITAL. Canciones de Vivaldi, Respighi, Verdi, Fauré, Puccini, Dorumsgaard, García Abril, Montsalvatge, Guridi y Turina. Ainhoa Arteta, soprano y Alejandro Zabala, piano. ENSAYO 9810
Primer disco de la soprano española que más aparece en las revistas del corazón. Ainhoa Arteta ha recopilado las canciones que habitualmente canta en sus recitales y las que hemos tenido oportunidad de escuchar en vivo en varios lugares de la geografía española. Lo más destacable de su primer disco es precisamente el buen gusto y la inteligencia al escoger el repertorio. Se diría que ha pretendido dirigirse al mismo público que cultivan sus apariciones en prensa y desde luego lo consigue con una selección de piezas muy asequibles para el oyente y que resulta francamente variada y amena desde el Vivaldi inicial hasta el Turina final.
La interpretación es correcta, aunque ni el «Sposa son disprezzata» vivaldiano alcanza de lejos los increíbles pianos y filados de Caballé, ni el «Poema en forma de canciones» de Turina tiene la redondez de Berganza, por poner dos ejemplos. Las piezas más interesantes resultan ser las de Guridi y García Abril.

HUGO WOLF: MÖRIKE y GOETHE LIEDER. B.Hendricks, soprano y R.Pöntinen, piano. EMI 5569882.
La última premio «Príncipe de Asturias a las Artes» nos deleita con su última publicación dedicada a lieder de Wolf sobre textos de Mörike y Goethe. Sin duda una delicia por la musicalidad y el buen gusto con que Barbara Hendricks aborda sendos ciclos, en donde hallamos pequeños tesoros como «Verbogenheit» o la serie «Mignon». La extensión y la potencia del instrumento es reducida, pero la soprano aprovecha tales limitaciones justo para dotar de mayor intimidad a cada una de estas piezas que la vienen como anillo al dedo.
Los más de setenta minutos transcurren sin que nos demos cuenta y, por otro lado, se vuelve a comprobar que hay dos cosas que son diferentes: ser una artista de las que dejan su nombre en la historia de la música y ser una artista que agrada . Gonzalo ALONSO

VERDI: JERUSALEM. M.Giordani, P.Rouillon, R.Scandiuzzi, M.Mescheriakova. Coro del Gran Teatro de Ginebra y Orquesta de la Suisse Romande. Director: F.Luisi. PHILIPS 462 613-2. 3CDS. DDD
El centenario de Verdi ya se empieza a dejar sentir y como avanzadilla de cuanto llegará he aquí la primera grabación íntegra de «Jerusalem», una de las pocas obras de Verdi desconocidas a nivel popular.
Tras el inmenso éxito de «Nabucco» en la Scala, la siguiente ópera de Verdi sería «Los lombrados en la primera cruzada» y esta obra sería utilizada para la presentación parisina del compositor. París era un lugar en el que los autores italianos dirigían sus miradas con frecuencia y transformaban sus óperas para adaptarlas al gusto francés de la época por el monumentalismo. Así lo hicieron Rossini, con su «Maometto II» transformada en «Le Siège de Corinthe» o con «Mosé in Egitto» convertida en «Moïse et Pharaon» y Donizetti, cuyo «Poliuto» sería conocido en Francia con el título de «Les Martyrs». Verdi hizo otro tanto y sus «Lombardos» serían traducidos como «Jerusalem» y, naturalmente, no sólo cambió el título sino que también se reelaboró la ópera. Así encontramos un ballet en el acto III o la escena en Palestina en la que Gaston es deshonrado públicamente y condenado a una muerte de la que será salvado por una llamada a la guerra. La música es la típica del primer Verdi, vigorosa más que sutil y bastante heredera de Donizetti, pero ya con su propia personalidad. Muchos de los gérmenes de «Macbeth» son bien perceptibles.
La presente versión, grabada en Ginebra en 1998, cuenta con una dirección trepidante de Fabio Luisi y un reparto digno dentro de lo que hoy puede lograrse en el que destaca la bellísima voz de Marcello Giordani, muy en el estilo del joven Carreras que grabara los «Lombardos» par la misma casa. Marina Mescheriakova se halla un punto tirante en el registro agudo y otro tanto cabe apuntar del bajo Roberto Scandiuzzi, con una parte amplia que incluye una vibrante cabaleta. La publicación merece la pena. Gonzalo ALONSO
NESSUN DORMA. EL ARTE DEL TENOR. Arias de Monteverdi, Haendel, Rameau, Mozart, Rossini, Donizetti, Verdi, Meyerbeer, Puccini, Chaikovsky, Bizet, Offenbach y Leoncavallo. A.R. Johnson, R. Croft, J.P. Fouchécourt, F.Wunderlich, C. Pregardien, L. Alva, F. Lopardo, L. Pavarotti, P. Domingo, J. Carreras, N. Shicoff, C. Bergonzi. Orquestas varias. DGG 463 783-2.
Esta grabación ofrece un recorrido tanto por el repertorio tenoril desde Monteverdi a la primera mitad del siglo pasado, como por las voces que lo han servido desde los años cincuenta hasta nuestros días.
La selección de piezas es amena, ya que, aunque no se incluyan páginas infrecuentes y la mayoría de las arias sean archiconocidas, es la diferencia de estilos la que evita la monotonía.
El astro de la publicación es Domiingo, de quien se recogen cuatro escenas. Le sigue después Pavarotti, con tres. Y, curiosamente, la carátula del disco viene mal y el orden real es otro. ¿Es que la crisis de las discográficas lleva a que no haya nadie que cuide estas cosas?
Por lo demás, formas de cantar tan perfectas como la de Bergonzi en «Payasos» o la de Alva en el «Barbero», voces tan bellas como la de Carreras en «Tosca», artistas tan completos como Wunderlich en la «Flauta» y un muestrario de los más recientes: Croft, Lopardo o Shicoff. Es la forma oportuna de saber dónde estamos. Gonzalo ALONSO

WAGNER: DUETOS DE AMOR. Escenas de Siegfried y Tristan e Isolda. D.Voight, P.Domingo. Orquesta de la Ópera del Covent Garden. Director: A. Pappano. DDD. EMI 557004 2.
Plácido Domingo nos deslumbra continuamente, ya sea por sus novedosas y acertadas ideas como director artístico en Washington o Los Ángeles, con sus intervenciones en vivo en papeles de la dificultad de Siegmund o Herman o en grabaciones que vienen a completar su perfil canoro.
En este nuevo disco encontramos dos papeles que nunca abordará en un escenario, como Siegfried o Tristán, pero cuyos dúos de amor puede cantar perfectamente ante un micrófono, sin agobios y deleitando con su musicalidad y seductor fraseo. En la escena tercera del tercer acto de la tercera jornada del «Anillo» y en la segunda del segundo acto de «Tristan e Isolda» hay mucho que admirar, por más que alguna nota resulte forzada.
La soprano Debora Voight es una adecuada compañera en un disco bien dirigido por Antonio Pappano, futuro director del Covent Garden, que resulta original por incluir ese dúo de Siegfrido y Brunhilda que es raro encontrar aislado. Gonzalo ALONSO

MASSENET: THAIS. R.Fleming, T.Hampson, G.Sabbatini, S.Palatchi. Coro de la Ópera de Bordeaux, Orquesta Nacional Bordeux Aquitaine. Director: Y. Abel. DECCA 4667662. 2CDS DDD.
Cada día se graban menos discos de ópera y los pocos que llegan lo hacen en su mayoría por pertenecer a un repertorio olvidado o por incluir en sus repartos a figuras de las que tienen un público fiel. Ambos hechos se dan en esta «Thais», obra bastante desconocida, en la que uno de sus mayores atractivos es la presencia de Renée Fleming, una de las sopranos del presente con mayores seguidores y el no menos apreciado Thomas Hampson.
La «Thais» de Massenet, estrenada en París en 1884, es una bella ópera -muy especialmente en sus dos actos finales- que simboliza bastante el gran género lírico francés. Meyerbeer había muerto años antes, pero su influencia se deja aún sentir. En sus tres actos hay de todo un poco, arias, dúos y amplios ballets. Su música, en su exotismo, suena y tiene mucho que ver con la de «Pescadores de perlas» de Bizet de 1863 y con la «Lakmé» de Delibes de 1883.
Renée Fleming luce su atractivo timbre, probada musicalidad y emotivo vibrato en ese papel de la protagonista. Convence plenamente en la escena final, en el aria «Dis-moi que je suis belle» y en los amplios dúos con el barítono Athanaël, papel en el que se encuentra magnífico Thomas Hampson. Al lado de ambos cumplen en sus poco relevantes partes el tenor Sabbatini y el bajo Palatchi. Yves Abel es un joven director que escala posiciones con celeridad. Se trata de su primera colaboración con DECCA, pero no su primera «Thais», puesto que dirigió la obra en Niza hace poco tiempo. Su debut es esperanzador.
Una obra que merece la pena conocer y escuchar más de un par de veces en una convincente versión. Gonzalo ALONSO

LEONCAVALLO: PAGLIACCI. J.Cura, B.Fritoli, C.Álvarez, S.Keenlyside, C.Castronovo. Coros de la Radio Holandesa y Orquesta del Real Concertgebouw. Director: R. Chailly. DECCA 467086 2. DDD
He aquí una nueva versión de «Payasos» para la que la casa discográfica no ha regateado esfuerzos y ha reunido a uno de los mejores, sino el mejor reparto, que se pudiera lograr hoy para la obra de Leoncavallo, amén de una excelsa orquesta -por cierto no especializada en ópera- y uno de los directores más prestigiados del presente. Y las cosas han salido bien.
José Cura aborda el personaje de Canio con convicción. Empieza de forma bastante gutural y con una impostación no muy afortunada, pero va ganando puntos a medida que el drama cobra vida. Es curiosa su aproximación al «Vesti la giubba», en donde se han suprimido algunos excesos de la tradición. Barbara Frittoli interpreta una Nedda menos ligera de lo habitual, con más cuerpo y el resultado se agradece. Por su parte Carlos Álvarez empieza una carrera discográfica que esperemos proporcione éxitos importantes. Su voz suena discográficamente de forma diferente al vivo. Es algo que ha sucedido anteriormente con otros cantantes como Franco Corelli. Su Tonio convence y resulta poderoso, aunque se eche de menos un mayor contraste en el «cantabile» en frases como «un nido di memorie» del «Prologo». Simon Keenlyside en el pequeño papel de Silvio, con apenas un dúo que cantar, es un lujo a pesar de que estilísticamente ande algo lejos de un aldeano del sur de Italia.
Chailly no defrauda y plantea una versión muy acertada en su equilibrio al evitar las exageraciones dramáticas y la orquesta rinde al mismo nivel que nos tiene acostumbrados en el repertorio sinfónico. Una versión a considerar. Gonzalo ALONSO
MASSENET: MANON. A.Gheorhiu, R.Alagna, J.Van Dam. Orquesta Sinfónica y Coro de la Moneda. Director: A.Papano. EMI 5 57005-2. 3CDS.
Casi coincidiendo con las representaciones de la ópera en el Real se ha puesto a la venta una nueva versión de «Manon» de Massenet. Cuenta como pareja protagonista con Angela Gheorghiu y Roberto Alagna, de los pocos cantantes a quienes hoy las casas discográficas prestan más atención por sus nombres que por los títulos que desean grabar y es que la pareja vende. Vende y canta, al menos cuando no les da -y muy especialmente al tenor- por abordar papeles inadecuados para su voz.
«Manon» es un título que les encaja bien a ambos, poseedores de voces eminentemente líricas. La heroína de Meilhac ha sido encarnada en el pasado por casi todas las grandes sopranos: de los Ángeles, Tebaldi, Callas, Caballé, Freni, etc y lo mismo cabe apuntar del personaje del caballero Des Grieux: di Stefano, Kraus, Gedda, Pavarotti, etc. Pues bien, la pareja actual no desmerece de los citados. Especialmente ella, que posee un timbre de gran atractivo y un peculiar sentido dramático. Para colmo cuentan con una ayuda extra que no olieron los artistas del pasado. Estos habían de apianar y lograr las «messa di voce» por ellos mismos, mientras que nuestros Gheorghiu y Alagna cuentan también con unos técnicos de sonido que saben como adelgazar las emisiones en los micrófonos y mezclas. ¿Qué habrá de auténticamente real en nuestro mundo discográfico actual?
Entre los cantantes de los personajes secundarios merece destacarse a José Van Dam, siempre con carácter aunque la voz no sea la de antaño. Pappano dirige con acierto, aunque sin especial inspiración. Una grabación lírica de hoy que puede adquirirse sin vergüenza. Gonzalo ALONSO

ARIAS DE VERDI. JOSÉ CURA, solista y director. Arias de Aida, Don Carlo, Simon Boccanegra, Traviata, I due Foscari, Macbeth, Un Ballo in Maschera, Il Trovatore, La Forza del Destino, Otello. Orquesta Philharmonia. ERATO 8573-80232-2 DDD
Nuevo disco, tras el dedicado a Puccini, del tenor «spinto» de moda. Esta vez con arias centradas en el repertorio más dramático del compositor de Busetto. Quizá un anticipo de todo cuanto nos habrá de bombardear en el próximo centenario verdiano.
La verdad es que, escuchando con atención esta grabación, se comprende la fama de la que goza este tenor argentino descubierto en una edición de la Operalia de Domingo celebrada en Viena. Posee, al menos en disco, unas buenas dosis de comunicatividad, un timbre oscuro como pocos, agudos suficientes para su repertorio… Tiene además una personalidad definida y bien reconocible. Todo esto está muy bien. Uno oye el disco y, acostumbrado a lo que hoy tenemos, se queda contento. Lo malo es que, tras oír esta grabación, uno tuvo la mala ocurrencia de sintonizar Radio Clásica y, miren ustedes por donde, había un programa dedicado a Richard Tucker. ¡Ay, dios mío, qué diferencia! Y, claro, uno luego va y recuerda el «Celeste Aida» de Bergonzi, la «Pira» de Corelli o el «Dio, mi potevi scagliar» de Monaco. Lo más grave de todo es que Domingo, a punto de cumplir los sesenta, siga sin sustituto. Cura, ya se sabe, es el rey en el país de los ciegos. Y un rey muy atrevido, que canta y dirige la orquesta. ¿Hay quién de más? Gonzalo ALONSO

NESSUN DORMA. EL ARTE DEL TENOR. Arias de Monteverdi, Haendel, Rameau, Mozart, Rossini, Donizetti, Verdi, Meyerbeer, Puccini, Chaikovsky, Bizet, Offenbach y Leoncavallo. A.R. Johnson, R. Croft, J.P. Fouchécourt, F.Wunderlich, C. Pregardien, L. Alva, F. Lopardo, L. Pavarotti, P. Domingo, J. Carreras, N. Shicoff, C. Bergonzi. Orquestas varias. DGG 463 783-2.
Esta grabación ofrece un recorrido tanto por el repertorio tenoril desde Monteverdi a la primera mitad del siglo pasado, como por las voces que lo han servido desde los años cincuenta hasta nuestros días.
La selección de piezas es amena, ya que, aunque no se incluyan páginas infrecuentes y la mayoría de las arias sean archiconocidas, es la diferencia de estilos la que evita la monotonía.
El astro de la publicación es Domiingo, de quien se recogen cuatro escenas. Le sigue después Pavarotti, con tres. Y, curiosamente, la carátula del disco viene mal y el orden real es otro. ¿Es que la crisis de las discográficas lleva a que no haya nadie que cuide estas cosas?
Por lo demás, formas de cantar tan perfectas como la de Bergonzi en «Payasos» o la de Alva en el «Barbero», voces tan bellas como la de Carreras en «Tosca», artistas tan completos como Wunderlich en la «Flauta» y un muestrario de los más recientes: Croft, Lopardo o Shicoff. Es la forma oportuna de saber dónde estamos. Gonzalo ALONSO

VERDI. ANDREA BOCELLI. Arias de Il Trovatore, Rigoletto, Ballo in Maschera, Aida, Traviata, I Lombardi, Ernani, Don Carlo, Luisa Miller, Forza del Destino, etc. Orquesta Filarmónica de Israel. Zubin Mehta, director. PHILIPS 464 600-2
¿Ustedes han sentido alguna vez la sensación de estar deseando que termine un disco, sin poder quitarlo del aparato? Eso es justo lo que produce el presente. Hace años existió una aficionada, de apellido Foster Jenkins, de quien se publicó un álbum titulado «La gloria de la voz humana». Era todo un espanto, pero la buena señora daba conciertos en el Carnegie Hall y tenía dinero… y un marido que la hacía creer que cantaba bbien. Los aficionados acudían a reirse y los críticos escribían «Estuvo tan magistral como en ella es habitual…»
Pues otro tanto tenemos ahora con Bocelli. Es un mero aficionado y un tanto mediocre. Eso sí, con agudos que la grabación se encarga de prolongar indefinidamente. El resto, un horror. Baste, como ejemplo, la frase inicial del «Don Carlo». No se puede cantar peor. No hay línea, ni medida, se desafina…
Lo sorprendente es que haya quien compre estos productos, gente a la que se pueda engañar tan fácilmente. Y de juzgado de guardia que alguien como Mehta ayude a confundir al personal. Poderoso caballero es don dinero. Gonzalo ALONSO
ARIBERT REIMANN: LEAR. D.Fischer-Dieskau, K.Helm, H.Dernesch, J.Varady, G.Auer, etc. Orquesta y Coro de la Ópera Bávara. Director: G.Albrecht. DGG463 4802.ADD. 2CDS.
Aribert Reimann es uno de los compositores más celebrados en la Europa musical de hoy. En estas fechas se estrena su nueva ópera en el Teatro de la Ópera de Munich, basada en «La casa de Bernarda Alba» de García Lorca. En ese mismo teatro dio a conocer, en 1978, la que hasta ahora sea probablemente su ópera más famosa: «Lear». El título que a Verdi le trajo de cabeza hasta no poder nunca enfrentarse definitivamente a él, en cambio le fue bien a Reimann. Una buena parte se debió sin duda alguna al gran protagonista de la partitura, el barítono Fischer-Dieskau, que la defendió a capa y espada y realizó una interpretación inconmensurable. En uno de los papeles de sus hijas, el de Cordelia, aparecía una cantante ya famosa que llegaría a serlo mucho más: Julia Varady, su esposa actual.
La expectación y el éxito fue tan grande que la DGG realizó una grabación en vivo que se publicó un año más tarde y que se reedita ahora en compacto. Al margen de la soberbia interpretación y dirección de Albrecht, se trata de una obra nada fácil a la que los amantes de la música de nuestro tiempo conviene que se acerquen para, término odioso, comparar lo que se hacía en Europa 20 años atrás, lo que se escribía entonces y lo que se escribe actualmente en España. Es una forma de poder ubicarse y dar a cada uno lo suyo. Gonzalo ALONSO

ALBENIZ: MERLIN. P.Domingo, C.Alvarez, J.Henschel, A.M.Martínez, C.Chausson. Orquesta Sinfónica de Madrid, Coro Nacioal de España y de la Comunidad de Madrid. Director: J. de Eusebio. DECCA 467096-2. 2CDS DDD.
Interesantísima publicación, fruto de la unión de esfuerzos de la Comunidad de Madrid y el sello DECCA, que descubre un Albéniz inédito y muestra, marcando un hito, cómo han de realizarse este tipo de recuperaciones. Mucha tinta se ha vertido sobre la habilidad orquestadora del creador de «Iberia». Conocíamos su incursión en el género operístico con «Pepita Jimenez», obra irregular de algún interludio de buena factura y otros momentos un tanto débiles. «Merlín» rebasa por completo a la «Pepita Jiménez». Será dificil saber a ciencia cierta cuanto hay de Albéniz en su orquestación y cuanto de terceros, ya fueran Dukas o Ponce, pero lo innegable es que estamos ante una partitura de indudable valor sinfónico y vocal, al margen de algunas instrumentaciones ingénuas. Dentro de un aire general postwagneriano hay que distinguir entre sus dos actos, mucho más inclinado hacia los aires centroeuropeos el primero y más hispano el segundo. En él no pueden ya esconderse los orígenes del autor. La obra se halla bien construída, con una curiosa presencia del canto gregoriano, y un saber crear climax propio de un experto compositor lírico. El final del primer acto es explosivo en la participación orquestal y el del acto segundo todo un tour de force para la mezzo.
José de Eusebio, «redescubridor» de la partitura, sabe que es su oportunidad y pone toda la carne en el asador, logrando magníficos resultados de los conjuntos participantes. Los papeles masculinos se encuentran mucho mejor cantados que los femeninos, bastantes veces tensos y con partes más comprometidas. Domingo, pese a alguna nota que «chirría», es todo un lujo como el Rey Arturo y lo mismo cabe apuntar de Álvarez. Ya sólo queda su presentación escénica y merecería la pena. Gonzalo ALONSO

BERNSTEIN: CANTATA DE LA CASA BLANCA. T.Hampson, J.Anderson, B.Hendricks, K.Tarver. London Voices, Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Kent Nagano. DGG 463448-2
De vez en cuando aún se publican obras prácticamente desconocidas y muy bien presentadas que resultan una delicia y sugieren caminos por los que intentar paliar la imparable crisis del disco que vivimos. Éste es uno de esos casos.
La «Cantata de la Casa Blanca» es una adaptación de un musical que Bernstein produjo en colaboración con Alan Jay Lerner entre 1972 y 1976 de nombre «1600 Pennsylvania Avenue», que no es otra cosa que la dirección de la Casa Blanca. Se trata de una reunión de escenas que atañen al primer siglo de la historia del gobierno en la famosa mansión, con los presidentes Washington, Adam, Madison, Jefferson, Monroe, Buchanan, Grant, Roosvelt, etc.
Bernstein escribió curiosamente más música para esta pieza que para cualquier otro musical de los que compuso, agregando, quitando y ampliando números sobre la marcha, sobre los que DGG ha realizado una selección. Los números nos suenan justo a la música de la época que reflejan en una homogeneidad de estilo muy típica de su autor. En esta ocasión hay diferencias peculiares respecto a la orquestación sinfónica habitual, como la ausencia de violas, la presencia de instrumentos eléctricos o la parte realzada del teclado. El papel de Bernstein como compositor aún no se halla suficientemente valorado, cuando se trata sin duda de unos de los grandes compositores de la segunda mitad del siglo XX. Con Bernstein sucede lo que con todos los grandes desde Monteverdi a Shostakovich, pasando por Mozart, Schubert, Beethoven, Brahms, Mahler o Strauss: la autoría de sus composiciones es inequívoca, perfectamente reconocible.
RAPSODIA BRASILEÑA. Canciones de Brasil. Daniel Barenboim, solistas vocales e instrumentistas. TELDEC 8573-806512. DDD
Daniel Barenboim nos dejó asombrados hace unos pocos años con un compacto dedicado a tangos de su país natal. Ahora reincide en aquel fenómenos con una música que, en principio, le es más ajena pero en la que logra resultados magníficos.
Basta para ello ser todo un músico, tocar el piano con sentimiento y fraseo, rodearse de gente de calidad y entregada… Lo que pasa es que esto no es poco. El pianista lleva también la voz cantante -el que canta realmente en un par de piezas es Milton Nascimento- como director de un grupo compuesto por violín, flauta, oboe, clarinete, contrabajo y percusión. Los arreglos de Bebu Silvetti, acertados por su simplicidad y frescura, nos recrean canciones tan conocidas y bailadas por nuestros padres como «Tisteza» o «Mañana de Carnaval» e incluso se atreven con las «Bachianas brasileiras n.5» de Villa-Lobos, aunque sin voz.
Un disco sin pretensiones para disfrutar y evocar. Gonzalo ALONSO
ERKLÖNIG, EL ARTE DEL LIED: Lieder varios de Schubert, Schumann y Brahms. D.Fischer-Dieskau, F.Wunderlich, C.Ludwig, J.Norman, G.Moore, J.Demus, H.Giesen, D.Barenboim, C.Eschenbach e I.Gage. DGG 445 1882. ADD.
Sin duda un compacto perfecto para quienes todavía no se hallen muy introducidos en el difícil mundo del lied y deseen acercarse a él de una forma más o menos suave. No sólo recoge obras de, si cabe, los tres compositores más representativos del género, sino algunas páginas de las más conocidas como la «Serenata», «La trucha», «A la música» o «La muerte y la doncella» -por citar cuatro de un mismo autor-, sino que los intérpretes son magníficos. Se trata de un cuarteto de grandes entre los grandes, encabezado por ese inigualado Fischer-Dieskau, que acaba de cumplir 75 años, e integrado por Jessye Norman, Christa Ludwig y el «milagroso» tenor que fue Fritz Wünderlich. Voces variadas de soprano, mezzo, barítono y tenor, para un repertorio que abarca desde las canciones ligeras a las más trágicas, con acompañamiento pianístico inmejorable de Gerald Moore, Demus o Berenboim.
Lo dicho, un compacto para iniciarse o para llevar en el coche cualquiera de los que ya disfrutamos del mundo del lied. Gonzalo ALONSO
MAHLER: LA CANCION DE LA TIERRA. W.Meier, B.Heppner. Orquesta de la Radiodifusión Bávara. Director: L. Maazel. RCA 74321 679572. DDD
«Todo, por todos lados y por siempre, una luz azul brilla en el horizonte. Eternamente… eternamente…» Permítaseme que dedique esta crítica de la obra malheriana a Gonzalo Badenes, fallecido en días pasados y uno de los mejores críticos que existían en este país, por cuanto en él se reunían características poco comunes como ciencia, compromiso y sentido del humor. No sólo los lectores del Diario Levante tuvieron ocasión de seguir sus comentarios, sino que a nivel nacional pudimos todos disfrutar de sus críticas discográficas en «Babelia» de El País.
Sin duda esta nueva e importante versión de «La canción de la tierra» le habría gustado a mi tocayo. Al margen de la obra, una de las cimas de la música sinfónico-vocal, se trata de una lectura luminosa, radiante y llena de nervio. Maazel es un director un tanto irregular, capaz de los mayores tedios y de los momentos más brillantes. Logra aquí uno de estos últimos desde «La canción de la bebida del lamento de la tierra» hasta la monumental «Despedida», con una inspiradísima intervención de la orquesta de la que es titular. Se da la circunstancia de que los cantantes que le acompañan debían haber compartido el último «Tristán» salzburgués, pero Heppner canceló a última hora. El canadiense es uno de los mejores tenores lírico-dramáticos del presente y aquí lo demuestra en una parte un tanto tirante, más por las exigencias de Maazel. Waltrud Meier aborda con calidad su parte pero, todo hay que decirlo, no nos hace olvidar expresividades en el registro grave de mezzosopranos que han interpretado esta parte. En cualquier caso una versión de las mejores entre las publicadas en los últimos años, acompañada de un sonido lujurioso. Gonzalo ALONSO

VESSELINA KASAROVA: Lieder de Schubert, Brahms y Schumann. Friedrich Haider, piano. BMG 68763 2. DDD
En un principio resulta chocante la idea de una mezzo búlgara interpretando lieder alemán, cuando nos es mucho más conocida a través de sus grabaciones de Rossini, Mozart o Hendel. Sin embargo pronto vence nuestras cautelas iniciales. Posee una voz de auténtica mezzo, con un registro amplio y contundente, bien timbrada en el registro central y en los extremos. Tanto que en nuestros días muchas otras se anunciarían como contraltos. Maneja el instrumento con calor y matiza cada interpretación. Así, en «Del amor eterno» de Brahms alcanza altísimas cotas de expresividad, contrastando convenientemente las palabras del muchacho con las de su entregada enamorada. Quizá sea en este compositor, más acorde con sus dotes temperamentales, donde alcanza sus momentos mejores, y muy especialmente en la pieza citada anteriormente, aunque el estilo resulte discutible.
También dice muy bien Schubert, aunque en un alemán de pronunciación sin redondear del todo, cautivando en esa maravilla de las maravillas que es «Cantando sobre el agua», de melodía cautivadora, mientras que de Schumann destaca «Widmung». El marido de Edita Gruberova la acompaña con más corrección que inspiración. Un disco interesante de una artista aún más interesante. Gonzalo Alonso

BRAHMS: Lieder un Gesänge op.32, Fünf gesange op.27, Fünf lieder op.94. LISZT: Tres sonetas de Petrarca, Die Loreley, O lieb, so lang du lieben kannst, Es muss ein Wunderbares sein. Thomas Quasthoff, barítono y Justus Zeyen, piano. DGG 463183 2. DDD
Nuevo disco del célebre barítono alemán Thomas Quasthoff en el que vuelve a lucir una voz potente, dúctil y bellísimamente timbrada, pero no sólo eso. Posee también los dones de la musicalidad, la profundidad en la interpretación y domina el poder de la comunicación. No en vano trabajó de joven como locutor radiofónico. Allí donde su inolvidable antecesor Dietrich Fischer-Dieskau admiraba por la inteligencia -y la comparación no es exagerada- Quasthoff nos embelesa por la emotividad y lo consigue sin la menor merma para la pureza del arte.
En esta publicación, adecuadamente acompañado por Justus Zeyen, aborda un repertorio de contrastes. Así el sencillo mundo del folk brahmsiano se opone a la aparatosidad teatral de los «Tres sonetos de Petrarca» de Liszt. Pero Quasthoff acierta por igual al cantar al amor desesperanzado de la colección Op.32 de Brahms o en la alternancia recitado-cantabile de los citados sonetos. Para no caer en el olvido de los amantes del género. Gonzalo ALONSO
JANE EAGLEN: «Wesendonk lieder» de Wagner, «Siete lieder tempranos» de Alban Berg y «Cuatro últimos lieder» de Strauss. Jane Eaglen, soprano. Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Donald Runnicles. SONY SK 61720. DDD.
La inglesa Jane Eaglen es una de las pocas sopranos, si no dramáticas, sí «spinto» de nuestros días. Es, o quizá más bien intente, ser una cantante de repertorio versatil. Ha cantado desde Turandot a Norma. Por el mismo motivo presenta en este compacto obras que normalmente hoy ya no abordan el mismo tipo de voz sopranil, aunque en el pasado fuese relativamente frecuente. Así los wagnerianos «Wesendonk lieder» y los straussianos «Cuatro últimos lieder».
Los resultados no pueden ser obviamente los mismos y Eaglen se mueve mejor en los primeros que en los segundos, en los que son manifiestas algunas dificultades de coloratura y registro agudo. Con los sistemas de grabación es más fácil dar mayor profundidad a los graves de la que realmente tienen y por ello las canciones dedicadas a Matilde Wesendonk quedan muy correctas, aunque desde luego sin la expresividad de una Janet Baker o la exhuberancia de una Birgit Nilsson, por citar dos artistas de un pasado reciente.
Con todo, el disco es muy agradable de escuchar y recoge complementariamente, y bastante bien interpretados, los «Siete lieder tempranos» de Alban Berg, lo que redondea la publicación de una forma original e infrecuente. Gonzalo ALONSO

STRAUSS: ELEKTRA. B. NILSSON, G. JONES, M. SZIRMAY, C. CRAIG, D. McINTYRE. Orquesta del Covent Garden. Director: Carlos Kleiber. CONNOISSEUR GM 60001.
Corría el año 1977 y la legendaria Birgit Nilsson se hallaba ya en sus últimos años de carrera. Sin embargo realizó una nueva aparición como Elektra en el Covent Garden en la que además se reunió un reparto excepcional en el que figuraba Marta Szirmay como Klytämnestra, Gwynet Jones coomo Chrysothemis, Charles Craig como Aegisto y Donald McIntyre como Oreste. Las críticas de entonces afirmaron que Nilsson dominaba aún su increíble técnica y era capaz de abordar si bemoles en pianísimo y, aunque sus gestos fueran menos plásticos y su interpretación en la danza menos felina, no había perdido nada de intensidad sino ganado en realidad. Todo ello queda claro en este documento sonoro del que afortunadamente ahora disponemos.
Además de los extraordinarios cantantes había otro hecho si cabe más importante, cual era la presencia en el podio de Carlos Kleiber, entonces todavía no en el pináculo de la fama en que se instalaría después. «Elektra» no fue una de las óperas que repetiría más tarde y fueron muy contadas ocasiones las que dirigió el título de Strauss. Es difícil hallar una interpretación de mayor vigor y que combine al tiempo la transparencia de texturas, de la que no todo puede apreciarse por tratarse de una toma de un espectador. Sólo Mitropoulos en la legendaria grabación del Metropolitan es comparable. Un documento inapreciable, que se completa con una suite de «Wozzeck» con la Orquesta de la Radio de Colonia, en la que Kleiber vuelve a lucirse. Gonzalo ALONSO

STOKOWSKY COLLECTION: Obras de Canteloube, Villa-Lobos y Rachmaninoff. Anna Moffo, soprano. American Symphony Orchestra. Director: Leopold Stokowsky. BMG 09026 62600 2. ADD
Poco a poco vamos rehaciendo los viejos catálogos de vinilo y en la presente ocasión nos encontramos con la edición de varios compactos que, bajo el título «The Stokowsky Collection», nos presentan parte de las numerosísimas grabaciones de un mítico director que hoy se halla bastante injustamente olvidado.
Stokowsky, creador de un especial sonido en la Orquesta de Filadelfia, fue posiblemente una persona difícil, pero sin duda un genio musical de gran personalidad. Esa personalidad es la que hoy le mantiene alejado de nuestra memoria ya que en estos tiempos de falta de imaginación artística, la de Stokowsky resulta exagerada. Él creó y recreó montones de partituras, que abordaba con tal libertad que incluso las «arreglaba». Fue el prototipo de director subjetivo. Se puede comprobar en sus versiones de «Los reales fuegos de artificio» haendelianos, en las transcripciones de Bach y hasta en las «Canciones de Auvergne».
La que fuera bella soprano Anna Moffo recrea las piezas de Canteloube, las «Bachianas Brasileiras No.5» de villalobos y «Vocalise» de Rachmaninoff. Fue en su día casi tan popular por su vida, con incursiones cinematográficas de un porno light, como por su voz. Hao le hubiera bastado ésta para triunfar. Precioso disco para los atardeceres de estío. Gonzalo ALONSO

HEROINAS VERDIANAS. Arias de «Vísperas Sicilianas», «Don Carlo», «Rigoletto», «Aida», «Trovador», «Baile de máscaras», «Simon Boccanegra», «Fuerza del Destino» y «Otello». Angela Gheorghiou, soprano. Orquesta Sinfónica de Milán. Director: Riccardo Chailly. DECCA 466 952-2. DDD
Nueva grabación de una de las sopranos más promocionadas. Angela Gheorghiou subió a los altares líricos desde su aclamada «Traviata» londinense con Sir. Georg Solti. En esta ocasión aborda un amplio repertorio verdiano, que abarca desde arias para soprano de coloratura como el «Caro nome» de Gilda en «Rigoletto», hasta la de dramático spinta «Pace, pace, mio Dio» de «Forza del destino», pasando por un «Mercé, dilette amiche» de «Visperas Sicilianas» con su extraordinaria extensión de tesitura.
Gheorghiou se mueve bien en el repertorio más ligero y casi da el pego en el más dramático, gracias a que en grabación se consigue que cante hasta quien no canta. Pero las notas graves del «Bolero» o la densidad vocal de «Forza» o «Don Carlo» sólo se intuyen. La «Canción del sauce» de «Otello» o el «Come in quest’ora bruna» de «Simon Boccanegra» son aquellas en las que mejor se mueve del presente compacto. Chailly aporta su buen hacer, pero el resultado global queda a años luz de las grandes sopranos verdianas. Gonzalo ALONSO

ESCENAS DE LOCURA. Joan Sutherland. Arias de Bellini, Meyerbeer, Thomas y Donizetti. Orquestas varias. Director: R. Bonynge. DECCA 458 243-2. DDD
Hace muy pocas fechas que se ha escuchado en el Teatro Real «La Sonambula» de Bellini bajo dirección de Richard Bonynge, uno de los maestros expertos en el repertorio belcantista y el descubridor del instrumento vocal más impresionante probablemente de los últimos cincuenta años, el de Joan Sutherland. Escuchó a la joven soprano australiana y la introdujo en un repertorio en el que se haría famosa de la noche a la mañana gracias, como suele suceder, a una sustitución y se acsó con ella. Apareció en el Covent Garden en una «Lucia de Lammermoor» sustituyendo a Callas, con quien había compartido una «Norma» en el mismo escenario. Callas estuvo presente en la representación y dijo que tal era la perfección de los escuchado que no se podía mejorar y que, por tanto, ella no volvería a cantar esa obra. Lo cumplió. ¿Cabe mayor elogio?
Este compacto recoge escenas en las que Sutherland fue maestra no igualada. Esas escenas de locura llenas de coloraturas y espeluznantes sobreagudos. Otras intérpretes, como Gruberova recientemente, han abordado las mismas arias, pero ninguna con el enorme caudal vocal de la australiana y su infalible seguridad. La publicación contiene no sólo páginas tan populares como «Lucia» sino otras mucho menos conocidas como «L’etoile du Nord».
Sutherland estuvo en Madrid acompañando a su marido, acudió a un palco del Real y nadie se enteró. Ahora los muchos que no reconocieron a la gran soprano tienen oportunidad de escuchar cuanto se perdieron: todo un prodigio. Gonzalo ALONSO

THE EMI RECORD OF SINGING: GRANDES VOCES DEL CANTO DEL 1925 AL 11939. C. Badia, E. Berger, C. Cigna, M. Olivero, L. Pagliucci, E. Stignani, C. Supervia, M. Anderson, D. Borgioli, J. Bjoerling, B. Gigli, G. Lauri Volpi, L. Melchior, J. Patzak, A. Pertile, R. Tauber, C. Galeffi, A. Granforte, F. Chaliapin, E. Pinza, etc. TESTAMENT SBT 0132 (10CDS). ADD
Este es el tercer volumen de la serie emprendida por EMI para recuperar en CD grabaciones de los cantantes míticos del siglo XX desde el inicio del gramófono. El segundo volumen terminó en 1925, año en que prácticamente casi todos los nombres míticos ya habían grabado y por tanto estaban recogidos. Sabido es que siempre se ha considerado que el nivel canoro del período entre guerras descendió, sin embargo hubo una gran cantidad de voces centradas en repertorios interesantes que no han llegado a nosotros, permaneciendo sus nombres ahora ignorados a pesar de tener una calidad evidente. Entre ellos figuran la soprano ligera Adele Kerns o el tenor españo Tino Folgar que alternó ópera y zarzuela, que llegó a grabar un completo «Rigoletto» con Pagliucci -cuya voz también queda recogida- y del que hoy muy pocos se acuerdan.
Pero no sólo nombres olvidados a recuperar, sino otros que entonces empezaban y que pronto llegaron al estrellato, como los del joven Jussi Bjöerling, una de las voces de tenor más bellas de la historia, del que se ofrece una pieza tan infrecuente en su repertorio como «Au Mont Ida» de «La bella Helena» de Offenbach o la soprano Bidu Sayao, en una pieza de «El Guarany». Dos de las voces más grandes de la historia en su caudal también figuran: la mezzo Ebe Stignani figura con un aria de «Sanson y Dalila» y Beniamino Gigli con el «Aprile» de Tosti.
La lista de nombres alemanes, franceses e italianos es inmensa y desde luego esta publicación se convierte, junto con las dos anteriores, en un documento imprescindible para quienes deseen conocer no ya grandes voces del pasado, sino también la evolución de la interpretación y los repertorios. Gonzalo ALONSO
PUCCINI: MANON LESCAUT. M. Guleghina, J. Cura, L. Gallo. Orquesta y coro del Teatro de la Scala de Milán. Dirección: R. Muti. DGG 463 186-2.
La ya mítica serie de grabaciones en vivo en la Scala, fruto de la colaboración entre el teatro y DGG, prosigue con una «Manon Lescaut» de Puccini tomada en junio de 1998. El reparto reúne tres de las voces más en candelero de sus respectivas cuerdas, Guleghina, Cura y Gallo, amén del carismático titular del templo italiano de la lírica.
María Guleghina, a quien no se ha tenido ocasión de ver en Madrid pero si en Sevilla, es una de las sopranos más interesantes de la actualidad. La voz, de lírico casi spinta, no tiene una especial belleza pero sí personalidad. Su caso, al menos discográficamente, es parecido al de Zeani o Kabaivanska en el pasado reciente, sopranos cuyo rasgo más destacado era el dramatismo de sus interpretaciones. Guleghina se halla en esa línea tan poco frecuente en nuestro tiempo. Por eso resulta un placer vibrar con la dramática «Sola, perduta, abbandonata» o la sentida «In quelle trine morbide».
El papel de Des Grieux es, si cabe, vocalmente más difícil que el de «Otello», debido a su central y tensa tesitura. Por eso Domingo, por poner un ejemplo, la retiró de su repertorio mientras siguió cantando al moro. Eel timbre de Cura es atractivo, varonil, caliente. Los que asistieron a las representaciones de esta grabación cuentan que apenas se le oía en la sala. Tampoco ello es raro en la Scala. El caso es que como en los discos se hacen milagros y cualquier balance es posible, en la grabación se le escucha y bien. Incluso con matizaciones no tan habituales como «Pazzo son», en un «tempo» lento de Muti pero de gran comunicatividad. Gallo resulta un correcto Lescaut pero algo falto de carácter.
Muti supone una gran baza. Momentos como el citado final del tercer acto resultan emocionantes, con unos efectivos «ritardandos». La versión es globalmente buena pero la competencia de Callas-Stefano, Albanese-Bjoerling o Caballé-Domingo es aún muy fuerte. Gonzalo ALONSO
JESSYE NORMAN SINGS MICHEL LEGRAND: CANCIONES DE LEGRAND. PHILIPS 456 654-2
Nuevo disco de una mítica cantante que deslumbró a muchos hace años en los escenarios líricos alemanes, se labró una increíble fama y se dedicó a sus cosas. El presente disco es una de ellas. Lo dedica al músico francés Michel Legrand, autor de innumerables canciones de éxito que han sido registradas por muchas de las grandes personalidades de la música pop como Barbra Streisand o Dusty Sprigfield. «Los paraguas de Cherbourg» o «Los molinos de tu espíritu» son piezas magníficas, entre lo mejor de la música ligera.
Encontramos a la soprano con las características habituales en los últimos años. El instrumento posee aún un indudable atractivo en la morbidez de un timbre aterciopelado, pero el amaneramiento estropea en gran parte los resultados. Tras la tercera canción uno, si no está atento, llega a creerse que se ha dejado puesta la tecla «repeat» en el aparato y es que todo suena igual. Por ello se cae en el aburrimiento. Nada mejor que las voces de dos grandes cantantes del género llamado «entretenimiento» para la música de Legrand. Gonzalo ALONSO
CHRISTINE SCHÄFFER: MELODIAS DE DEBUSSY Y CHAUSSON. Christine Schäfer, soprano y Irwin Gage, piano. DGG 459 682-2.
El caso de Christine Schäffer es una muestra clara de que «más vale caer en gracia que ser graciosa». No es una mujer bandera, pero sí resultona. No es una gran soprano, ni siquiera una excepcional soprano ligera, pero tiene encanto. Hace poco nos regaló un disco dedicado a Bach en el que estaba mejor de lo que había estado en uno anterior dedicado a Strauss. Este nuevo mejora en Bach porque se aviene mejor a las personales características de Schäfer, voz de caudal limitado y perfiles suaves, justo lo que demandan Chausson y Debussy en las breves y casi etéreas canciones contenidas en la publicación.
Las melodías se aproximan, por cierto, mucho más entre sí de lo que lo que se aproximaban sus respectivos autores, bastante amigos durante un corto espacio de tiempo en una especie de atracción de polos opuestos. Entre las piezas seleccionadas hay la curiosidad de dos de Debussy pertenecientes a un pretendido ciclo de cinco canciones -«Noches blancas»- que el autor no llegó a completar, posiblemente debido al periodo de depresión por el que pasó entre la ruptura con el matrimonio Chausson y su posterior boda. La curiosidad final viene a dúo, con Schäfer y la mezzo Stella Doufenix en dos preciosas obritas de Chausson. Un disco para el erotismo melancólico. Gonzalo ALONSO
FERNANDO SOR: IL TELEMACO NELL’ISOLA DI CALIPSO. Y. Auyunaney, R.Mateu, J.Cabero, A. Ódena. Orquesta de Cambra del Garraf. J.LL. Moraleda, director. Ediciones Albert Moraleda. CDS 9313
Se lanza ahora la grabación discográfica de lo que se ha podido restaurar de una de las primeras obras de Fernando Sor (1778-1839) gracias al trabajo de Joan Lluis Moraleda y que ya se presentó en el Festival de Montgrí en 1997.
De «Il Telemaco» se ofrecen varios fragmentos, varias arias, un par de duettos y un concertante que nos revelan una música de interés que fue dada a conocer en la Barcelona de 1797 e interpretada una quincena de veces. Doscientos años después se pudieron volver a escuchar los fragmentos recogidos en el presente CDy que han sido reconstruidos a través del buceo en los archivos del Monasterio de Montserrat, del Orfeó Catalá, en la Biblioteca de Cataluña y en el Museo del Vi de Villafranca del Penedés. Las arias no tienen nada de fácil hasta el extremo que, por ejemplo, «Al miovoler sovrano» de Calipso, confiada a voz de soprano, recuerda mucho a la de Elektra en el «Idomeneo» mozartiano. Para cualquier cantante resulta harto complicado no destemplarse en piezas de tal bravura y tesitura.
La interpretación rezuma entusiasmo y no desmerece de muestras similares que se realizan en el extranjero con mucha más pompa. Se trata de un nuevo ejemplo que muestra la oportunidad y necesidad de impulsar la recuperación de nuestro patrimonio musical. Gonzalo ALONSO

EL ALMA DE ITALIA. Richard Tucker. Canciones. SONY SMK 66309.
Afortunadamente el disco nos permite mantener una perspectiva histórica que posibilita un juicio más exacto de dónde estamos en el mundo musical. Voces como la del tenor americano Richar Tucker son hoy totalmente inexistentes. La especie de auténtico tenor «spinto» ha desaparecido y no es probable que alguien guarde en la nevera un poco de ADN para una futura clonación.
Cierto es que las napolitanas en voz de un americano suenen un poco a banda sonora de comedia romántica del Hollywood de los Kelly, Day, Grant o Hudson y que veinticuatro piezas – el compacto está realmente aprovechado- acaban por agotar al mayor amante del género. Sin embargo no deja de ser un placer escuchar la valentía del tenor en piezas como el «Occhi turchini». Sube donde y como quiere con una voz potente, extensa, llena, homogénea, brillante hasta casi lacerar y un timbre de bellísimo color y, por si fuera poco, con una personalidad inconfundible. Durante años fue el rey del Metropolitan y se explica porqué. En España tuvimos la suerte de poderle escuchar «La juive» y «Carmen» en el Liceo a mediados de los setenta y pudimos comprobar que las grabaciones no mentían. Es una pena que en esta larga selección, con acompañamiento orquestal, no se haya incluido «La danza» de Rossini, que él bordaba con espectacularidad. Gonzalo ALONSO

PURCELL: DIDO Y ENEAS. J.Baker, P. Clarck, R. Herincx, M. Sinclair. St. Anthony Singers y Orquesta de Cámara Inglesa. Director: A. Lewis. DECCA LEGENDS 466 387 2. ADD
Resulta alentador comprobar como, poco a poco, van reapareciendo en CD aquellas viejas grabaciones de vinilo que todos conservamos como oro en paño. Una de ellas es el «Dido y Eneas» que grabase Janet Baker allá por 1962, cuando apenas era una joven promesa. De hecho se trata de su primera grabación de una ópera íntegra.
La mezzosoprano inglesa estuvo muy ligada a la obra de Purcell desde sus inicios canoros. Participó como una corista más en las representaciones de los años cincuenta en Glyndebourne, para más tarde abordar la segunda bruja, luego el principal papel de mezzo y, por último, el de Dido, habitualmente consignado a una soprano. Fue precisamente Lewis, el director de esta grabación, quien le pidió hacer Dido. Acertó de lleno, puesto que la tesitura alta no pasa del «sol» y, en cambio, la gravedad del centro de Baker imprime mucha mayor intensidad al lamento final, de una belleza conmovedora pocas veces igualada. La media voz en la repetición del «recuérdame» , carente de cualquier vibrato, la pureza de tono y la musicalidad son proverbiales. Todo un hito interpretativo.
Con tal intérprete debe ser fácil para un director encontrar inspiración y Anthony Lewis la halló. En el resto del reparto podía haber mejores artistas, pero Janet Baker compensa todo. Nos queda aún por ver a la luz los «Capuletos y Montescos» de EMI. Gonzalo ALONSO
FALLA: NOCHES EN LOS JARDINES DE ESPAÑA. EL SOMBRERO DE TRES PICOS. D. Barenboim, piano. Orquesta Sinfónica de Chicago. P. Domingo y D. Barenboim, directores. TELDEC 0630-17145 2.
Nueva versión de las «Noches en los jardines de España» cuando está también pendiente por publicarse la de Joaquín Soriano con la ONE y Frühbeck de Burgos. El gancho del presente cartel es indudable, nada menos que Barenboim al piano y Domingo a la batuta, que da así un paso importante en su carrera como director. La grabación proviene de un reciente concierto en Chicago que, por cierto, no es la única ciudad en donde ambos han interpretado el concierto. La pareja cumple.
Barenboim es una vez más ese pianista sensible, musical ante todo y siempre más atento a la expresión que a las notas en sí. Toca con inspiración y dominio del aire popular que encierra la partitura de Falla y Domingo sigue su concepto al pie de la letra, aunque la sutileza podría ser mayor. Los tempos son similares a los de la versión de Gonzalo Soriano con Frühbeck y algo más lentos que en la de aquel con Argenta en las dos partes extremas.
Barenboim dirige después el ballet completo de «El sombrero de tres picos» y lo hace con energía, con una orquesta soberbia y una grabación espectacular que demuestra que la técnica puede hacer milagros en una grabación en vivo. La mezzo Jennifer Larmore defiende como puede su parte, con una voz de timbre personal pero de dicción que deja mucho que desear. El conjunto queda muy propio para los públicos anglófilos amantes del «nombre», aquí siguen siendo referenciales otras versiones como las de los dos directores españoles citados anteriormente. Gonzalo ALONSO
LUCIA ALIBERTI. PORTARETRATO. Arias de «Romeo y Julieta», «Gianni Schichi», «Tosca», «La Wally», «Traviata», «Lucia di Lammermoor», «Norma», «Anna Bolena», «La viuda alegre», napolitanas y temas de películas. BMG 74321 574362. DDD
Aún tenemos reciente la presencia de Lucia Aliberti en los escenarios españoles. En Oviedo cantó ópera, en Madrid participó en la tristemente célebre gala de homenaje a Kraus. Ahora, muy oportunamente, se publica un compacto grabado en 1998, que recoge algunas de las páginas más queridas por la intérprete y, lo que es más importante, más representativas de su arte.
Lo mejor que se puede decir de Aliberti es que posee una personalidad, que su emisión es inmediatamente reconocible, aunque algunos en un primer momento puedan confundirla con Callas. A la Callas de los últimos cincuenta y primeros sesenta, la que ya entubaba. Escuchen el brindis de «Traviata» o el «Vissi d’arte» de «Tosca» para comprobar por qué afirmo tal cosa. ¿Un defecto? Realmente no. Ella canta un poco «a la antigua», con un timbre de atractivo y personal color, con musicalidad y, tal vez, un punto de falta de apoyo en el «fiato». No ha sido uno de esos fenómenos que, imitando a la griega, suben como la espuma y desaparecen igual de rápido que ella. Aliberti se ha mantenido y hasta es de las pocas sopranos que tienen su público, esos seguidores que graban sus actuaciones y buscan discos privados.
La presente selección justifica el título de «Portarretrato» y es variada. En todas las piezas hay frases destacables que por sí mismas merecen escucharse. Gonzalo ALONSO

BEETHOVEN. FIDELIO. W.Meier, P.Domingo, F.Struckmann, R.Papé, S.Isokoski, W.Güra, K.Youn. Coro de la Opera Alemana de Berlín, Staatskapelle Berlin. Director: D.Barenboim. TELDEC 3984-25249-2. 2cds.
Apenas han pasado ocho meses desde su grabación y ya se encuentra en el mercado la última de las versiones del «Fidelio» beethoveniano. A estas alturas de la película uno tiene muy claro cuál de las muchas versiones existentes es su favorita, concretamente la de Klemperer con su excelso reparto, sin embargo en varias de ellas es posible encontrar ciertos elementos individuales destacables. Lo mismo sucede en la presente grabación, que excluye los diálogos pero en cambio aporta las tres oberturas «Leonora» y la «Fidelio».
La lectura de Barenboim se mueve dentro de lo correcto, de menos a más, pero no llega al hito de otras de sus interpretaciones operísticas. Baza fuerte es la soprano Waltraud Maeier, una formidable Leonora, mientras que Plácido Domingo no acaba de sonar como Florestas. Recordamos aún su estupenda prestación para la «Novena» beethoveniana de Böhm, pero aquí no entra en el estilo del de Bonn y, tras un muy correcto aria, se muestra forzado e incómodo en el resto de sus escenas. El resto del reparto cumple sin más.
No estamos ante una referencia sino ante un producto simplemente digno. Desde luego Klemperer o incluso Fricsay o Bernstein son alternativas superiores. Gonzalo ALONSO
WOLF-FERRARI: SLY. H. Bader, D.Polaski, K.Reeh, S.Haertel. Coro y Orquesta de la Ópera Estatal de Hannover. Dir: R.Maxym. ARTS 47549-2. 2CD.
He aquí una ópera prácticamente desconocida en nuestro país, que dejará de serlo cuando próximamente cuando se represente en el Liceo gracias a un José Carreras que ha tomado la obra como título estelar en su última etapa de carrera. No tiene nada de extraño puesto que aunque la parte de tenor, el protagonista que da título a la obra, tenga algunos momentos que pueden resultar tirantes en el agudo, se aviene muy bien a sus características vocales. Además la obra mantiene una tónica general que puede resultar atractiva para el público gracias a su mezcla entre Puccini, el cabaret de Weill y el musical, con una escritura fácil.
No es una ópera cómica al estilo de otras de un autor casi olvidado por estos lares, aunque su argumento lo pueda parecer. Una especie de broma pesada que un noble le gasta a Sly, haciéndole creer que también es noble y que gracias a ello puede aspirar a la mano de una joven aristócrata. La broma, desarrollada un poco al estilo de «La vida es sueño», «Palestrina», «Cardillac» o el mismo «Dr. Fausto», acaba con el suicidio del protagonista al no poder soportar la vuelta a su auténtico «yo».
La versión proviene de una de las esporádicas resurecciones que tuvo la obra alrededor de los años ochenta, concretamente en Hannover. Por entonces Debora Polaski no era aún una soprano tan conocida como hoy día pero ya daba muestras de su talla vocal para un repertorio dramático. El tenor Hans-Dieter Bader se mostraba valiente y más que válido. Sus escenas en solitario o en dúo resultan magníficas. La dirección de Robert Maxym, muy vibrante, mantiene permanentemente la tensión. Una grabación consistente para conocer una obra de interés. Gonzalo ALONSO
RICHAR STRAUSS: EL BURGUÉS GENTILHOMBRE. P.Ustinov, B.Arnesen, C.Mayer, F.Cerny. Orquesta de Cámara de Munich. Dir: K.A. Rickenbacher. KOCH 3-6578-2. 2CD.
El sello KOCH nos viene presentando bajo el título de «El Strauss desconocido» una serie de obras prácticamente inéditas de un célebre compositor del que paulatinamente se van incorporando partituras al repertorio.
Una de las joyas de la colección es la grabación completa de «El burgués gentilhombre», conocida gracias a su suite sinfónica. Se trata de una comedia en tres actos con danzas e ideas de Molière a la que Hofmannstal puso versos en los que insertó notas de Strauss a modo de música incidental. Las discusiones entre ambos personajes fueron muchas y al escritor no acababan de agradarle algunas de las ideas del compositor, como la de incluir compases de Lully. El caso es que Staruss acabó tan poco satisfecho que más tarde reelaboró todo. Las discusiones abarcaron incluso el carácter anónimo que Hosmannstal deseaba mantener para su trabajo.
La obra completa dura casi tres horas, que no se recogen en esta grabación en su totalidad, sino que se recurre a las narraciones de Peter Ustinov para enlazar unas cosas y otras. El resultado no acaba de ser satisfactorio debido tanto a que tanta palabra no resulta en disco y que además se nos ofrece en una especie de «ensalada mixta de idiomas»: alemán, inglés y francés. Demasiada mezcolanza en todo. Otra vez será. Gonzalo ALONSO

MAORI SONGS: K.Te Kanawa. EMI 5 56828 2. DDD
Los ecos de la llegada del 2000 no se hacen esperar. Nueva Zaelanda fue uno de los primeros puntos en celebrar la llegada del nuevo año -que ni siglo, ni milenio- y allí celebró un concierto la figura más importante que ese país ha dado a la música lírica. Kiri Te Kanawa estuvo acompañada por la Orquesta Sinfónica de Nueva Zelanda en un programa, emitido para todo el mundo, compuesto por cuatro canciones maoríes. Para colmo otro tema figura como sintonía en unas retransmisiones televisivas de la copa del mundo de rugby. EMI lanza ahora un álbum con un total de dieciséis temas del folklore de los aborígenes de los que desciende la soprano, pero cuyo idioma realmente no habla. Un coro maorí, solistas, guitarras, piano y percusión la acompañan en la publicación.
Las canciones tienen el denominador común de su simpleza, de sus limitados registros y su colorido casi infantil. De todas ellas sobresale la segunda, precisamente la del rugby, por su marcado ritmo. Resulta fácil pensar que han pasado por un proceso de occidentalización que las habrá privado de gran parte de su «barbarie» original para transformarlas en algo bastante acaramelado que, eso sí, concuerda significativamente con la personalidad de la cantante favorita de Lady Di que, a sus cincuenta y cinco años, aún tiene mucho que cantar. Gonzalo ALONSO
EL AMOR, EL AMOR. Arias de óperas de Gounod, Massenet, Donizetti, Tschaikovsky, Verdi y Puccini. Ramón Vargas, tenor. Orquesta de la Radio de Munich. M. Viotti, dir. RCA 74321 61464 2. DDD.
Ramón Vargas es un tenor mejicano que empezó a hacerse famoso en Centroeuropa hace unos diez años a base del repertorio rossiniano. El tiempo ha pasado y éste también, para ampliarse y abarcar papeles más pesados. El pasado año cerró la temporada del Teatro Real sustituyendo a Alfredo Kraus como Werther. Toda una papeleta que resolvió magníficamente.
Su punto fuerte no es la caracterización dramática y tampoco sus versiones resultan marcadamente personales. Lo es una impecable línea de canto servida por una voz de timbre atractivo. En la presente selección borda el «Parmi veder le lagrime» de «Rigoletto», en el que muestra un legato admirable. Sin embargo «La donna è mobile» no resulta tan convincente precisamente por esa falta de personalidad. Su «Pourquoi me réveiller» quizá emocione más por el recuerdo de las circunstancias citadas que por su dramatismo intrínseco, pero se halla muy bellamente expuesto. El compacto se cierra con una «Che gelida manina» de factura sólida.
Un compacto que demuestra que el buen gusto de algunas soprano y, sobre todo, mezzos tiene contrapartida en algunos tenores. Gonzalo ALONSO
HEROÍNAS DE STRAUSS. Escenas y arias de «El caballero de la rosa», «Arabella» y «Capriccio». R. Fleming, B.Boney, S.Graham. Orquesta Filarmónica de Viena. C: Eschenbach, director. DECCA 466 314-2. DDD
La que posiblemente sea la gran soprano de nuestros días publica un nuevo compacto dedicado a las heroínas straussianas, que incluye los momentos centrales de la soprano en tres de sus óperas: «El caballero de la rosa», «Arabella» y «Capriccio». Fleming esta soberbia, en la tradición de las grandes sopranos que han abordado las mismas obras y además resulta tan inconfundible como aquellas. La voz tiene una consistencia difícil de encontrar en nuestros días, domina el estilo y resulta elegante sin caer en la edulcoración tan peligrosa en unas escenas con mucho almibar. Los matices se deslizan por doquier en forma de pianos o medias voces.
En las grabaciones es acompañada por otras dos damas de tanto lujo como la también soprano Barbara Bonney y la mezzo Susan Graham y, en papeles mucho más reducidos, aparece la leyenda viviente de Walter Berry.
Como naturalmente era obligado que ese director en ascenso que es Christoph Eschenbach tuviera sus posibilidades de lucimiento se incluye también la «Música de la luna» de «Capriccio». Hemos oído mejores versiones y también peores.
Un buen disco que nos hace añorar la presencia de una excelente cantante en los escenarios españoles. Gonzalo ALONSO
PERGOLESI: STABAT MATER. A.Scholl, B.Bonney. Les Talens Lyriques. C.Rousset, director. DECCA 466 134-2.DDD
La música de Pergolesi no es abundante pero sobre lo conocido y lo atribuido hay cada día más reclamo. Sus dos obras más famosas son la ópera «La serva padrona» y el «Stabat Mater», que hasta cierto punto comparten un mismo lenguaje musical. Difícil que fuese de otra forma cuando el compositor murió a los veintiséis años.
El «Stabat Mater» llegó a gozar de gran popularidad en su época, muy especialmente en Nápoles, e incluso en muchas ocasiones sustituyó al entonces más célebre de Scarlatti. Su música es de enorme frescura en su simpleza, pura y de cierta nobleza estilística. Algunas partes ciertamente recuerdan a «La serva padrona» como el «Quae moerebat» , en esta versión a cargo de contratenor, o el dúo «Fac ut ardeat cor meum», pero simultáneamente conserva un tono religioso fácilmente perceptible.
De la obra existen versiones discográficas de altura como la de Muti o, muy especialmente, la de Gracis con Freni y Berganza. La presente no desmerece gracias tanto a la cuidada dirección de Rousset, más interior que espectacular, como a la delicada interpretación de Bonney y Scholl. Aporta el distintivo de emplear contratenor en vez de mezzo. G. ALONSO
EL ALBUM DE VIVALDI. Cecilia Bartoli. Arias de Vivaldi. Coro Arnold Schoenberg e Il Giardino Armonico. G. Antonini, director. DECCA DDD 466 569 2.
He aquí un compacto realmente formidable. Alguien próximo a Cecilia Bartoli, probablemente su hermano a cuya memoria dedica el album, se encerró en la Biblioteca Nacional de Turín y hurgó entre manuscritos ocultos de Vivaldi hasta sacar la presente selección, que recoge arias absolutamente desconocidas del autor barroco italiano. A primera vista, me atrevería a decir que incluso en una primera audición, un compendio vocal de Vivaldi puede percibirse como próximo al tedio. Nada más lejos de la realidad. La variedad de estilos, siempre dentro del vivaldismo, es inmensa. Para entendernos, no estamos ante otra reescritura de «Las cuatro estaciones».
Desde el «Orlando finto pazzo» a la «Griselda» transcurren veinte años muy significativos de una produción lírica que hoy se halla prácticamente olvidada, escrita para varios teatros italianos, entre lo que destaca el de Venecia, la ciudad que primero dedicó uno al público de pago. Abre el disco una página bucólica centrada en la primavera pero que bien podría usarse como tema navideño. A partir de ahí desde el lirismo terrorífico de «Gelino in ogni vena» al desenfrenado furor del «Anderó, voleró, grideró». La exhibición de la mezzo es impresionante. Sutil y admirable el legato en las piezas recogidas y espeluznantes las coloraturas –como no se han oído en una mezzo en décadas- de las de bravura. Lo dicho: un prodigio. Gonzalo AlONSO
BRETÓN: LA DOLORES. E.Matos, P.Domingo, R.Pierotti, T.Beltrán, M.Lnza, S.Palatchi, E.Baquerizo. Coro del Gran Teatro del Liceo y Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. A. Ros Marbá, director. DECCA 2Cds. DDD. 466 060-2
Estamos de suerte. Una firma de tanto prestigio internacional se ha lanzado al ruedo de las recuperaciones de la lírica española. Publica ahora «La Dolores» de Bretón y próximamente editará «Merlín» de Albéniz. Es obvio que la presencia de Plácido Domingo en ambas ha debido ser razón importante para la empresa.
Emilio Casares apunta en sus notas –por una vez en español en el libro del disco- que en la década de los noventa del siglo XIX se estrenaron veintinueve óperas españolas. Mucho hay por tanto donde investigar. «La Dolores», representante de la escuela verista española, es de las óperas que más éxito ha tenido desde su estreno y hay sus motivos para ello. Contiene la célebre jota, página muy bien construida pero muy maltratada por los Coros y Danzas de aquella ya lejana Sección Femenina en cada primero de mayo, una arieta de tenor, un estupendo dúo de éste con la soprano y un terc

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023