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Discos de 2001
Discos de 2000
Por Publicado el: 31/12/2000Categorías: Discos, DVD's y libros

Discos de 2000 otros

BRETÓN: LA DOLORES. E.Matos, P.Domingo, R.Pierotti, T.Beltrán, M.Lnza, S.Palatchi, E.Baquerizo. Coro del Gran Teatro del Liceo y Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. A. Ros Marbá, director. DECCA 2Cds. DDD. 466 060-2
Estamos de suerte. Una firma de tanto prestigio internacional se ha lanzado al ruedo de las recuperaciones de la lírica española. Publica ahora «La Dolores» de Bretón y próximamente editará «Merlín» de Albéniz. Es obvio que la presencia de Plácido Domingo en ambas ha debido ser razón importante para la empresa.
Emilio Casares apunta en sus notas –por una vez en español en el libro del disco- que en la década de los noventa del siglo XIX se estrenaron veintinueve óperas españolas. Mucho hay por tanto donde investigar. «La Dolores», representante de la escuela verista española, es de las óperas que más éxito ha tenido desde su estreno y hay sus motivos para ello. Contiene la célebre jota, página muy bien construida pero muy maltratada por los Coros y Danzas de aquella ya lejana Sección Femenina en cada primero de mayo, una arieta de tenor, un estupendo dúo de éste con la soprano y un tercer acto de formidable dramatismo desde su atractivo preludio.La grabación debió pasar por algún que otro percance, perceptible para oídos muy atentos en alguna nota que suena como «intercalada» y en ciertos pasajes de dúos en los que parece como si las voces no lo hubieran grabado juntas. Domingo hace honor a su fama, aunque pase apuros en la zona alta, y son auténtica revelación Manuel Lanza y Elisabete Matos, quien va de bien a mejor. Gonzalo ALONSO
DONIZETTI: ZORAIDA DI GRANATA. M. Cullagh, B.Ford, P.A.Kelly, M. Hargreaves, D.Natoli, C.Pastorello. The Geoffrey Mitchell Choir, Academy of St. Martin in the Fields. D.Parry, director. Opera Rara. DDD
Los amantes del belcanto donizettiano están de suerte. Se publica «Zoraida de Granada», el primer éxito de Donizetti y la primera de sus obras con grabación completa que, además, presenta ambiente español. Y no sólo eso, puesto que su duración nos acerca a la gran ópera francesa o al drama wagneriano. Nada menos que cuatro horas y media en las que puede hallarse de todo, como en botica. No es que la ópera sea larga, que con sus tres horas lo es, es que la publicación incluye un montón de escenas alternativas de fechas diferentes.
La crítica bergamasca de 1822 recibió la partitura como «una nueva y muy gozosa esperanza para el teatro musical italiano». No se equivocó y, la verdad, es que «Zoraida» contiene elementos para advertir que su joven autor tenía cosas en la cabeza. Cierto es, primero de todo, que rezuma Mozart en muchos recitativos, que Beethoven alienta algún preludio o que Rossini se pasea por más de una caballeta de tenor y contralto, pero muestran un saber asimilar y sintetizar todas aquellas influencias y al lado de estas fantasmagóricas apariencias hay páginas de tintes personales. Así coros que volverán a sonar en aquella «Anna Bolena» que marcará el despegue definitivo o arias del más puro belcanto a cargo de la protagonista.
Las cosas se han hecho bien y la versión no puede estar mejor presentada en nuestros días, con una dirección vibrante y un reparto consistente que encabeza la revelación de la soprano protagonista Majella Cullagh. Quien tenga dudas ante el precio de cuatro CDS que seleccione el «finale primo» del último de ellos. Se llevará muchas sorpresas. Gonzalo ALONSO
BERNSTEIN: WONDERFUL TOWN. K.Chriswell, A.McDonald, T.Hampson. Birmingham Contemporary Music Group. S.Rattle, director. EMI 5V56753 2. DDD.
Sin duda Bernstein fue un gran director. Fue también un apreciable compositor de sinfonías, oratorios y otras piezas que podríamos encuadrar en el género de «lo clásico» y si dentro de ellas destaca la frescura de las partituras aparentemente más intrascendentes como el «Divertimento» no es casualidad. Bernstein, de hecho, fue un formidable compositor de música «desenfadada». «West Side Story» no fue un caso aislado y la presente «Wonderful Town» es una obra de gran atractivo que, de algún modo, preludió su más famosa comedia musical aunque sea frecuentemente olvidada. Cuando, a sus treinta y dos años abordó esta composición, ya contaba en su catálogo con «On the town», «Fancy Free» y «Trouble in Tahiti» y acababa de regresar de su luna de miel.
Nueva York es el escenario de la pieza de Betty Comden y Adolph Green a la que Bernstein añadió su genio musical. Esta vez no la de los desafíos entre americanos y puertorriqueños, sino la de una «Christopher Street» y un «»Greenwich Village» que ya no eran lo que fueron y tampoco lo que serían más tarde. A ese popular barrio se mudan dos jóvenes mujeres que acaban descubriendo su «maravillosa ciudad». Entre una rica mezcla de estilos muy diversos, tratados con gran maestría, surge esa canción romántica, la melodía tierna o el espectacular número de conjunto. La versión no puede mejorarse y es que, además de los intérpretes, su mejor baza es un Simon Rattle –que alguien quiso ligar al Real antes de su ascenso al Olimpo- en estado de gracia. Imprescindible para los seguidores de un género que muchos consideramos el sucesor de la ópera. Gonzalo ALONSOBEL CANTO. Arias de obras de Donizetti: Pia di Tolomei, La regina di Golconda, Don Sebastiano, Les Martyrs, Marino Falliero, Linda di Chamounix, Le fille du regiment y La Favorita. Enrique Viana, tenor y Manuel Burgueras, piano. CALANDO. DDD.
Enrique Viana representa un caso curioso y aislado en el mundo de los tenores españoles. Su alto grado de exigencia y fidelidad a unas ideas le ha llevado a aislarse comercialmente. Por eso, entre otros motivos, se le ve poco en los teatros y salas de conciertos. Se prodiga más en salas que podríamos calificar como alternativas. Ahora nos llega su primera grabación de la mano del sello artesanal CALANDO, promovido por unos unos cuantos amigos muy aficionados a la música.
El compacto, de muy original diseño en su formato de presentación, se dedica al repertorio que Viana domina ampliamente, el belcanto y, más concretamente, a Donizetti. Recoge una página tan popular como la cavatina de «La hija del regimiento» pero tras ella la más conocida sea quizá «Una vergine, un angiol di Dio…» de «La Favorita». A partir de ahí piezas tan infrecuentes como las de «Marino Falliero» o «La regina di Golconda».Todas ellas permiten amplias opciones de lucimiento que Viana aprovecha para regalar sus sobreagudos y hacer una exhibición de la técnica belcantista, de la que este compacto viene a ser toda una recopilación. Viana canta realmente bien, otra cosa es que el timbre y el vibrato, muy personales, no sean del gusto de todos pero lo mismo ha sucedido con los de Merritt o xxxxx y ahí están ambos. En suma, un disco de gran interés por cuanto nos ilustra sobre cómo debieron de cantar en su día los Rubini, Duprez o Nourrit. G.Alonso
PUCCINI: LA BOHEME. A.Gheorghiou, R.Alagna, E.Scano, S.Keenlyside, R. de Candia, I.D’arcangelo. Orquesta y coro del Teatro de la Scala. R.Chailly, director. DECCA 466070-2. 2CDS DDD.No le debe resultar nada fácil hoy día el negocio a las casas discográficas. Las óperas de repertorio están requetegrabadas y con versiones de referencia. Solamente de «La boheme» me vienen a la mente las Beecham, Karajan y, en cierto modo, Solti y Votto. De otro lado resulta muy arriesgado lanzarse a las exhumaciones, por lo que suele hacerse cuando las apoya una primera figura. Cuando los intérpretes actuales frecuentemente quedan por detrás de otros del pasado, ¿qué sentido tiene una nueva versión? Algo hay que buscar.
DECCA, quien posee la histórica grabación de Karajan, propone una nueva versión con Chailly y esa pareja que ya está hasta en la sopa -Callas y di Stefano también grabaron mucho juntos, pero el ritmo era diferente- añadiendo los míticos conjuntos de la Scala. Se presenta una excusa, la de una edición crítica que descubra aquello que fue desapareciendo del original de la partitura a la primera copia y sucesivas. Trata también de rescatar los tempos y formas de expresión deseados por Puccini, que era muy detallista en todo ello. Así nos encontramos con una pequeña frase al inicio del «Che gelida manina» con una flauta ascendiendo sobre notas del arpa o, como también se hace en alguna otra grabación, con el «amor» de Rodolfo al final del primer acto descendiendo del «fa» al «mi», en vez de terminar con el «do» habitual. La verdad, «peccata minuta».
Pero la versión contiene mucha vitalidad, los tempos vivos que reclamaba el compositor y una pareja protagonista próxima al ideal, sobre todo Gheorghiu, que no sólo posee una voz de gran atractivo sino que logra expresar todo el carácter y el drama de Mimi. Por el contrario son menos adecuados Elisabetta Scano, demasiado blanda y aséptica Musetta, y Simon Keenlyside, un Marcello que no acaba de convencer. Chailly y los conjuntos corales y orquestales sobresalientes. No es la mejor versión, pero no desmerece. Gonzalo ALONSO
KRAUS INMORTAL. Arias, romanzas y canciones de Donizetti, Verdi, Massenet, Cilea, Soutullo, Leoncavallo, Villa-Lobos, Turina, Grieg, Satie, etc. A. Kraus, tenor. E.Arnaltes, piano. Orquestas Sinfónica de RTVE, Filarmónica de Gran Canaria, Sinfónica de Madrid y Filarmónica Eslovaca. M.Gómez-Martínez, G.P.Sonzogno y K.Leitner, directores. RTVE MÚSICA. 2 CDS.
Un buen recuerdo, palpable demostración de cómo es posible cantar soberbiamente pasados los sesenta años. Una parte del primer compacto, con escenas de «lucia», «Manon», «Rigoletto» y «El último romántico» se grabó en el Teatro Romano de Mérida en agosto de 1992. Otra parte en Lanzarote e incluye arias de «Linda de Chamonix» y «Werther». La tercera parte, proveniente de la Plaza de Toros de las Ventas en 1990, ofrece «Traviata» y «Arlesiana» y se completa con fragmentos de 1991 en el Palau Sant Jordi catalán. El segundo compacto, que se grabó en 1991 en Prado del Rey, recoge canciones varias y el «Canto a Sevilla» de Turina con acompañamiento pianístico de Edelmiro Arnaltes.
Realmente se puede afirmar que por estos años aún daba lecciones de canto, desde el legato de «Linda» a la bravura de la caballeta de «Traviata» pasando por le emotividad de un «Lamento de Federico» que siempre fue admirable. Cuando uno escucha el «Canto a Sevilla» se lamenta de que nadie haya tenido la iniciativa de editar una amplia colección del cancionero español a cargo de nuestros grandes cantantes: de los Ángeles, Berganza, Lorengar, Caballé, Kraus, Domingo, Carreras, Aragall, Lavirgen, etc. No hubiera tenido precio y aún se está a tiempo. Gonzalo ALONSO

MERCADANTE: LES SOIRÉES ITALIENNES. N. Miricioin, Y.Kenny, W.Matteuzzi, B.Ford, A.Miles, G.Magee. D. Harper, piano. Opera Rara ORR 206. DDD.
Mercadante es hoy un compositor prácticamente olvidado que sin embargo gozó de considerable fama en su época y hasta del favor de alguien tan supuestamente exigente como Franz Liszt. Algo ha de tener la música del autor de «Le due illustri rivali» o «Il giuramento» y efectivamente lo tiene. Decía Liszt que Mercadante escribía con pausa y sabiduría y que además cuidaba y revisaba sus pentagramas. Las presentes canciones muestran también inspiración, aunque algunas nos suenen de lejos a varias arias de otros autores.
Las «Soirées italiennes» están compuestas siguiendo la misma base que las «Soirées musicales» de Rossini: ocho ariettas y cuatro duettos en italiano. Los textos pertenecen a Carlo Pepoli, quien colaboró también con Rossini y escribió para Bellini el libreto de «I Puritani». Cada pieza contiene una dedicatoria expresa. Así las hay dedicadas a los cantantes Rubini, Tamburini y Lablanche o a varios aristócratas de la época.
Serenatas, brindis, barcarolas, polkas, etc se suceden en agradable variedad. Las más bellas son sin embargo las melódicas y, en especial, las interpretadas por los tenores. Matteuzzi y Ford están soberbios en sus «Il pastore svizzero» y «L’asilo al pellegrino». La soprano Yvonne Kenny se luce así mismo en «La zingarella spagnuola» y en «La rosa», una de las cinco canciones adicionales e independientes que contiene la publicación. Más agradable cuanto más se escucha. Gonzalo ALONSOHAENDEL: DON RODRIGO. G.Banditelli, S.Piau, E.Cecchi Fedi, R.Müller, R.Invernizzi, C.Calvi. Il Complesso Barocco. A. Curtis, director. Veritas Virgin. 5 45897 2. 2CDS DDD.
Sin duda Haendel está de moda. Los discos –la aún reciente «Ariodante» es una buena muestra- y las producciones escénicas –la «Rodelinda» en Glyndebourne, el «Julio Cesar» en Oviedo o los muchos títulos munichenses- vienen a ofrecernos uno de los panoramas haendelianos más extensos de las últimas décadas, alternando las obras ya conocidas con otras totalmente olvidadas.Tal es el caso de «Don Rodrigo», una de las óperas de juventud de su autor, compuesta a los veintidós años para su debú italiano. Nunca más volvió a representarla en vida, aunque su posterior «Almira» contiene muchas reminiscencias. Tan solo en los últimos años se ha producido la recuperación: en Insbruck en 1987 de la mano del propio Curtis que dirige la presente grabación, en la Haendel Opera londinense en 1985 o en Karlsruhe en 1987. La obra, situada en la España del último rey visigodo, es una sucesión de arias con apenas un par de pasajes instrumentales y dúos, asignadas casi todas a cuerdas femeninas. Hay varias de ellas de factura magnífica, como la temperamental «Ti lascio alla pena» de la mezzo protagonista –en un papel que hubiera hecho las delicias a Teresa Berganza- «O morte o vendetta» para soprano de coloratura o ese «Allor che sorge» para tenor que muchos podrían confundir con una de las arias de la más conocida de las pasiones bachianas. Análogo reconocimiento merece el dúo soprano-mezzo «Addio, mio caro bene», auténtica delicia.Cierto es que escuchada de seguido produce alguna fatiga, principalmente porque la interpretación es digna pero fuera de lo espectacularidad y un punto poco contrastada, pero ya sabemos cuál es el remedio si de discos se trata: hoy uno y mañana otro. Gonzalo ALONSO
DONIZETTI: ESCENAS Y OBERTURAS. María Estuarda, Marino Faliero, Caterina Cornaro, Gianni de Calais, María de Rohan, Ugo conde de París, Anna Bolena, Pia de Tolomei, etc. R. Blake, N. Miricioiu, G. Magee, etc. Orquesta Filarmonía, Coro Geoffrey Mitchell. D. Parry, director. OPERA RARA ORR 207. 2 CDS DDD.
Siempre queda algo por descubrir, aún perteneciente a obras ya más o menos populares. En el caso del bell canto es fácil de explicar. Los compositores solían introducir constantemente cambios en sus pentagramas. Unos a causa de los cantantes. Muchas arias se acoplaban a voces concretas y existen versiones alternativas de arias y escenas en función de las compañías disponibles. En otras ocasiones la censura obligaba a realizar cambios y según los criterios de ésta iban variando, también la música lo hacía.
La presente publicación nos aporta muchas novedades desde una obertura alternativa para unas «María Stuarda» en la Scala. Hay también un nuevo final para «Caterina Cornaro» en el que la soprano llora sobre un moribundo barítono. Y así sucesivamente arias, un sexteto de la desconocida «Gianni di Calais» o un cuarteto de «Pia de’Tolomei». Todo ello muy interesante para amantes del bel canto, que pueden disfrutar de la gran técnica pero incómodo timbre de Rockwell Blake (impresionante en «Marino Faliero») y de las interesantes voces de las sopranos Miricioiu y Cullagh, ésta un descubrimiento como la Metilde de «Gianni». Gonzalo ALONSOKARAJAN: GRANDES GRABACIONES DE LA CENTURIA: MAESTROS CANTORES de WAGNER. ARIADNA EN NAXOS DE STRAUSS. COSI FAN TUTTE Y FLAUTA MÁGICA DE MOZART. PELLEAS Y MELISANDE DE DEBUSSY. HAËNSEL Y GRETEL DE HUMPERDINCK. T. ADAM, R.KOLLO, H.DONATH, E.SCHWARZKOPF, R.STREICH, I.SEEFRIED, R.SCHOCK, N.MERRIMAN, R.PANERAI, L.SIMONEAU, F.VON STADE, R. STILWELL, J.VAN DAM, ETC. STAATSKAPELLE DRESDE, PHILHARMONIA, FILARMONICA BERLIN, ETC.
Continúa la colección de Grandes grabaciones de la centuria con varios álbumes en los que el protagonista es Karajan. Las fechas originales de su primer lanzamiento van desde el «Hansel y Gretel» de 1953 al «Pelleas y Melisande» de 1979. La realidad es que las mejores versiones corresponden a aquellos títulos que produjo Walter Legge, mientras que el nivel más bajo lo alcanzanlos «Maestros cantores» de Michel Glotz.
Particularmente destacable es la «Ariadna en Naxos», aunque dada su edad es presentada en versión monofónica y los amantes del sonido por el sonido huirán de ella. No tanto, sin embargo, como huirán y, con cierta razón, de la «Flauta mágica», de unas condiciones sonoras lejanas al ideal. Karajan se hallaba en racha de gloria y la dirección comparte por igual inspiración y frescura, quizá hasta un punto excesivo de impulsividad. Contó además con unos interpretes de referencia. Rita Streich fue una Zerlina que ha quedado como referencia. Admira la facilidad con que lanzaba nota tras nota en su dificilísima aria. Tras ella sólo Gruberova admite la comparación. Elizabeth Scharzkopf volvía a ser un poco más ella que su personaje, en este caso Ariadna. Insistía demasiado en acentuar determinados matices que amaneran algo la interpretación, pero su escena final merece ser escuchada con atención. Irmgard Seefried compuso, valga la redundancia, un compositor ideal. Tan sólo diez años antes había cantado el mismo papel en la gala de homenaje a Strauss en su 80 cumpleaños que dirigió Karl Bohm. Rudolf Schock salía sobresaliente en el heroico y agudo Bachus, lo que ya es mucho decir, aunque el timbre pueda no gustar a todos. La nota curiosa la brinda la presencia de un Hermann Prey dando, como Arlequín, los primeros pasos de la que sería una carrera gloriosa.
Las mismas dos grandes y míticas sopranos dan otra lección de canto en el, ya clásico, «Hänsel y Gratel», aunque otras artistas más recientes hayan sido más capaces de reflejar la pureza y frescura de los niños protagonistas.
En cuanto al «Pelleas» digamos que si Debussy pretendió alejarse de Wagner, Karajan lo dirigíó como si se tratase de «Parsifal», para bien y para mal. A la interpretación vocal no se le pueden poner objeciones. Ya saben con ello a quienes puede interesar. Gonzalo ALONSO
MORALES: ILDEGONDA. V.Dávolos, R.Hernández, etc. Coro de la Escuela Nacional de Música. Orquesta Sifónica Carlos Chávez. F. Lozano, director. FORLANE 16739/40.
No sólo en España se resucitan títulos de óperas hoy absolutamente desconocidas, también en Méjico. Ambos países sufrieron una misma enfermedad: la de los editores italianos, que dominaban el panorama internacional y no tenían el menor interés en las obras que se escribían en España o Méjico. Así el compositor Melesio Morales (1838-1908) resulta un cierto paralelo de los Bretón o Chueca, al menos en su lucha por llevar a los escenarios un género lírico autóctono.
La experiencia nos ha enseñado que la mayor parte de esas obras olvidadas pueden seguir tranquilamente en el olvido, al igual que muchas de las de Donizetti o Rossini. Y es que en ellas hay poca originalidad. Otro asunto es la belleza de alguna de sus páginas. «Los amantes de Teruel» contenían algunos bellos dúos y concertantes. A esta «Ildegonda» le sucede otro tanto. Hay una soberbia escena para la soprano al inicio del segundo acto, cuya factura recuerda mucho en su atmósfera al final de «El pirata» belliniano. Entre los compositores de Bérgamo y Catania se desenvuelven también algunos inspirados concertantes. Todo ello hace que la música se siga con agrado.
La lástima, como en la mencionada ópera de Bretón, es que cuando se recuperen estas partituras no se haga con los medios adecuados. La grabación de «Ildegonda» se realizó en vivo, en el Teatro de las Artes mejicano en 1944. Coro y orquesta eran deleznables, el director discreto al igual que los solistas si exceptuamos a soprano y tenor, que sí llegan a hacernos disfrutar de esas melodías que parecen copiadas de Bellini. ¡Lástima de iniciativas desperdiciadas por falta de un poco más de esfuerzo! Gonzalo ALONSO

CELIBIDACHE: OBRAS DE BEETHOVEN, BRAHMS Y SCHUBERT. Orquesta Filarmónica de Munich. Director: S. Celibidache. EMI 5568372. ADD. 10 CDS
Nos llega ahora la tercera caja, con diez compactos, de la serie que EMI está lanzando con grabaciones realizadas en directo durante los conciertos que el maestro rumano dio en Munich con la Filarmónica de aquella ciudad. De las dos cajas anteriores –la primera con obras de Mozart, Haydn, Beethoven, Schubert, Schumann, Mussorgsky, Wagner, Debussy, Ravel, Bartok, etc y la segunda dedicada a Bruckner- se han vendido la friolera de 650.000 unidades. Ya ascienden a treinta y tres los compactos autorizados de momento para esta serie. Así es la vida. Toda una vida negándose a publicar discos y la familia ahora lo autoriza. Claro que es lo mejor que nos podía suceder a los aficionados. Seguro también que el maestro, titular durante diecisiete años de la orquesta bávara, de alguna forma preveía que esto iba a suceder. Si no de qué iba a permitir que se grabasen íntegramente todos sus conciertos. Por eso afortunadamente podemos disfrutar de sus lecturas con mucho mejor sonido que aquellas legendarias grabaciones piratas.Nos encontramos con las cuatro sinfonías de Brahms, su «Requiem alemán» y las «Variaciones sobre un tema de Haydn», junto a la obertura «Leonora n.3» y las nueve sinfonías de Beethoven. La segunda de ellas fue interpretada y grabada en su último concierto público. Las lecturas son lo esperado, muy personales, profundas y lentas. A Celibidache le gustaba contemplar el paisaje entre nota y nota y no por ello perdía tensión, sino todo lo contrario. Escuchen si no la marcha fúnebre de la «Heroica» y su último movimiento, realmente impresionante. Ahora que acaban de reeditarse también las primeras versiones de Karajan con Berlín es una magnífica ocasión para comprobar realmente de qué formas tan diferentes se pueden leer unas notas escritas sobre un papel. Estamos de enhorabuena. Gonzalo ALONSO
ELISABETH SCHWARZKOPF: TESTAMENT. Las grabaciones no publicadas de EMI 1946-1952. Piezas de Bach, Mozart, Verdi, Puccini, Schubert, Strauss, Wolf, etc. EMI SBT 2172. 2CDS ADD.
La soprano alemana, cuyo elegante canto rivalizaba con su no menos elegante presencia, es ya una leyenda. Ahora tenemos oportunidad de escucharla a sus treinta años, en los principios de su carrera internacional, pocos años después de que cantase en Berlín uno de los niños de «La flauta mágica» o el pájaro del bosque, y cuando acababa de trasladarse a Londres, desde donde saltaría a los primeros lugares de la lírica. Acababa de debutar con Karajan y el productor Walter Legge se ocupaba ya de ella dentro y fuera de casa.
En el doble compacto hay piezas que nunca se publicaron porque el propio Legge consideró que las cantaría mejor pasado algún tiempo. Así sucedió efectivamente con el «Esultate jubilate». Otras resultan curiosidades, como el aria del primer acto de «Traviata» cantado en inglés o, sobre todo, las escenas de Pamina, cantadas al piano y también en inglés. En el Covent Garden, a cuya compañía se había incorporado, se ofrecían entonces las óperas traducidas. Se incluyen también unas palabras de la soprano recordando algunos de aquellos momentos. A nadie que escuche estas grabaciones, en su día desechadas, le cabrá ninguna duda de que se estaba ante una grande de las grandes. No había que ser profeta. Gonzalo ALONSO
SIR GEORG SOLTI: UNA CELEBRACION POR SU VIDA MUSICAL. Obras de Beethoven, Mozart, Tsaikovsky, Verdi, Puccini y Wagner. V. Otter, M. Vengerov, A. Gheorghiou, Orquesta Filarmónica de Londres. Z. Mehta y M. Rostropovich, directores. DECCA 466 000-2. DDD
El pasado otoño se celebró en el Royal Albert Hall londinense un concierto en homenaje a la vida musical de Georg Solti, fallecido el año anterior, y que se recoge ahora en un compacto. En aquella ocasión se reunieron solistas jóvenes que habían trabajado con el director. Von Otter lo hizo ampliamente desde sus inicios, Gheorghiou debe su fama a la «Traviata» del Covent Garden con Solti y Vengerov tocó con él el concierto de Tchaikovsky para un fil sobre Anna Karenina. De otro lado fue Solti quien recomendó a su amigo Mehta para la Filarmónica de Los Ángeles y a Rostropovich le escogió para su primera serie de conciertos como titular de Chicago. Todos ellos participan con entusiasmo en el homenaje.
En él destaca sobre todo un impresionante «Pace, pace mio Dio!» de Gheorghiou, una vibrante versión del citado concierto de violín en el que Vangerov demuestra su altísima clase y un ensoñador «Viaje de Sigfrido por el Rhin» dirigido por Mehta. Un disco ameno. Gonzalo ALONSO
GLUCK: ARMIDA. M. Delunsch, C. Workman, L. Naouri, E. Podles, etc. Orquesta y Coros de los Músicos del Louvre. Director: M. Minkowski. ARCHIV 459 616-2. 2CDS DDD.
He aquí una espléndida publicación. El mundo musical se renueva y aparecen nuevos nombres para hacer lo mismo que hacían otros hace años. Los Harnoncourt, Hogwood, etc claudicaron paulatinamente del filón que les dio la fama para adentrarse en Mahlers y Wagners. El hueco que dejaron lo llenan hoy directores como Minkowski o Christie. El primero de éstos está logrando versiones arrebatadoras de óperas antiguas con las que hay que tener mucho cuidado porque, escritas bajo otro concepto y finalidad social de la que cumple la ópera hoy día, pueden resultar una castaña pilonga para nuestro público actual.
Esta «Armida» es un claro ejemplo de cómo hacer que resulte atractiva hasta enganchar una música lejana que en su visión cobra más cercanía. Gluck renovó el género, por aquel entonces poblado de florituras caprichosas, para devolverlo de alguna forma a los cánones más clásicos de la ópera francesa previa. De alguna forma Minkowski se encarga de algo paralelo en la dirección a lo que logró Gluck en la composición. Aunque probablemente «Armida» no sonase entonces como en esta grabación. De los solistas destaca un Eva Podles que impresiona como «El Odio» en su última escena del acto III. Yo no me perdería esta grabación. Gonzalo ALONSO
MAHLER: Kindertotenlieder, Rückerlieder, Lieder eines fahrenden Gesellen. J. Baker, Orquestas Hallé y New Philharmonia. Dir. J. Barbirolli. EMI 5 66981 2. ADD.
Todos recordamos sin duda a Kathleen Ferrier y sus colaboraciones con Sir John Barbirolli. Al director inglés le resultó muy difícil sustituir a la gran contralto cuando ésta falleció de cancer un tanto prematuramente. Finalmente encontró en Janet Baker la voz, musicalidad e inteligencia perfecta para ocupar su lugar y con ella llevó a cabo grabaciones tan espléndidas como los «Cuadros marinos» de Elgar. Ambos hicieron juntos y muy bien muchos Mahlers. Los presentes ciclos liederísticos provienen de una serie de conciertos que ofrecieron al final de la década de los sesenta, que más tarde dieron lugar a las respectivas grabaciones comerciales. En concreto las grabaciones de los «Kindertotenlieder» y «Eines Fahrenden Gesellen» , con la Orquesta Hallé, fueron escogidas por el propio Barbirlli para ser escuchadas en su funeral y en sus exéquias en Westmininster y Manchester. Se trata realmente de versiones en las que se transmite la emoción de dos grandes personalidades musicales trabajando en íntima compenetración y que, por ello, se convierten en referencia. Gonzalo ALONSO

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