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Discos de 2001 otros
Discos de 2000 otros
Por Publicado el: 30/12/2001Categorías: Discos, DVD's y libros

Discos de 2001

DOMINGO, EL TENOR VERDIANO. Colección integral de arias de Verdi. Orquestas, coros y directores varios. Plácido Domingo, tenor. DGG .ADD y DDD.
Tan sólo dos tenores en toda la historia musical han logrado grabar todas las arias que para esa cuerda escribiera Verdi. El primero fue el que ha sido considerado como el tenor verdiano por excelencia: Carlo Bergonzi. Ahora nos llegan aquellas mismas arias, con algunas variantes, en la voz de Plácido Domingo. Ambos artistas son muy diferentes. En Bergonzi destacaba el equilibrio y la elegancia en el fraseo, aunque el timbre no era especialmente bello. En Domingo se admira la musicalidad, la pasión y el terciopelo vocal. Ambos, eso sí, tuvieron una cosa en común: no poder presumir del «do», pero en este repertorio tampoco son muchas las ocasiones que se presentan para lucirlo.
La mayor parte de las páginas contenidas en estos cuatro compactos proviene de las numerosas grabaciones completas realizadas por el tenor. Entre ellas encontramos las estupendas escenas de «Otello» dentro de lo más dramático y las de «Rigoletto» entre lo más lírico. El nivel va de lo bueno a lo mejor. Pero posiblemente lo que más pueda interesar son las nuevas aportaciones. Entre ellas la curiosidad de la escena inicial de «Don Carlo» grabada en concierto en el Monsterio de San Lorenzo de El Escorial con la Filarmónica de Berlín y Barenboim y la del «Stiffelio» recogido de las representaciones en nuestro Teatro de la Zarzuela. Otras novedades radican en «Aroldo», «Un giorno di regno», «Attila», «Jerusalem», etc. Hay también arias alternativas para «Ernani» y «Vísperas sicilianas».
La lista de orquestas y, sobre todo, directores acompañantes no admite parangón. Se trata, en definitiva, de un hito en la discografía verdiana que dejará huella. Gonzalo ALONSO
VERDI: ALZIRA. M. Mescheriakova, R.Vargas, P.Gavanelli. Coro del Gran Teatro de Ginebra. Orquesta de la Suisse Romande. Director: F.Luisi. PHILIPS 464 628-2. DDD.
En el centenario de Verdi era lógico que se desempolvasen todas las óperas de la época bautizada como «de galera», que viene a significar la del los trabajos esforzados preparatorios para las grandes óperas que nacerían más tarde. Alzira ha sido uno de los títulos peor tratados, tanto en disco como en los teatros y, a tenor de la presente publicación, sin demasiada justificación.
La partitura no es obviamente equiparable a los grandes títulos verdianos, pero supera con creces otras de Donizetti a las que ya nos hemos acostumbrado y, sobre todo, contiene todos la semilla verdiana. Así hallamos una efectiva cabaleta de tenor en el segundo acto, un dúo barítono-soprano que nos recuerda ya los de «Luisa Miller» o «Rigoletto» e incluso acordes en la escena segunda de ese mismo acto que presagian «Macbeth». Por lo demás es una ópera que más bien se debería llamar «Gusmano», pues el gobernador de Perú es realmente el protagonista, aunque las partes de Alzira y Zamoro, personajes de tribus peruanas, sean también importantes.
Ramón Vargas está espléndido y, un poco a menor nivel pero siempre correctos encontramos a Marina Mescheriakova y Paolo Gavanelli. Fabio Luisi dirige este Verdi primerizo con el entusiasmo que requiere. Una grabación que no debe pasar inadvertida a falta de aquella que recoja las representaciones romanas de 1967, con Cecchele, Zeani y McNeil. Gonzalo ALONSO

ZARZUELA GALA: Escenas de «La Rosa del Azafrán», «La del Manojo de Rosas», «La del Soto del Parral», «Los Gavilanes», «La Revoltosa», «Maravilla», «Molinos de viento», «El Caserío», «Luisa Fernanda» y «La canción del olvido». Carlos Álvarez, barítono y Ana Ibarra, soprano. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Miquel Ortega. Ensayo ENV-CD-9811. DDD.
Se presenta una publicación con muchos atractivos sobre el papel: uno de nuestros ya grandes barítonos a pesar de su juventud, la Sinfónica de Galicia en un repertorio que no le es habitual y una interesante selección de romanzas, dúos y hasta un fragmento instrumental de zarzuela. Sin embargo los resultados no llegan a alcanzar el nivel pretendido.
El barítono malagueño posee una voz envidiable, timbrada y oscura, sin problema alguno en los registros extremos, como virtud principal. Es una voz que encaja perfectamente con las romanzas de zarzuela escritas para esta voz. No alcanza virtudes similares en su técnica. Tiende a cubrir demasiado el instrumento, colocándola un punto trasera, lo que debilita emisión y matización. Ana Ibarra se muestra como una soprano correcta pero no a la altura del esfuerzo desplegado en esta grabación. Miquel Ortega dirige de forma digna pero sin especiales brillos a una Sinfónica de Galicia que no puede mostrar todas sus calidades pero que resulta un lujo.
Lo mejor es el repertorio, compuesto en su mayor parte por esas arias de barítono que son las más atractivas del género, aunque las escuchemos frecuentemente cantadas por tenores. Y, sinceramente, la «Maravilla» de Plácido sigue resultando una maravilla. Gonzalo ALONSO

ANGELA GHEORGHIU: Casta Diva. Arias de Bellini, Rossini y Donizetti. A. Gheorghiu, soprano. Orquesta Sinfónica de Londres y Coros del Covent Garden. Director: E.Pidó. EMI 72435571632.
La diva del momento, la griega Angela Gheorghiu, se lanza por las veredas de la Callas. Todo el presente compacto es un homenaje a su colega desaparecida, puesto que las mismas arias las interpretó alguna vez la mítica Callas. Y hay que decir que escuchándoselas a Gheorghiu aún se vuelve más mítica la Callas. Los públicos de hoy posiblemente se entusiasmen con estas versiones, pues indudablemente tienen su atractivo. La soprano posee una de las escasas personalidades del presente y el timbre, algo velado, resulta muy atractivo. Sin embargo cada vez se percibe más la búsqueda de una aproximación excesiva a los sonidos de Callas. Y no es Callas.
La pieza que da título al compacto la hemos escuchado mucho mejor cantada. En Callas admirábamos la humanidad, en Sutherland las coloraturas y en Caballé la plasticidad. Gheorgiu representa ese discreto término medio del presente. Pasa luego de puntillas por la cabaleta posterior, el temible “Ah bello a me ritorna”. Sorprende, por cierto, la ausencia de la cabaletta que sigue al “Ah non credea mirarti”.
MARÍA JOSÉ MONTIEL: MODINHA. Canciones brasileñas de H. Villa-Lobos, O.L.Fernández, C.Santoro, etc. Luiz de Moura Castro, piano. ENSAYO CD-9807. DDD.
María José Montiel es una de nuestras mejores sopranos, auque todavía su carrera ha de experimentar muchos avances en cuanto a popularidad se refiere. Poco a poco se le irán abriendo las puertas de los teatros españoles y extranjeros y la mejor forma para ello es ir dejando un buen rastro de cuanto se realiza.
El presente disco es un producto exquisito dentro la limitación que impone un repertorio de canciones. A la música latinoamericana le pasa un poco lo que a Montiel: que está aún muy por descubrir. Las canciones, lieder brasileño si se quiere, apenas nos suenan quitando esas «Azulâo» o «A Casinha Pequenina» que han cantado alguna vez grandes como Victoria o Teresa. Del resto apenas existen grabaciones y, en todo caso, no reunen excesiva calidad. Este CD es en cambio una publicación cuidadísima, tanto en la selección como en interpretación y grabación. Ensayo muestra una vez más su filosofía: «piano, piano, si va lontano».
Las veintitrés piezas incluídas, entre las que hay unas pocas instrumentales, sobresalen las melodías de Villa-Lobos, resultan muy agradables y dejan un poco melancólico a pesar de la alegría rítmica de algunas de ellas. Tiene el atractivo de no ser un disco monótono, sino que se escucha con placer de principio a fin. Luiz de Moura Castro es, además del cuidadosos seleccionador y profesor en la dicción brasileña de Montiel, un pianista musical y dotado. María José Montien borda las interpretaciones, penetrando en sus sentimientos y nostalgias con un fraseo que a veces nos recuerda a Victoria de Los Ángeles y un timbre cuyo colorido evoca al de Renata Tebaldi. Una estupenda opción para el placer personal y el regalo original de cara a las próximas fiestas. Gonzalo ALONSO
RACHMANINOV: FRANCESCA DA RIMINI. ALEKO. THE MISERLY KNIGHT. S.Leiferkus, S.Larin, M.Guleghina, A.S.Von Otter, A.Kotscherga, V.Chernov, S.Aleksahkin, etc. Gothenburg Symphony Orchestra. Director: N.Järvi. DGG 453 453/454 y 455-2
Hay compositores muy conocidos de quien parte de su obra sigue siendo una ilustre desconocida. Es el caso de la obra operística de Rachmaninov. En general este compositor se halla muy cuestionado y de él apenas escuchamos alguno de sus conciertos para piano y un par de sinfonías. Su estética se situó fuera de las corrientes vanguardistas de su tiempo y eso siempre suele pasar factura frente a la crítica. Quizá por ello ésta no se ha ocupado del Rachmaninov lírico. Sin embargo merece la pena escuchar las tres obras editadas por DGG, en tres compactos independientes, de apenas una hora de duración cada una. Curiosamente fue una ópera, “Aleko”, la pieza con la que se graduó y con la que obtuvo sus primeros éxitos en Rusia. Incluso fue durante años obra obligada en el repertorio del bajo Fyodor Chaliapin. Diez años más tarde abordó “The Miserly Knight” y “Francesca da Rimini”, a los pocos meses de visitar los Festivales de Bayreuth y escuchar un ciclo completo. Y la influencia wagneriana se dejó sentir.
Las influencias de otros compositores son también evidentes e incluso hay compases en “Aleko” que un buen melómano enseguida reconocerá haber escuchado con anterioridad. “Francesca” es quizá la más interesante de las tres óperas, con un preludio coral de enorme fuerza y un extenso dúo amoroso entre Francesca y Paolo. Las tres publicaciones se hallan muy bien dirigidas y grabadas y cuentan con repartos de gran altura. Realmente DGG no ha podido hacer mejor servicio a unas óperas desconocidas de un compositor controvertido que, cuanto menos, merece la pena conocer. Les aseguro que se sorprenderán con ellas. Gonzalo ALONSO

ANGELA GHEORGHIU: Casta Diva. Arias de Bellini, Rossini y Donizetti. A. Gheorghiu, soprano. Orquesta Sinfónica de Londres y Coros del Covent Garden. Director: E.Pidó. EMI 72435571632.
La diva del momento, la griega Angela Gheorghiu, se lanza por las veredas de la Callas. Todo el presente compacto es un homenaje a su colega desaparecida, puesto que las mismas arias las interpretó alguna vez la mítica Callas. Y hay que decir que escuchándoselas a Gheorghiu aún se vuelve más mítica la Callas. Los públicos de hoy posiblemente se entusiasmen con estas versiones, pues indudablemente tienen su atractivo. La soprano posee una de las escasas personalidades del presente y el timbre, algo velado, resulta muy atractivo. Sin embargo cada vez se percibe más la búsqueda de una aproximación excesiva a los sonidos de Callas. Y no es Callas.
La pieza que da título al compacto la hemos escuchado mucho mejor cantada. En Callas admirábamos la humanidad, en Sutherland las coloraturas y en Caballé la plasticidad. Gheorgiu representa ese discreto término medio del presente. Pasa luego de puntillas por la cabaleta posterior, el temible “Ah bello a me ritorna”. Sorprende, por cierto, la ausencia de la cabaletta que sigue al “Ah non credea mirarti”.

MEYERBEER: ROBERTO EL DIABLO. W.Mok, G.Surjan, P.Ciofi, A.Raspagliosi, A.Cordeluppi, D.Colaianni. Coro de Cámara de Bratislava y Orquesta Internacional de Italia. Director: R.Palumbo. 3cds. DYNAMIC 368/1-3.
Meyerbeer es uno de esos compositores de gran fama en su época que hoy permanecen prácticamente olvidados, si exceptuamos algunas reposiciones aisladas. Sin embargo no todo este olvido es justo y en su catálogo existen óperas muy dignas de atención. «Los Hugonotes» y «La Africana» se han repuesto, si no muchas veces, sí con repartos magníficos. No es extraño pues se trata de obras pensadas para grandes voces con momentos de gran lucimiento para ellas. Quien haya escuchado el dúo entre Valentine y Raúl (Simionato, Corelli) de la exhumación en la Scala lo recordará como una experiencia inolvidable.
«Roberto, el diablo», estrenada en París en 1831 -cuando Bellini daba a conocer «Norma» en Milán- también se ha repuesto en el pasado reciente y este es justo de donde proviene el aspecto más criticable de la presente publicación. La grabación en vivo proviene de unas representaciones en el Festival de Valle d’Itria, que mantuvieron un nivel muy digno pero lejano al de las de Paris de 1985 o las recientes de Berlín. ¿por qué no haber acudido a aquellas fuentes? La dirección musical es consistente y animada, el reparto homogéneo y la toma de sonido mantiene un equilibrio entre la calidad y la emoción del vivo. De las voces sobresale el apartado femenino, muy especialmente Patrizia Ciofi. El tenor Warren Monk exhibe agudos, pero el timbre no es especialmente bello y la técnica no llega a la de un Blake, quien por ciento también ha abordado el papel y tampoco Giorgio Surjan puede emular a Christoff o Ramey. Con todo no deja de ser una publicación interesante de una obra que merece ser recordada. Gonzalo ALONSO

RACHMANINOV: Las Campanas. TANEIEV: San Juan Damasceno. M.Mescheriakova, S.Larin, V.Chernov. Coro de Cámara del Estado de Moscú y Orquesta Sinfónica Nacional Rusa. Director: M.Pletnev. DGG 471 029-2. DDD.
Pletnev se muestra como un director importante en esta publicación que contiene dos peculiares obras. Lo son, entre otras cosas, por sus respectivas dedicaciones, ambas a músicos. La una a Mengelberg y la otra a Rubintein. La cantata de Rachmaninov, sobre un poema de Alan Poe, vuelve a mostrar una faceta de su autor que resulta desconocida para el gran público. Era una de sus partituras favoritas y no está exenta de ambición, al tratar de llevar en paralelo los diferentes sonidos de las campanas con los diversos periodos de la vida humana. La cantata de Tanaiev, sobre textos de Tolstoi, es una especie de himno nacionalista ruso en el que las influencias de Chaikovsky se dejan sentir.
Mención especial merece el reparto vocal, con tres voces que representan parte de los niveles más altos del presente lírico internacional en sus respectivas cuerdas: la soprano Marina Mescheriakova, el tenor Sergei Larin y el barítono Vladimir Chernov. Para el disfrute de aquellos que esten cansados de escuchar las obras de siempre en versiones cada vez peores. Gonzalo ALONSO

SCHUBERT: El Canto del Cisne. Cuatro Canciones Serias. T.Quasthoff, barítono. J. Zeyen, piano. DDD. DGG 471 030-2.
Thomas Quasthoff es junto a otro Thomas, Hampson, uno de los dos grandes barítonos actuales del repertorio liederístico. Ambos son artistas diferentes y complementarios y afortunadamente ambos se prodigan en grabaciones.
La última del alemán contiene dos obras cimeras: las canciones de Schubert reunidas bajo el título «El canto del cisne» y las «Cuatro canciones serias» de Brahms. El nivel interpretativo de éstas es quizá un punto menor que el alcanzado en Schubert. Y lo es principalmente porque hemos oído versiones con voces más rotundas aunque, también hay que reconocerlo, quizá no tan sutiles.
En el caso de Schubert los niveles no admiten «pero» alguno. Pueden existir grabaciones de referencia del mismo ciclo, pero las diferencias entre unas y otras son simplemente de matices muy opinables. La gran baza de Quasthoff es la expresividad servida con un timbre cálido y homogéneo. Dice, siente lo que dice y se lo hace llegar al espectador. Se puede comprobar magníficamente en «El doble», una de las piezas más dramáticas, en la que no recurre a la exhibición vocal sino más bien a las tensiones internas. Justo lo contrario, porque está justificado, ocurre en «Atlas», donde el barítono se lanza por una senda escénico-vocal. El acompañamiento de Justos Zeyen es digno del cantante, sin llegar a los de Moore, Brendel o Barenboim. El compacto nos devuelve el buen sabor de boca tras la anterior publicación del mismo intérprete, en donde los resultados con Liszt dejaban que desear. Gonzalo AlONSO
DONIZETTI: LA TRILOGÍA TUDOR. MARIA STURADA. ROBERTO DEVEREUX Y ANNA BOLENA. B.Sills, E.Farell, S.Verte, B.Wolf, S.Burrows, R.Ilosfalvy, L.Quilico, P.Glossop, P.Plishka, etc. UNIVERSAL. 3 ALBUMES CON 7 CDS. 471221-2, 471224-2 Y 471217-2. ADD.
La DGG lanzó entre los años 1969 y 1973 tres álbumes con otras tantas óperas de Donizetti centradas en la dinastía Tudor que hoy forman la única colección completa de esa trilogía célebre: «María Stuarda», «Roberto Devereux» y «Anna Bolena». De forma aislada cabe encontrar versiones superiores: para «Roberto» o «María» las grabaciones en vivo de Caballé y para «Anna» la ya mítica de Callas Fueron tres publicaciones destinadas a la mayor gloria de Beverly Sills, una soprano americana muy en boga por aquellos años y que más tarde pasó a comandar los destinos de la New York City Opera.
Sills era una ligera con no excesivo volumen pero un sentido dramático innato. La voz no tenía tampoco una extensión fuera de lo común. El registro agudo era brillantísimo pero los graves que en ocasiones demanda este tipo de repertorio resultaban escasos. A ella no le importaba forzar para conseguir el color y el dramatismo y por ello sus interpretaciones nunca pudieron tacharse de frías. Fue, también es cierto, una cantante caprichosa, que no dudó en alterar notas, casi siempre hacía arriba, si ello redundaba en un mayor lucimiento personal. Con todas estas características compuso unas heroínas donizettianas muy plausibles y, desde luego, mucho más personales e interesantes que las que encarnaron después sopranos como Gruberova.
Junto a ella aparecen artistas populares en esos años, como los tenores Burrows o Ilosfalvy y los barítonos/bajos Glossop, Quilico y Plishka. Mención especial ha de hacerse a la mezo Shirley Verte, formidable como Jane Seymour. Un verdadero acierto la recuperación de estas tres publicaciones. Gonzalo ALONSO
THOMAS HAMPSON: VERDI: Arias de Macbeth, Ernani, I Due Foscari, Il Corsaro, Iil Trovatore, Visperas Sicilianas, I Masnadieri, Stiffelio, La Traviata, Giovanna D’Arco, Macbeth. Orchestra of the Aage of Enlightenmment. Director: Richard Armstrong. DDD. EMI 5 57113 2.
El centenario de Verdi no sólo nos trae reediciones sino también algunos nuevos álbumes en los que el reclamo es el nombre de los divos de hoy. En la lista no podía faltar Thomas Hampson aunque, todo hay que decirlo, esté lejos de ser el barítono verdiano por excelencia.
El barítono americano canta excelsamente el «lied» y también una buena parte del repertorio lírico, pero Verdi no sólo requiere cantar bien, sino un timbre con color verdiano y un cierto temperamento que, por decirlo de alguna forma, dote de «sangre» a las interpretaciones. Hampson resulta demasiado elegante.
En la selección propuesta hay páginas bien conocidas como «Di Provenza il mar…» o «Pietá, rispetto, amore», pero la mayoría no lo son tanto. Así se incluyen arias de «I due Foscari», «Il Corsaro», «Masnadieri» o «Stiffelio» y uno comprende rápidamente por qué unas sonn tan populares y otras no tanto. En algunos casos son cantadas en francés, lo que tiene su lógica en «Vísperas sicilanas», pero no el «Trovador» y, puestos a ello, se debería haber incluido la de «Don Carlo». Pero no es la única ausencia. También se echa de menos «Rigoletto», obra imprescindible para todo buen barítono verdiano. Ahora bien, ¿se imaginan a Hampson cantando «Cortiggiani»? Yo no, y eso se acaba por transparentar un poco en todas las interpretaciones del disco. Gonzalo ALONSO

CARLO BERGONZI: VOZ SUBLIME. CUARENTA PÁGINAS DE ÓPERA DE PUCCINI, MASCAGNI, LEONCAVALLO, VERDI, PONCHIELLI Y CILEA. CD DOBLE DECCA 467023-2.
Carlo Bergonzi ha pasado muy merecidamente a la historia como el tenor verdiano por excelencia de la postguerra. Nacido en 1924, empezó a cantar de barítono para asentarse definitivamente en la cuerda de tenor tras su debut como Andrea Chenier. Logró hacer una de las carreras más importantes a pesar de que la voz no poseía una belleza especial. Su mujer siempre decía «¿Qué habría sido mi marido si llega a tener una voz bonita?» Y no es que fuese fea, pero tampoco tenía el metal de un Tucker o la pastosidad de un Corelli, por citar dos de los artistas con los que compartió estrellato. Sus bazas fueron siempre la purísima técnica y el perfecto fraseo. De ellos todavía dio muestra en Madrid en su última actuación, en los años ochenta, en un recital organizado por la Universidad politécnica en el Auditorio Nacional. Fue un triunfo clamoroso y emotivo que descubrió a muchos una forma de cantar que desconocían.
En este doble álbum queda constancia de sus características, principalmente en los estupendos fragmentos -arias y dúos- de «Ballo in maschera». Se incluyen también escenas veristas de «Boheme», «Caballería rusticana», «Payasos» o «Gioconda» que él cantaba con un perfecto sentido de la medida. También puede escuchársele en la curiosidad de un «Otello» que sólo abordó en escena muy tardíamente. La muestra de una forma de cantar que no cabe más que añorar. Gonzalo ALONSO

ROSSINI: CANTATAS: «Le nozze di Teti» e «Il pianto d’Armonia». C.Bartoli, J.D.Flórez, P.A.Kelly, E.Scano. Orquesta y Coro Filarmonico della Scala. Director: R. Chailly. DECCA DDD 4663282.
Rossini no solo se dedicó a la ópera, de hecho sólo lo hizo durante unos veinte años de carrera, sino que también cultivó otros géneros con obras que poco a poco vamos descubriendo. En muchas ocasiones escribió cantatas para ocasiones especiales, dedicadas a sus amigos e incluso a su banquero. La primera de las que incluían orquesta es «Il pianto d’Armonia sulla morte di Orfeo», estrenada en el cierre del año académico de la Bolonia de 1808. Se trata y se nota de una pieza juvenil.
Ocho años más tarde volvió a la mitología, con las bodas de Teti y Peleo, para festejar las de la princesa italiana Maria Carolina con el Duque de Berry, hijo del futuro rey de Francia Carlos X. Rossini o sus sucesores bien podrían haber escrito después otra cantata sobre el infeliz destino de la pareja: él murió asesinado en los brazos de su esposa. La música de esta pieza le suena a cualquiera, ya que contiene bastantes páginas de «El barbero de Sevilla», dada a conocer en Roma un par de meses antes y el rondó final de «Cenerentola», amén de citas a otras óperas menos conocidas.
En la grabación destacan poderosamente Cecila Bartoli, absolutamente inmensa, y el tenor Juan Diego Flórez. Chailly maneja la orquesta y los coros con la animación que se precisa.
TOMMASO TRAETTA: HIPÓLITO ED ARICIA. A.Manzotti, P.Ciofi, E.López, S.Edwards, S.Donizelli. Bratislava Chamber Choir, Orchestra Internazionale d’Italis. Director: D.Golub. DYNAMIC 257/1-4. 3CDS.
La corte de Parma ocupó un lugar importante en la historia de la lírica italiana en el siglo XVIII. En ella trabajó Tomasso Traetta (1717-1779), compositor olvidado hoy día. Asimiló pronto el espíritu proclive a lo francés de la ciudad emiliana, mantuvo inquebrantable su admiración por Metastasio, se apuntó a las ideas reformistas y estudió a Rameau. De este cóctel nació su «Hipólito y Aricia». La influencia de este último compositor, que había escrito una ópera con el mismo título, es patente tanto en la severidad del canto de los personajes como en el tratamiento de las partes corales y danzas. La ópera se estrenó en 1979 con la participación de grandes cantantes del periodo, cosechó un buen éxito para después, como otras muchas, pasar al olvido.
Dentro de las tendencias actuales a la recuperación de patrimonios líricos se produjo su reexhumación en el no muy conocido Festival de Valle d’Itria, se realizó la grabación y se edita ahora en compacto. La obra reúne momentos inspirados, hay bellas melodías y resume un modo de hacer lírica. La interpretación goza de la homogeneidad de un nivel medio muy aceptable. El problema de esta publicación resulta su larga duración, casi cuatro horas que necesariamente han de recogerse en cuatro compactos al precio que ello conlleva. Por lo demás merece la pena una audición que resulta muy placentera. Gonzalo ALONSO
VERDI: REQUIEM. L.Price, R.Elias, J.Bjoerling, G.Tozzi. Singverein der Gesellschaft der Musikfreunde, Wiener Philharmoniker. Director: F.Reiner. DECCA 467 119-2. 2CDS ADD.
En plena crisis discográfica no queda más remedio que recurrir a la reedición de catálogos. El de DECCA es uno de los más amplios de cuantos existen y aunque esta firma sea una de las pocas que aún resisten -Sony, Teldec, Erato y otras muchas han echado prácticamente el cierre- no es cosa de grabar una nueva misa de réquiem cuando las hay muy buenas en los fondos propios. Por cierto, se echa de menos la versión de Zubin Mehta con Caballé y Domingo y la Filarmónica de Nueva York publicada en su día por EMI y no llega a servir de consuelo el acompañamiento en el doble compacto de las «Cuatro piezas sacras» verdianas a cargo del propio Mehta.
La dirección de Reiner es un tanto personal, por no decir peculiar. Algunos la calificaron, allá por los años ’60, de errática. La lentitud del inicio puede ya poner en guardia a muchos y esos tempos se repiten en otros muchos momentos. Reiner quizá estuviera más atento a momentos concretos que a lograr una coherencia global. Sin embargo, aunque se pueda discrepar de Reinner -personalmente no puedo hacerlo pues encuentro aspectos muy notables- hay dos razones para interesarse por el disco: la calidad de la grabación y el cuarteto solista. En éste brilla Leontyne Price, en la cima de su carrera, con la oscuridad de una voz que en ocasiones supera a la de la mezzo Rosalind Elias. Jussi Bjoerling volvía a mostrar su voz de terciopelo inigualable en la que sería su última grabación comercial. Gonzalo ALONSO
MATTHIAS GOERNE: ARIAS. Escenas de óperas de Mozart, wagner, Humperdinck, Strauss, Korngold, Berg, etc. Dorotea Röschmann, soprano, Orquesta Swedish Radio Symphony. Director: Manfred Honeck. DECCA 467 263-2. DDD.
Matthias Goerne es uno de los grandes baritonos de hoy, quizá el mejor de los alumnos de Fischer-Dieskau, y a quien afortunadamente hemos podido escuchar en España en su gran faceta: el lied. Sin ir más lejos, la temporada próxima cantará en Madrid el «Viaje de invierno».
Este disco no se dedica al lied sino a la ópera y los resultados son variados. Empieza con arias y escenas de «Flauta mágica», obra que ha cantado en Salzburgo. Sorprendentemente su Papageno discográfico es netamente inferior al escénico. Le falta toda la gracia del personaje. Es como si Papageno estuviese cantando lied. Sus aproximaciones a «Crudel perché finora» de «Bodas de Figaro» o a «Vieni alla finestra» de «Don Juan» mejoran el nivel, pero tampoco entusiasman. Su Mozart es el punto flojo del disco.
En las dos escenas de «Tannhäuser» encontramos interpretaciones muy bien dichas y muy musicales, aunque puede quedar la duda de si en un escenario sucedería lo mismo con toda la partitura del personaje de Wolfram. A partir de aquí los resultados son excelentes hasta culminar en el «Wozzeck» de Berg. Entre medias una escena del «Fausto» de Schumann y dos piezas acarameladas de Humperdinck y Korngold. Gonzalo ALONSO

VERDI ESENCIAL: Arias y escenas de óperas de Verdi. Bergonzi, Björling, Bruson, Caballé, Carreras, Domingo, Fleming, Gheorghiou, Te Kanawa, etc. Orquestas y directores varios. DECCA 467 128-2
El año Verdi se deja sentir también discográficamente. Quien posee un buen catálogo no puede dejar perder la ocasión de sacar recopilaciones. La presente representa un paseo por las páginas verdianas de siempre con los grandes de la lírica de los últimos cincuenta años en cuarenta escenas en las que encontramos de todo. Hay maravillas como el «Ritorna vincitor» de quien fuera la Aida de referencia de su generación: Leontyne Price, el «Di tu se fedele» de Björling o «Quando le sere al placido» de Pavarotti, pero también otros fragmentos en que la selección no la más idónea entre toda la disponibilidad que posee DECCA. Así el «Ernani involami» de Sutherland o el primer dúo de «Forza del destino» con Gregoriam y Putlin, aunque es de suponer que no se trataba de sacar las versiones de siempre.
Además de arias y dúos también se incluye alguna de las más populares oberturas o los inevitables brindis de «Traviata» y el coro de «Nabucco», lo que convierten la publicación en un estupendo regalo destinado a aquellos que empiezan en la lírica. Gonzalo ALONSO

BACH: LA PASIÓN SEGUNSAN MATEO. Pears, Fischer-Dieskau, Schwarzkopf, Ludwig, Gedda, Berry. Orqueesta y Coro Philharmonia. Director: Otto Klemperer. EMI 5 67538 2. 3 CDS ADD.
La serie «Grandes grabaciones del siglo» recupera, con remasterización actual, una de la Pasiones de referencia: la protagonizada por Klemperer con un reparto de auténtico lujo.
Desde 1962, año original de la grabación, han pasado muchas cosas en la música y han variado las aproximaciones al barroco. Hoy la lectura de Klemperer se puede antojar a muchos grandilocuente y ampulosa y quizá lo sea, pero la música admite muchos caminos, muchas idas y venidas y ya veremos qué concepto se tendrá de esta obra dentro de veinte años. En cualquier caso, con partituras de esta importancia y complejidad lo mejor es disponer de distintas versiones con las que poder llegar a comprender y emocionarse en toda su dimensión. Justo la emoción es lo que prima en la grabación de Klemperer. Cuyos tempos amplios han pasado a la historia.
El reparto no podía ser mejor dentro del concepto bachiano de la época, con los excelentes Peter Pears como evangelista y Fischer-Dieskau como Jesús. ¿Y qué decir de Schwarzkopf o Ludwig en las partes de soprano y contralto o de Berry abordando las arias de bajo y Gedda las de tenor?
Quien aún tenga dudas, que escuche el coro final. Gonzalo ALONSO

DAMAS DEL CANTO: Arias de ópera, romanzas de zarzuela y canciones. de los Ángeles, Valentín-Terrani, Ricciarelli, Arteta, Rey, Sánchez, Berganza, Vaduva, Caballé, Lorengar, Scotto, Martos, Egido, Chaves, Poblador, Montiel, Ricci. Orquestas y directores varios. RTVE Música. 2CDS.
La serie RTVE Música se enriquece con un doble álbum bautizado como «Damas del canto» que reúne algunas de nuestras grandes voces femeninas con otras extranjeras y algunas otras que aún no han llegado al auténtico estrellato pero que podrían llegar a él.
Las grabaciones provienen de los archivos de Radio Nacional de España y Televisión Española y tienen orígenes muy variados. Es sin duda un acierto dar vida a unos archivos en los que hay auténticas joyas por sacar a la luz. Es un tema del que merecería la pena ocuparse mucho más por extenso de lo que permiten estas breves líneas.
Estos proyectos nacen con una buena idea pero no acaban de redondearse por pequeñeces que, sin embargo, tienen su importancia. ¿Es que acaso no es posible informar en la carátula de la fuente y el año de cada interpretación?
En cualquier caso, pegas aparte, se puede disfrutar del «Acis y Galatea» de una Victoria lejos ya de la plenitud y, justo en el extremo opuesto, de una temprana interpretación del «Pace, pace mio Dio» de «Forza del destino» con Ana María Sánchez en sus orígenes. Entremedias la «Habanera» de Berganza, la emotiva «Llorad mis ojos» del «Cid» con Caballé -tomada de cuando la Expo sevillana con Domingo a la batuta-, o el «Ne andró lontana» de «La Wally» con Lorengar. Así mismo, entre las voces de fuera, la curiosa unión de Valentín-Terrani y Ricciarelli en la «Barcarola» de «los cuentos de Hofmann». Y, entre las voces jóvenes, las de Bayo -perfecta en su «canción del ruiseñor» de «Francisquita»-, Montiel, Martos, Egido, Arteta… Un disco que no aburre e ilustra. Gonzalo Alonso

NATALIE DESSAY: HEROINAS MOZARTIANAS. Arias de Faluta Mágica, Lucio Silla, Zaide, Ascanio en Alba, Rapto en el Serrallo, Idomeneo, etc. Orquesta de la Edad de la Iluminación. Director: Louis Langrée. Virgin. CDS.
Natalie Dessay es una de las mejores voces de soprano de coloratura de las que existen en la actualidad y de ello deja sobrada muestra en esta publicación dedicada a heroínas mozartianas que no lo son tanto, porque ¿desde cuando Pamina, por poner un ejemplo, puede catalogarse así?
El repertorio de la publicación se centra en páginas de coloratura, algunas tan populares como «Der Hölle Rache» de la Reina de la Noche y otras más desconocidas como el aria de «Ascanio en Alba» y, entre todas ellas, la curiosa presencia del «Ach, ich fühl´s» de la citada Pamina en «Flauta Mágica», cuya tesitura es la de soprano lírica. Dessay seguramente se habrá enamorado de una de las más bellas piezas canoras de Mozart y deseado grabarla aunque no encaje exactamente en su tipo de voz, pero la aborda con una gran musicalidad que no hace añorar otras interpretaciones.
Quienes amen los números circenses quedarán más que satisfechos, además de con la Reina de la Noche, con el dificilísimo «Martern aller Arten» del «Rapto en el Serrallo». Gonzalo Alonso

HAENDEL: RINALDO. C.Bartoli, L.Orgonasova, D.Daniels, B.Fink, D.Taylor, G.Finley, etc. The Academy of Ancient Music. Dir: C.Hogwood. DECCA 467087 2. 3CDS. DDD.
Hoy ya está claro para todo el mundo que el barroco y los contratenores están de moda. Tan de moda que hay teatros en donde toda la vida el repertorio ha estado centrado en Wagner y Strauss que ahora dedican una gran parte de su programación a Haendel, poniendo incluso en peligro la estabilidad de orquestas de 130 profesores de los que así sólo tocan habitualmente la tercera parte.
El fenómeno se comprende cuando se escuchan grabaciones como la presente, una de las globalmente mejores de las aparecidas en los últimos tiempos. Las ocasiones para el deleite son muchas. De entrada la partitura de Haendel, extensa en sus 163 minutos pero llena de bellezas. Algunas de las páginas de Almirena -una admirable Cecilia Bartoli- son muy populares, así el «Lascia ch’io pianga», y otras algo menos, así el temperamental «Furie terribile», pero todos los personajes tienen amplia ocasión de lucimiento. El papel de Rinaldo, el contratenor Daniel Daniels, es muy extenso, con escenas líricas como el «Cara sposa» o de virtuosismo y hasta el mismo bajo Argante puede recrear el espectacular «Sibillar gli angui d’Aletto», aunque aquí Gerald Finley no alcance los niveles de Samuel Ramey.
La interpretación es sobresaliente, con unos solistas muy aceptables que rozan la genialidad en el caso de Bartoli y Daniels y la dirección de Christopher Hogwood vibrante y llena de vida, sin un momento de abandono. La grabación, cuidadísima, permite oír con claridad toda la rica instrumentación y son muchos los efectos especiales introducidos, como las tormentas o el canto de los pájaros, que ayudan a dar vida a este muy recomendable registro, uno de los que más me han hecho disfrutar en los últimos meses. Gonzalo ALONSO
BIRGIT NILSSON Y HANS HOTTER. Escenas de Tannhauser, Holandés errante, Lohengrin y Walkiria. Orquesta Philharmonia. Director: L. Ludwig. TESTAMENT SBT 1201.
BIRGIT NILSSON: Arias de Mozart, Beethoven, Weber, Verdi y Wagner. Orquesta Philharmonia. Director: H. Wallberg. TESTAMENT SBT 1200.
Uno todavía recuerda haber escuchado a Nilsson en “Elektra” e incluso en “Walkiria”. Quedan recuerdos imborrables de aquel vozarrón, acerado y frío como hielo, con agudos de seguridad increíble. Las comparaciones con Polawsky o tantas otras recientes resultan odiosas para éstas.
El disco de ella sola va desde lo discutible –“Or sai che l’onore” de “Don Giovanni”, “O patria mia” de “Aida”- a lo sublime en las escenas de “Fidelio” o el “Oberon”.
En la segunda publicación hallamos un dúo final de “Walkiria” con Hans Hotter que pone los pelos de punta, en parte por el contraste de una Brunhilda en plenitud vocal y de un Wottan en plenitud emotiva, fraseando más de lo que la voz daba de sí. Admirable la escena del “Holandés”, en la que vuelve a ser perceptible dicho contraste. ¡Qué firmeza pasmosa la de Nilsson en la balada de Senta! Son compactos para disfrutar. Gonzalo ALONSO

WAGNER:EL ANILLO DEL NIBELUNGO. Hotter, Sundhaus, Grümmer, Neidinger, Vinay, Greindl, Nilsson, Varnay, Aldenhoff, Wingassen, Uhde, etc. Orquesta y Coros del Festival de Bayreuth 1957. Director: H. Knappertsbuch. GOLDEN MELODRAM GM 1 0048. 14CDS.
Un apunte de entrada para los que desconfían de las grabaciones históricas en directo y, muy especialmente, de las de hace cuarenta años. El trabajo de los ingenieros para esta producción mítica del Bayreuth de 1957 es absolutamente sensacional. El sonido nada tiene que ver con el ya conocido en las publicaciones previas, no sólo por la calidad que es espléndida, sino también porque finalmente se presenta sin los cortes que, por ausencia de fuentes, dejaban coja esta “Tetralogía”.
Se trata sin duda de una versión de absoluta referencia, con un Knapertsbusch que plantea un drama coherente desde la primera a la cuarta jornada. No estamos hoy acostumbrados a lecturas de este calibre. Los directores de hoy posiblemente no tienen tiempo para profundizar y lograr una unidad tan difícil a lo largo de tantas horas y prefieren ir a los detalles. ¡Qué gran lección la de Kna al plantear la música tal como es, sin brillanteces baratas! Hasta los errores orquestales, que también los hay, aportan un grado de realidad y proximidad infrecuente en nuestros días.
En el plantel de cantantes reúne lo mejor de aquellos días gloriosos. Hotter demuestra lo que es saber despedirse de Brunhilda, una Varnay gloriosa, y Vinay aporta un perfil heroico poco común a un Siegmund, a pesar de que la voz no fuese ya lo que fue, acompañado por la Sieglinda de lujo de Nilsson. Aldenhoff puede en lo vocal con Siegfried, lo que ya es bastante. Su dúo con Varnay en la tercera jornada enseña lo que de verdad encierra a los desgraciados que hayan tenido que soportar a la pareja del pasado año en Bayreuth. En fin, que hasta en papeles como el de Hunding, importantes pero no tan largos, o más secundarios como Woglinde hallamos artistas de la categoria de Greindl o Siebert.
Una joya que todo wagneriano ha de tener y guardar como oro en paño, porque lamentablemente no se podremos volver a escuchar una “Tetralogía” así en vivo. Gonzalo ALONSO

PUCCINI: LA BOHEME. A.Bocelli, B.Fritoli, P.Gavanelli, E.Mei, N.de Carolis. Coro del Mayo Musical Florentini y Orquesta Filarmónica de Israel. Director: Z. Mehta. DECCA 464060-2. 2CDS DDD.
Nueva y enésima versión de «La Boheme», una ópera de las más afortunadas en la historia de las grabaciones: de los Ángeles con Bjoerling, Freni con Pavarotti y tantas otras. Por eso carece de sentido desde un punto de vista artístico toda nueva grabación en la que no se aspire a niveles similares. Desde luego no es el caso de la presente. Claro que también existe otro punto de vista importante, el crematístico, y posiblemente el reclamo de los nombres de Bocelli y Mehta, bien arropados por Fritoli, Gavanelli y Mei, sea baza para conseguir ventas.
Pero como aquí no se trata de eso, sino de hacer justicia a la música y por tanto no hay más remedio que afirmar que sabíamos que Mehta tiene prestigio, pero ahora sabemos a ciencia cierta que también tiene bolsillo. No se entiende sino que permita una publicación en la que, además de no aportar nada él, figure un supuesto tenor que empieza como empieza el acto tercero. La grabación no es de recibo por más que los otros intérpretes esten dignos. Gonzalo ALONSO

REINHARD KEISER: CROESUS. D.Röschmann, R.Trekel, W.Güra, K.Käger. Akademie für Alte Musik Berlin. Dir. R.Jacobs. Harmonia Mundi HMC 901714.16. 3CDS. DDD.
Dentro de la serie de recuperaciones que última y afortunadamente inunda el mercado llega una publicación en la que tanto la obra como el autor son desconocidos en nuestros días. Se trata de un ejemplo claro de lo éefímera que puede ser la gloria puesto que Reinhard Keiser, contemporáneo de los grandes compositores del barroco alemán -Bach, Haendel, Telemann, etc-, fue un autor muy valorado en su época. Tanto como para ser considerado a su muerte por algunos como «el compositor más grande del mundo». Sin embargo nadie se ocupó de preservar sus obras, ni siquiera de transmitirnos un único retrato.
«Croesus» presenta la historia de un rey que pierde su reino frente a un pueblo enemigo cuando se hallaba en lo más alto de su gloria. Lo recuperará tras aprender lo efímera que puede ser ésta. Quizá no sea éste el caso de Keiser, que posiblemente volverá al oscuro rincón de los olvidos. La partitura no es mala, incluso presenta algunos momentos magníficos, pero resulta larga y poco diferenciable de tantas obras de la época. René Jacobs, a quien hay que agradecer su gran labor en la recuperación de obras olvidadas, promovió la representación de «Croesus» en Berlín hace unos pocos meses. Su lectura, viva como siempre, ayuda a destacar lo positivo de la obra, en especial su orquestación, y a hacerla atractiva para los oídos del presente.

AINHOA ARTETA: RECITAL. Canciones de Vivaldi, Respighi, Verdi, Fauré, Puccini, Dorumsgaard, García Abril, Montsalvatge, Guridi y Turina. Ainhoa Arteta, soprano y Alejandro Zabala, piano. ENSAYO 9810
Primer disco de la soprano española que más aparece en las revistas del corazón. Ainhoa Arteta ha recopilado las canciones que habitualmente canta en sus recitales y las que hemos tenido oportunidad de escuchar en vivo en varios lugares de la geografía española. Lo más destacable de su primer disco es precisamente el buen gusto y la inteligencia al escoger el repertorio. Se diría que ha pretendido dirigirse al mismo público que cultivan sus apariciones en prensa y desde luego lo consigue con una selección de piezas muy asequibles para el oyente y que resulta francamente variada y amena desde el Vivaldi inicial hasta el Turina final.
La interpretación es correcta, aunque ni el «Sposa son disprezzata» vivaldiano alcanza de lejos los increíbles pianos y filados de Caballé, ni el «Poema en forma de canciones» de Turina tiene la redondez de Berganza, por poner dos ejemplos. Las piezas más interesantes resultan ser las de Guridi y García Abril.

HUGO WOLF: MÖRIKE y GOETHE LIEDER. B.Hendricks, soprano y R.Pöntinen, piano. EMI 5569882.
La última premio «Príncipe de Asturias a las Artes» nos deleita con su última publicación dedicada a lieder de Wolf sobre textos de Mörike y Goethe. Sin duda una delicia por la musicalidad y el buen gusto con que Barbara Hendricks aborda sendos ciclos, en donde hallamos pequeños tesoros como «Verbogenheit» o la serie «Mignon». La extensión y la potencia del instrumento es reducida, pero la soprano aprovecha tales limitaciones justo para dotar de mayor intimidad a cada una de estas piezas que la vienen como anillo al dedo.
Los más de setenta minutos transcurren sin que nos demos cuenta y, por otro lado, se vuelve a comprobar que hay dos cosas que son diferentes: ser una artista de las que dejan su nombre en la historia de la música y ser una artista que agrada . Gonzalo ALONSO

VERDI: JERUSALEM. M.Giordani, P.Rouillon, R.Scandiuzzi, M.Mescheriakova. Coro del Gran Teatro de Ginebra y Orquesta de la Suisse Romande. Director: F.Luisi. PHILIPS 462 613-2. 3CDS. DDD
El centenario de Verdi ya se empieza a dejar sentir y como avanzadilla de cuanto llegará he aquí la primera grabación íntegra de «Jerusalem», una de las pocas obras de Verdi desconocidas a nivel popular.
Tras el inmenso éxito de «Nabucco» en la Scala, la siguiente ópera de Verdi sería «Los lombrados en la primera cruzada» y esta obra sería utilizada para la presentación parisina del compositor. París era un lugar en el que los autores italianos dirigían sus miradas con frecuencia y transformaban sus óperas para adaptarlas al gusto francés de la época por el monumentalismo. Así lo hicieron Rossini, con su «Maometto II» transformada en «Le Siège de Corinthe» o con «Mosé in Egitto» convertida en «Moïse et Pharaon» y Donizetti, cuyo «Poliuto» sería conocido en Francia con el título de «Les Martyrs». Verdi hizo otro tanto y sus «Lombardos» serían traducidos como «Jerusalem» y, naturalmente, no sólo cambió el título sino que también se reelaboró la ópera. Así encontramos un ballet en el acto III o la escena en Palestina en la que Gaston es deshonrado públicamente y condenado a una muerte de la que será salvado por una llamada a la guerra. La música es la típica del primer Verdi, vigorosa más que sutil y bastante heredera de Donizetti, pero ya con su propia personalidad. Muchos de los gérmenes de «Macbeth» son bien perceptibles.
La presente versión, grabada en Ginebra en 1998, cuenta con una dirección trepidante de Fabio Luisi y un reparto digno dentro de lo que hoy puede lograrse en el que destaca la bellísima voz de Marcello Giordani, muy en el estilo del joven Carreras que grabara los «Lombardos» par la misma casa. Marina Mescheriakova se halla un punto tirante en el registro agudo y otro tanto cabe apuntar del bajo Roberto Scandiuzzi, con una parte amplia que incluye una vibrante cabaleta. La publicación merece la pena. Gonzalo ALONSO
NESSUN DORMA. EL ARTE DEL TENOR. Arias de Monteverdi, Haendel, Rameau, Mozart, Rossini, Donizetti, Verdi, Meyerbeer, Puccini, Chaikovsky, Bizet, Offenbach y Leoncavallo. A.R. Johnson, R. Croft, J.P. Fouchécourt, F.Wunderlich, C. Pregardien, L. Alva, F. Lopardo, L. Pavarotti, P. Domingo, J. Carreras, N. Shicoff, C. Bergonzi. Orquestas varias. DGG 463 783-2.
Esta grabación ofrece un recorrido tanto por el repertorio tenoril desde Monteverdi a la primera mitad del siglo pasado, como por las voces que lo han servido desde los años cincuenta hasta nuestros días.
La selección de piezas es amena, ya que, aunque no se incluyan páginas infrecuentes y la mayoría de las arias sean archiconocidas, es la diferencia de estilos la que evita la monotonía.
El astro de la publicación es Domiingo, de quien se recogen cuatro escenas. Le sigue después Pavarotti, con tres. Y, curiosamente, la carátula del disco viene mal y el orden real es otro. ¿Es que la crisis de las discográficas lleva a que no haya nadie que cuide estas cosas?
Por lo demás, formas de cantar tan perfectas como la de Bergonzi en «Payasos» o la de Alva en el «Barbero», voces tan bellas como la de Carreras en «Tosca», artistas tan completos como Wunderlich en la «Flauta» y un muestrario de los más recientes: Croft, Lopardo o Shicoff. Es la forma oportuna de saber dónde estamos. Gonzalo ALONSO

WAGNER: DUETOS DE AMOR. Escenas de Siegfried y Tristan e Isolda. D.Voight, P.Domingo. Orquesta de la Ópera del Covent Garden. Director: A. Pappano. DDD. EMI 557004 2.
Plácido Domingo nos deslumbra continuamente, ya sea por sus novedosas y acertadas ideas como director artístico en Washington o Los Ángeles, con sus intervenciones en vivo en papeles de la dificultad de Siegmund o Herman o en grabaciones que vienen a completar su perfil canoro.
En este nuevo disco encontramos dos papeles que nunca abordará en un escenario, como Siegfried o Tristán, pero cuyos dúos de amor puede cantar perfectamente ante un micrófono, sin agobios y deleitando con su musicalidad y seductor fraseo. En la escena tercera del tercer acto de la tercera jornada del «Anillo» y en la segunda del segundo acto de «Tristan e Isolda» hay mucho que admirar, por más que alguna nota resulte forzada.
La soprano Debora Voight es una adecuada compañera en un disco bien dirigido por Antonio Pappano, futuro director del Covent Garden, que resulta original por incluir ese dúo de Siegfrido y Brunhilda que es raro encontrar aislado. Gonzalo ALONSO

MASSENET: THAIS. R.Fleming, T.Hampson, G.Sabbatini, S.Palatchi. Coro de la Ópera de Bordeaux, Orquesta Nacional Bordeux Aquitaine. Director: Y. Abel. DECCA 4667662. 2CDS DDD.
Cada día se graban menos discos de ópera y los pocos que llegan lo hacen en su mayoría por pertenecer a un repertorio olvidado o por incluir en sus repartos a figuras de las que tienen un público fiel. Ambos hechos se dan en esta «Thais», obra bastante desconocida, en la que uno de sus mayores atractivos es la presencia de Renée Fleming, una de las sopranos del presente con mayores seguidores y el no menos apreciado Thomas Hampson.
La «Thais» de Massenet, estrenada en París en 1884, es una bella ópera -muy especialmente en sus dos actos finales- que simboliza bastante el gran género lírico francés. Meyerbeer había muerto años antes, pero su influencia se deja aún sentir. En sus tres actos hay de todo un poco, arias, dúos y amplios ballets. Su música, en su exotismo, suena y tiene mucho que ver con la de «Pescadores de perlas» de Bizet de 1863 y con la «Lakmé» de Delibes de 1883.
Renée Fleming luce su atractivo timbre, probada musicalidad y emotivo vibrato en ese papel de la protagonista. Convence plenamente en la escena final, en el aria «Dis-moi que je suis belle» y en los amplios dúos con el barítono Athanaël, papel en el que se encuentra magnífico Thomas Hampson. Al lado de ambos cumplen en sus poco relevantes partes el tenor Sabbatini y el bajo Palatchi. Yves Abel es un joven director que escala posiciones con celeridad. Se trata de su primera colaboración con DECCA, pero no su primera «Thais», puesto que dirigió la obra en Niza hace poco tiempo. Su debut es esperanzador.
Una obra que merece la pena conocer y escuchar más de un par de veces en una convincente versión. Gonzalo ALONSO

LEONCAVALLO: PAGLIACCI. J.Cura, B.Fritoli, C.Álvarez, S.Keenlyside, C.Castronovo. Coros de la Radio Holandesa y Orquesta del Real Concertgebouw. Director: R. Chailly. DECCA 467086 2. DDD
He aquí una nueva versión de «Payasos» para la que la casa discográfica no ha regateado esfuerzos y ha reunido a uno de los mejores, sino el mejor reparto, que se pudiera lograr hoy para la obra de Leoncavallo, amén de una excelsa orquesta -por cierto no especializada en ópera- y uno de los directores más prestigiados del presente. Y las cosas han salido bien.
José Cura aborda el personaje de Canio con convicción. Empieza de forma bastante gutural y con una impostación no muy afortunada, pero va ganando puntos a medida que el drama cobra vida. Es curiosa su aproximación al «Vesti la giubba», en donde se han suprimido algunos excesos de la tradición. Barbara Frittoli interpreta una Nedda menos ligera de lo habitual, con más cuerpo y el resultado se agradece. Por su parte Carlos Álvarez empieza una carrera discográfica que esperemos proporcione éxitos importantes. Su voz suena discográficamente de forma diferente al vivo. Es algo que ha sucedido anteriormente con otros cantantes como Franco Corelli. Su Tonio convence y resulta poderoso, aunque se eche de menos un mayor contraste en el «cantabile» en frases como «un nido di memorie» del «Prologo». Simon Keenlyside en el pequeño papel de Silvio, con apenas un dúo que cantar, es un lujo a pesar de que estilísticamente ande algo lejos de un aldeano del sur de Italia.
Chailly no defrauda y plantea una versión muy acertada en su equilibrio al evitar las exageraciones dramáticas y la orquesta rinde al mismo nivel que nos tiene acostumbrados en el repertorio sinfónico. Una versión a considerar. Gonzalo ALONSO
MASSENET: MANON. A.Gheorhiu, R.Alagna, J.Van Dam. Orquesta Sinfónica y Coro de la Moneda. Director: A.Papano. EMI 5 57005-2. 3CDS.
Casi coincidiendo con las representaciones de la ópera en el Real se ha puesto a la venta una nueva versión de «Manon» de Massenet. Cuenta como pareja protagonista con Angela Gheorghiu y Roberto Alagna, de los pocos cantantes a quienes hoy las casas discográficas prestan más atención por sus nombres que por los títulos que desean grabar y es que la pareja vende. Vende y canta, al menos cuando no les da -y muy especialmente al tenor- por abordar papeles inadecuados para su voz.
«Manon» es un título que les encaja bien a ambos, poseedores de voces eminentemente líricas. La heroína de Meilhac ha sido encarnada en el pasado por casi todas las grandes sopranos: de los Ángeles, Tebaldi, Callas, Caballé, Freni, etc y lo mismo cabe apuntar del personaje del caballero Des Grieux: di Stefano, Kraus, Gedda, Pavarotti, etc. Pues bien, la pareja actual no desmerece de los citados. Especialmente ella, que posee un timbre de gran atractivo y un peculiar sentido dramático. Para colmo cuentan con una ayuda extra que no olieron los artistas del pasado. Estos habían de apianar y lograr las «messa di voce» por ellos mismos, mientras que nuestros Gheorghiu y Alagna cuentan también con unos técnicos de sonido que saben como adelgazar las emisiones en los micrófonos y mezclas. ¿Qué habrá de auténticamente real en nuestro mundo discográfico actual?
Entre los cantantes de los personajes secundarios merece destacarse a José Van Dam, siempre con carácter aunque la voz no sea la de antaño. Pappano dirige con acierto, aunque sin especial inspiración. Una grabación lírica de hoy que puede adquirirse sin vergüenza. Gonzalo ALONSO

ARIAS DE VERDI. JOSÉ CURA, solista y director. Arias de Aida, Don Carlo, Simon Boccanegra, Traviata, I due Foscari, Macbeth, Un Ballo in Maschera, Il Trovatore, La Forza del Destino, Otello. Orquesta Philharmonia. ERATO 8573-80232-2 DDD
Nuevo disco, tras el dedicado a Puccini, del tenor «spinto» de moda. Esta vez con arias centradas en el repertorio más dramático del compositor de Busetto. Quizá un anticipo de todo cuanto nos habrá de bombardear en el próximo centenario verdiano.
La verdad es que, escuchando con atención esta grabación, se comprende la fama de la que goza este tenor argentino descubierto en una edición de la Operalia de Domingo celebrada en Viena. Posee, al menos en disco, unas buenas dosis de comunicatividad, un timbre oscuro como pocos, agudos suficientes para su repertorio… Tiene además una personalidad definida y bien reconocible. Todo esto está muy bien. Uno oye el disco y, acostumbrado a lo que hoy tenemos, se queda contento. Lo malo es que, tras oír esta grabación, uno tuvo la mala ocurrencia de sintonizar Radio Clásica y, miren ustedes por donde, había un programa dedicado a Richard Tucker. ¡Ay, dios mío, qué diferencia! Y, claro, uno luego va y recuerda el «Celeste Aida» de Bergonzi, la «Pira» de Corelli o el «Dio, mi potevi scagliar» de Monaco. Lo más grave de todo es que Domingo, a punto de cumplir los sesenta, siga sin sustituto. Cura, ya se sabe, es el rey en el país de los ciegos. Y un rey muy atrevido, que canta y dirige la orquesta. ¿Hay quién de más? Gonzalo ALONSO

NESSUN DORMA. EL ARTE DEL TENOR. Arias de Monteverdi, Haendel, Rameau, Mozart, Rossini, Donizetti, Verdi, Meyerbeer, Puccini, Chaikovsky, Bizet, Offenbach y Leoncavallo. A.R. Johnson, R. Croft, J.P. Fouchécourt, F.Wunderlich, C. Pregardien, L. Alva, F. Lopardo, L. Pavarotti, P. Domingo, J. Carreras, N. Shicoff, C. Bergonzi. Orquestas varias. DGG 463 783-2.
Esta grabación ofrece un recorrido tanto por el repertorio tenoril desde Monteverdi a la primera mitad del siglo pasado, como por las voces que lo han servido desde los años cincuenta hasta nuestros días.
La selección de piezas es amena, ya que, aunque no se incluyan páginas infrecuentes y la mayoría de las arias sean archiconocidas, es la diferencia de estilos la que evita la monotonía.
El astro de la publicación es Domiingo, de quien se recogen cuatro escenas. Le sigue después Pavarotti, con tres. Y, curiosamente, la carátula del disco viene mal y el orden real es otro. ¿Es que la crisis de las discográficas lleva a que no haya nadie que cuide estas cosas?
Por lo demás, formas de cantar tan perfectas como la de Bergonzi en «Payasos» o la de Alva en el «Barbero», voces tan bellas como la de Carreras en «Tosca», artistas tan completos como Wunderlich en la «Flauta» y un muestrario de los más recientes: Croft, Lopardo o Shicoff. Es la forma oportuna de saber dónde estamos. Gonzalo ALONSO

VERDI. ANDREA BOCELLI. Arias de Il Trovatore, Rigoletto, Ballo in Maschera, Aida, Traviata, I Lombardi, Ernani, Don Carlo, Luisa Miller, Forza del Destino, etc. Orquesta Filarmónica de Israel. Zubin Mehta, director. PHILIPS 464 600-2
¿Ustedes han sentido alguna vez la sensación de estar deseando que termine un disco, sin poder quitarlo del aparato? Eso es justo lo que produce el presente. Hace años existió una aficionada, de apellido Foster Jenkins, de quien se publicó un álbum titulado «La gloria de la voz humana». Era todo un espanto, pero la buena señora daba conciertos en el Carnegie Hall y tenía dinero… y un marido que la hacía creer que cantaba bbien. Los aficionados acudían a reirse y los críticos escribían «Estuvo tan magistral como en ella es habitual…»
Pues otro tanto tenemos ahora con Bocelli. Es un mero aficionado y un tanto mediocre. Eso sí, con agudos que la grabación se encarga de prolongar indefinidamente. El resto, un horror. Baste, como ejemplo, la frase inicial del «Don Carlo». No se puede cantar peor. No hay línea, ni medida, se desafina…
Lo sorprendente es que haya quien compre estos productos, gente a la que se pueda engañar tan fácilmente. Y de juzgado de guardia que alguien como Mehta ayude a confundir al personal. Poderoso caballero es don dinero. Gonzalo ALONSO
ARIBERT REIMANN: LEAR. D.Fischer-Dieskau, K.Helm, H.Dernesch, J.Varady, G.Auer, etc. Orquesta y Coro de la Ópera Bávara. Director: G.Albrecht. DGG463 4802.ADD. 2CDS.
Aribert Reimann es uno de los compositores más celebrados en la Europa musical de hoy. En estas fechas se estrena su nueva ópera en el Teatro de la Ópera de Munich, basada en «La casa de Bernarda Alba» de García Lorca. En ese mismo teatro dio a conocer, en 1978, la que hasta ahora sea probablemente su ópera más famosa: «Lear». El título que a Verdi le trajo de cabeza hasta no poder nunca enfrentarse definitivamente a él, en cambio le fue bien a Reimann. Una buena parte se debió sin duda alguna al gran protagonista de la partitura, el barítono Fischer-Dieskau, que la defendió a capa y espada y realizó una interpretación inconmensurable. En uno de los papeles de sus hijas, el de Cordelia, aparecía una cantante ya famosa que llegaría a serlo mucho más: Julia Varady, su esposa actual.
La expectación y el éxito fue tan grande que la DGG realizó una grabación en vivo que se publicó un año más tarde y que se reedita ahora en compacto. Al margen de la soberbia interpretación y dirección de Albrecht, se trata de una obra nada fácil a la que los amantes de la música de nuestro tiempo conviene que se acerquen para, término odioso, comparar lo que se hacía en Europa 20 años atrás, lo que se escribía entonces y lo que se escribe actualmente en España. Es una forma de poder ubicarse y dar a cada uno lo suyo. Gonzalo ALONSO

ALBENIZ: MERLIN. P.Domingo, C.Alvarez, J.Henschel, A.M.Martínez, C.Chausson. Orquesta Sinfónica de Madrid, Coro Nacioal de España y de la Comunidad de Madrid. Director: J. de Eusebio. DECCA 467096-2. 2CDS DDD.
Interesantísima publicación, fruto de la unión de esfuerzos de la Comunidad de Madrid y el sello DECCA, que descubre un Albéniz inédito y muestra, marcando un hito, cómo han de realizarse este tipo de recuperaciones. Mucha tinta se ha vertido sobre la habilidad orquestadora del creador de «Iberia». Conocíamos su incursión en el género operístico con «Pepita Jimenez», obra irregular de algún interludio de buena factura y otros momentos un tanto débiles. «Merlín» rebasa por completo a la «Pepita Jiménez». Será dificil saber a ciencia cierta cuanto hay de Albéniz en su orquestación y cuanto de terceros, ya fueran Dukas o Ponce, pero lo innegable es que estamos ante una partitura de indudable valor sinfónico y vocal, al margen de algunas instrumentaciones ingénuas. Dentro de un aire general postwagneriano hay que distinguir entre sus dos actos, mucho más inclinado hacia los aires centroeuropeos el primero y más hispano el segundo. En él no pueden ya esconderse los orígenes del autor. La obra se halla bien construída, con una curiosa presencia del canto gregoriano, y un saber crear climax propio de un experto compositor lírico. El final del primer acto es explosivo en la participación orquestal y el del acto segundo todo un tour de force para la mezzo.
José de Eusebio, «redescubridor» de la partitura, sabe que es su oportunidad y pone toda la carne en el asador, logrando magníficos resultados de los conjuntos participantes. Los papeles masculinos se encuentran mucho mejor cantados que los femeninos, bastantes veces tensos y con partes más comprometidas. Domingo, pese a alguna nota que «chirría», es todo un lujo como el Rey Arturo y lo mismo cabe apuntar de Álvarez. Ya sólo queda su presentación escénica y merecería la pena. Gonzalo ALONSO

BERNSTEIN: CANTATA DE LA CASA BLANCA. T.Hampson, J.Anderson, B.Hendricks, K.Tarver. London Voices, Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Kent Nagano. DGG 463448-2
De vez en cuando aún se publican obras prácticamente desconocidas y muy bien presentadas que resultan una delicia y sugieren caminos por los que intentar paliar la imparable crisis del disco que vivimos. Éste es uno de esos casos.
La «Cantata de la Casa Blanca» es una adaptación de un musical que Bernstein produjo en colaboración con Alan Jay Lerner entre 1972 y 1976 de nombre «1600 Pennsylvania Avenue», que no es otra cosa que la dirección de la Casa Blanca. Se trata de una reunión de escenas que atañen al primer siglo de la historia del gobierno en la famosa mansión, con los presidentes Washington, Adam, Madison, Jefferson, Monroe, Buchanan, Grant, Roosvelt, etc.
Bernstein escribió curiosamente más música para esta pieza que para cualquier otro musical de los que compuso, agregando, quitando y ampliando números sobre la marcha, sobre los que DGG ha realizado una selección. Los números nos suenan justo a la música de la época que reflejan en una homogeneidad de estilo muy típica de su autor. En esta ocasión hay diferencias peculiares respecto a la orquestación sinfónica habitual, como la ausencia de violas, la presencia de instrumentos eléctricos o la parte realzada del teclado. El papel de Bernstein como compositor aún no se halla suficientemente valorado, cuando se trata sin duda de unos de los grandes compositores de la segunda mitad del siglo XX. Con Bernstein sucede lo que con todos los grandes desde Monteverdi a Shostakovich, pasando por Mozart, Schubert, Beethoven, Brahms, Mahler o Strauss: la autoría de sus composiciones es inequívoca, perfectamente reconocible.
RAPSODIA BRASILEÑA. Canciones de Brasil. Daniel Barenboim, solistas vocales e instrumentistas. TELDEC 8573-806512. DDD
Daniel Barenboim nos dejó asombrados hace unos pocos años con un compacto dedicado a tangos de su país natal. Ahora reincide en aquel fenómenos con una música que, en principio, le es más ajena pero en la que logra resultados magníficos.
Basta para ello ser todo un músico, tocar el piano con sentimiento y fraseo, rodearse de gente de calidad y entregada… Lo que pasa es que esto no es poco. El pianista lleva también la voz cantante -el que canta realmente en un par de piezas es Milton Nascimento- como director de un grupo compuesto por violín, flauta, oboe, clarinete, contrabajo y percusión. Los arreglos de Bebu Silvetti, acertados por su simplicidad y frescura, nos recrean canciones tan conocidas y bailadas por nuestros padres como «Tisteza» o «Mañana de Carnaval» e incluso se atreven con las «Bachianas brasileiras n.5» de Villa-Lobos, aunque sin voz.
Un disco sin pretensiones para disfrutar y evocar. Gonzalo ALONSO
ERKLÖNIG, EL ARTE DEL LIED: Lieder varios de Schubert, Schumann y Brahms. D.Fischer-Dieskau, F.Wunderlich, C.Ludwig, J.Norman, G.Moore, J.Demus, H.Giesen, D.Barenboim, C.Eschenbach e I.Gage. DGG 445 1882. ADD.
Sin duda un compacto perfecto para quienes todavía no se hallen muy introducidos en el difícil mundo del lied y deseen acercarse a él de una forma más o menos suave. No sólo recoge obras de, si cabe, los tres compositores más representativos del género, sino algunas páginas de las más conocidas como la «Serenata», «La trucha», «A la música» o «La muerte y la doncella» -por citar cuatro de un mismo autor-, sino que los intérpretes son magníficos. Se trata de un cuarteto de grandes entre los grandes, encabezado por ese inigualado Fischer-Dieskau, que acaba de cumplir 75 años, e integrado por Jessye Norman, Christa Ludwig y el «milagroso» tenor que fue Fritz Wünderlich. Voces variadas de soprano, mezzo, barítono y tenor, para un repertorio que abarca desde las canciones ligeras a las más trágicas, con acompañamiento pianístico inmejorable de Gerald Moore, Demus o Berenboim.
Lo dicho, un compacto para iniciarse o para llevar en el coche cualquiera de los que ya disfrutamos del mundo del lied. Gonzalo ALONSO

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