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UN MAHLER QUE MIRA AL FUTURO
SONIDOS DE PÁJAROS
Por Publicado el: 22/10/2007Categorías: Crítica

Gardiner en El Escorial

MOMENTOS DE RARA POESÍA

Brahms y el Romanticismo. Obras de Schubert y Brahms. Orquesta Revolucionaria y Romántica. Coro Monteverdi. Natalie Stutzmann, contralto. Director: John Eliot Gardiner. Ciclo Sinfónico Caja Madrid. Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial. 21-10-2007.

Las habituales maneras directoriales de Gardiner, suaves, elegantes, discretas, su forma de modelar la música en el aire, su criterio claro y su espíritu clásico tuvieron magnífica plasmación en la límpida ejecución de el “Canto de los espíritus sobre las aguas” de Schubert en su versión para coro masculino y pequeño conjunto de cuerdas. Los tenores no poseen timbres precisamente bellos, pero acentuaron muy bien. La poética composición, sobre texto de Goethe, fluyó serenamente. Como lo hizo la inefable música, también con palabras de Goethe, de la “Rapsodia para contralto y coro de hombres” de Brahms. Natalie Stutzmann dotó de un especial colorido, oscuro y pastoso –emanado de un instrumento de corto volumen-, a las bellísimas frases, en especial a la que inaugura el aria, “Ist auf deinem Psalter”, en donde empasto maravillosamente con el coro. Un instante extraordinario.
Todo lo demás casi nos pareció accesorio, incluso las meritorias interpretaciones de las versiones de Brahms de dos magistrales lieder de Schubert, “Gruppe aus dem Tartarus” y “An Schwager Kronos”, en los que la voz solista es sustituida por coro masculino al unísono. Las “Variaciones sobre un tema de Haydn” del músico alemán tuvieron un buen tratamiento tímbrico y una buena calibración de intensidades. La coda acusó una evidente carencia de intensidad, de musculatura, uno de los problemas que aquejan, según creemos, a las interpretaciones románticas de Gardiner, aquí menos compuesto desde un punto de vista gestual, al frente de su excelente Orchestre Révolutionnaire et Romantique, que emplea instrumentos de la época. Lo que no da siempre garantías de máxima solvencia. La “Primera Sinfonía” del hamburgués, ejecutada con la repetición del movimiento inicial, se expuso con general claridad, temple y ciertas prisas en el finale. Buen equilibrio general de voces, instantes de cauteloso lirismo, colorido generalmente plano y una evidente falta de dramatismo en todo el desarrollo del tiempo inicial y en la introducción del último. Arturo Reverter

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