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Por Publicado el: 17/10/2017Categorías: En vivo

Magdalena Kozená y El Pipa: agua y aceite

Magdalena Kozená y El Pipa: agua y aceite

Las voces del Real. Canción barroca y baile flamenco. Magdalena Kozená, Antonio el Pipa y su compañía. Private Musicke. Teatro Real, 13 de octubre de 2017.

No es mala idea mezclar, combinar, fundir, establecer lazos, conexiones entre tendencias, estilos, formas en busca de nuevos lenguajes y sorprendentes figuraciones, ritmos, expresiones enriquecedores que, por lo que toca al mundo de la música, acaba por crear inusitados puentes y establecer rompedoras e inesperadas estructuras. Gracias a esas descubiertas, a esos sondeos penetramos a veces en misteriosos y atractivos territorios. De ahí que no veamos mal esas aventuras, que en los últimos tiempos han producido, gracias a la inventiva de sus protagonistas, interesantes logros, excitantes conquistas musicales.

Una de las más relevantes ha sido en los últimos tiempos la conseguida por la Accademia del Piacere que dirige Fahmi Alqhai, que ha obtenido unos resultados deslumbrantes en su alianza con el cantaor Arcángel y su grupo flamenco en su intento de unir músicas del barroco español –creadas aquí y al otro lado del Atlántico- con palos, acentos, cantes de la más rancia estirpe. Un trabajo realizado a conciencia y que procura un espectáculo del más alto voltaje. En este caso el mestizaje es absoluto y elocuente. Rasgos que no observamos en la propuesta que nos ofrecen la mezzosoprano morava Magdalena Kozená y el bailaor Antonio el Pipa.

Dice en sus excelentes notas al programa la profesora Tess Knighton que “aunque las diferencias entre la canción cortesana del siglo XVII y la música gitana andaluza son claramente evidentes, existen también notables similitudes en su enfoque, como ponen en evidencia la música de baile y el acompañamiento instrumental improvisado, así como el tema: la agitación emocional provocada por el amor”. Cosa cierta que no se ha vislumbrado en este aburrido espectáculo pues en casi ningún momento se establece esa conexión. Excepto en un par de instantes en los que se produce una tímida fusión vocal-instrumental –así en la hermosa canción “Esperar, sentir, morir” de Juan Hidalgo-, en el resto los dos grupos funcionan por separado.

Asistimos de este modo a un desfile alternado de números instrumentales y vocales, por un lado, y a una serie de números de baile basados en distintos palos: cantiñas, tarantos, tangos, soleares por bulerías en los que El Pipa, bailaor/bailarín creativo y elocuente, derrocha esfuerzo e inventa pasos, algunos de ellos muy rebuscados, haciendo gala de agilidad y excelente forma física y mostrando un amplio e innecesario guardarropa, en algún caso demasiado abigarrado.

Las tres esculturales chicas del pequeño cuadro flamenco cantan con poca voz aunque con estilo y los dos guitarristas, con el autor de algunos arreglos, Juan José Alba en primer lugar, manejan con soltura su cometido. Como lo hace, en el frente contrario, el pequeño grupo de cinco instrumentistas Private Musicke, comandado por el guitarrista barroco Pierre Pitzl y en que participan tres excelentes músicos españoles (Manuel Vilas, arpa, Jesús Fernández Baena, tiorba, y David Mayoral, percusión). Tocaron bien y con gusto, pero con escaso nervio y animación. Les faltó remango, alegría, intensidad.

Puede que esa fuera la impronta impuesta por Kozená, que era la gran coprotagonista junto a El Pipa. La mezzo posee una voz lírica, de timbre agradable, ligeramente nasal, y tersa emisión, con notas graves descoloridas y un centro no exento de carnosidad. Canta con inteligencia, muy medida, pero con poca pasión y relativa presteza a la hora de imponer lo que se hubiera querido que fueran más excitantes ritmos danzables en piezas de Marín, Durón el mencionado Hidalgo o Martínez de Arce, que parecen pedirlo. En ocasiones se emparejó, algo sosamente, al bailaor. En definitiva una sesión más bien plúmbea y un inicio de ciclo poco estimulante. No parece que este programa sea el más adecuado para uno titulado Voces del Real. Arturo Reverter

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