Polémica en Gante. El Festival de Flandes Gante ha anunciado la suspensión del concierto de la Filarmónica de Múnich programado para el próximo 18 de septiembre por la vinculación de su titular, Lagav Shani, con la Filarmónica de Israel. Desde la organización del evento, se ha defendido esta cancelación aludiendo al poder de la música como “fuente de conexión y reconciliación” en el marco del genocidio de Gaza. Por su parte, la formación alemana y el Ayuntamiento de Múnich han mostrado su desacuerdo por la medida.

El director Lahav Shani

El Festival de Flandes Gante ha anunciado la cancelación del concierto de la Filarmónica de Múnich previsto para el 18 de septiembre, alegando la imposibilidad de garantizar un contexto de “respeto y seguridad” debido a la posición de su director titular, Lahav Shani, también director musical de la Orquesta Filarmónica de Israel.

En un comunicado, la organización señaló que la decisión responde a “la convicción de que la música debe ser una fuente de conexión y reconciliación” y que, en el actual clima social y político, no podía ofrecer “suficiente claridad sobre la actitud de Shani hacia el régimen genocida en Tel Aviv”. El festival afirmó que sigue el llamamiento del Ministerio de Cultura belga, el ayuntamiento de Gante y parte del sector cultural de la ciudad para evitar colaboraciones con entidades o artistas que no se hayan distanciado de forma inequívoca del gobierno israelí.

“Dadas la inhumanidad de la situación y las reacciones emocionales que provoca también en nuestra sociedad, creemos que no es deseable que este concierto siga adelante. Optamos por mantener la serenidad de nuestro festival y salvaguardar la experiencia musical de nuestros visitantes y músicos”, señaló la dirección.

El festival recordó que el resto de su programación, prevista entre el 12 de septiembre y el 2 de octubre, se desarrollará con normalidad y reiteró su compromiso con la “fuerza universal de la música”.

La decisión provocó una inmediata y enérgica respuesta por parte de la Filarmónica de Múnich y el propio ayuntamiento de la ciudad alemana. En un comunicado conjunto, ambas instituciones calificaron la cancelación de “inaceptable” y aseguraron estar “consternadas” por un acto que, según afirman, responde a presiones de grupos activistas y autoridades políticas belgas.