Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

¡Cerremos el Maestranza!
«Nadie acariciará mi blanco pecho» Lady Macbeth en el Real
Por Publicado el: 08/12/2011Categorías: En la prensa

Barenboim desata la euforia en La Scala

Barenboim desata la euforia en La Scala
El director judío se estrena como director musical del coliseo con una poderosa El Mundo. 8/12/2011
Don Giovanni, el seductor nato, enamoró anoche al público de La Scala en la apertura de la temporada lírica. La ópera de Mozart, con la que Daniel Barenboim se estrenaba oficialmente como director musical del teatro milanés y que contó con una cautivadora dirección artística a cargo del canadiense Robert Carsen, desató una ovación de 12 minutos.

Barenboim, que en los cuatro años que hasta ahora había estado ejerciendo como director de referencia de La Scala se ha metido en el bolsillo al público del teatro milanés, recibió una auténtica aclamación. Pero también los cantantes Peter Mattei (Don Giovanni), Anna Netrebko (Donna Anna), Barbara Frittoli (Donna Elvira) y el resto del reparto desataron fuertes aplausos. Y qué decir de Robert Carsen: su sugestivo montaje del Don Giovanni, el primero que realiza específicamente para el teatro milanés, fue todo un éxito.

Carsen rindió un homenaje a La Scala al situar buena parte de la acción de Don Giovanni -que según el libreto de Lorenzo Da Ponte transcurre en una ciudad española- en un teatro dentro del teatro. Nada más salir a escena el barítono Peter Mattei dando vida al libertino seductor, descorrió de un tirón el telón, para revelar en el escenario un teatro idéntico al de La Scala, y creado a través de un juego de espejos que reflejaba el teatro real. Además, y en un nuevo guiño al considerado templo mundial de la lírica, durante el célebre baile de máscaras de Don Giovanni Carsen vistió a todos los participantes del mismo terciopelo rojo de La Scala, que caracteriza a las butacas del teatro milanés.

Y no sólo eso: el canadiense también se permitió otras licencias. Para llevar aún más lejos su caleidoscópico juego de espejos hizo que el Comendador, en vez de materializarse en el cementerio, lo hiciera en el Palco Real. Y como ya hiciera Peter Brook, dio una vuelta de tuerca al libreto original, que concluye con Don Giovanni en el infierno: ayer el seductor salió del averno para reaparecer en escena vestido de esmoquin y fumándose tranquilamente un puro. Un modo con el que Carsen quería demostrar su simpatía hacia el personaje y salvarle. «Es un sol alrededor del cual giran todos los demás, un huracán de energía del que todos necesitan y que genera más energía», según le ha definido el canadiense. «Para mí Don Giovanni es un libre pensador, un hombre que ama la libertad, un existencialista. Es auténtico».

Pero la otra ópera que ayer se escenificó en La Scala, y que bien podríamos llamar La nueva y regenerada Italia fue asimismo acogida con vítores. En el palco de honor del teatro milanés estaba el presidente del país, Giorgio Napolitano, el artífice de haber puesto en pie un nuevo Gobierno capaz de tomar las riendas del país tras la caída de Silvio Berlusconi. Y también estaba el nuevo primer ministro italiano y gran aficionado a la lírica, Mario Monti, quien desde hace años es asiduo a la apertura de la estación de ópera de La Scala.

Y, por si no fuera suficiente, tres ministros del nuevo Ejecutivo italiano acudieron también a la cita: empezando por Lorenzo Ornaghi (el titular de Cultura), Annamaria Cancellieri (ministra de Interior, Corrado Passera (al frente de Desarrollo Económico e Infraestructuras y miembro del consejo de administración de La Scala) y concluyendo con Piero Giarda (ministro de Relaciones con el Parlamento, apasionado de la lírica y ex vicepresidente de la Fundación La Scala).

Todo un cambio, visto que Berlusconi -a quien la ópera le aburre solemnemente- no se dejaba caer por La Scala desde hacía cuatro años. Y Sandro Bondi, su ministro de Cultura, llevaba dos años sin atreverse a poner en pie un 7 de diciembre en el teatro milanes, por el temor (justificado) a ser salvajemente abucheado. Pero, siguiendo con el juego de espejos llevado a escena por Robert Carsen, el caso es que Berlusconi estuvo ayer muy presente ayer en La Scala: al fin y al cabo muchos vieron en el libertino Don Giovanni un retrato del ex primer ministro italiano y de su supuesta adicción al sexo compulsivo…IRENE HDEZ. VELASCO ROMA

Un cartel de solidez y mucho lujo
Disminuye el tamaño del texto
Aumenta el tamaño del texto
En los próximos meses, La Scala ofrecerá representaciones de algunas de las óperas que conforman lo mejor del repertorio clásico en el ámbito de la lírica: Los cuentos de Hoffman (Jacques Offenbach); Aida (Giuseppe Verdi); La mujer sin sombra (Richard Strauss); Las Bodas de Fígaro (Mozart) y de los ballets Giselle o Excelsior. Una selección que tiene el sello y ráfagas de la exquisita personalidad del director del coliseo, Daniel Barenboim. El gran timonel de La Scala fue nombrado director del mítico teatro el 13 de octubre, y el 1 de diciembre tomó posesión del cargo, vacante desde 2005. El director de orquesta ya rechazó el cargo en 2005, por no querer ningún puesto que conllevara «la más mínima responsabilidad administrativa». Pero con el tiempo se lo pensó mejor. Barenboim, que colaboraba con La Scala desde 2006 como director de la orquesta «de referencia» con la obligación de dirigir al menos hasta 2011 dos producciones por temporada, estará en el puesto hasta 2016. Hasta entonces promete ser también una de las referencias entre las programaciones de los más importantes teatros de ópera del mundo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023