Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

Barenboim desata la euforia en La Scala
Joaquín Achucarro, Académico Medalla Letra A de la Real Academia de Bellas Artes de Granada.
Por Publicado el: 04/12/2011Categorías: En la prensa

«Nadie acariciará mi blanco pecho» Lady Macbeth en el Real

ÓPERA
«Nadie acariciará mi blanco pecho»
EL MUNDO 4/12/2011
‘LADY MACBETH DE MTSENSK’
Compositor: Dimitri Shostakóvich. / Dirección musical: Hartmut Haenchen. / Dirección de escena: Martin Kusej. / Coro y orquesta titular del Teatro Real. / Intérpretes: Vladimir Vaneev, Ludhovít Ludha, Eva-Maria Westbroek. / Escenario: Teatro Real / Fecha: 3 de diciembre.

Calificación:

Un retrato de mujer. La heroína de Shostakóvich poco tiene de la princesa sedienta de poder con quien el título de la ópera se empeña en emparentarla. Katarina es casi, o sin casi, una asesina en serie, pero el resorte de la violencia no lo articula la maldad, sino la miseria. Miseria existencial que ha corrompido la moralidad, atacada por los dos grandes enemigos de la mujer casada en una sociedad aún decimonónica: el tedio y el desamor. Ella es rica, pero carece de lo esencial. Se aburre mortalmente y el tiempo vacío, la lentitud de las horas que fluyen implacables, exacerban un sentimiento de abandono que la ahoga. Qué torpe fue al casarse con un hombrecillo anodino reduplicado en su padre, el suegro tremebundo que acecha a su nuera con el rigor de un policía y la insidia de un rival celoso. Comprendemos que ella se entregue a su amante, y tanto nos ha seducido el dolor de la criminal que no vemos sus manos ensangrentadas, y pensamos que si el suegro, el marido y la rival acaban así, es que se lo merecían.

Eva Maria Westbroek es una arrolladora protagonista, que despliega con perfecto dominio la gama completa de la mujer sufriente. Es sensual y tierna, ardiente y cruel, entregada y desesperada; se impone a los vaivenes de la puesta en escena, a la vulgaridad del vestuario, y al resto del reparto, suficiente en los papeles secundarios; al suegro le falta truculencia y autoridad, frente a un amante que va ganando confianza vocal poco a poco. Pero es ella quien capitanea a los demás, bien secundada por un coro poderoso que se mueve con facilidad en sus abundantes intervenciones, sin extrañar la obra infrecuente.

La música tiene la transparencia del cristal y la dureza del acero, a la vez que se colorea con la carcajada angustiosa de la fanfarria. Los arrebatos se ahogan en el lirismo o galopan hacia la muerte al son de un redoble. El espectador recibe ráfagas de lluvia helada, debe soportar el espectáculo de la barbarie y la visión atroz de la injusticia. Pocas óperas tan catárticas como ésta. La batuta de Hartmut Haenchen consigue de la orquesta un bello sonido, al que le falta en ocasiones mayor tensión y brillantez, pero que transmite el peculiar estilo del compositor con justeza y propiedad.

La producción de la Ópera de Amsterdam es irregular. En su empeño de servir la crudeza del drama cae en la tentación del feísmo, confundiendo la inmediatez sexual con la ropa interior. Si la primera escena, con el rectángulo encristalado que encarcela a la heroína, resulta obvia, el último acto donde los deportados viajan hacia Siberia, es de gran efectividad. Alvaro del Amo

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023