Festival de El Escorial
Optimismo ante todo
“Candide” de Bernstein. J.Bosh, A.Comas, M. Rey-Joly, E.Diago, A.Mateo, A.Sánchez, J.Cifuentes, X. Ribera-Vall, C.San Martin. Joven orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. P. Mir, diección de escena. M.Coves, dirección musical. Teatro de El Escorial, 29 de julio.
Nada de tragedias en esta edición del Festival de El Escorial, de un lado una “Barbero de Sevilla” divertidamente disparatado y de otro la opereta o musical cómico “Candide” de Berstein sobre un texto de Hugh Wheeler basado en la peculiar obra homónima de Voltaire. Bernstein, que ya tenía en su haber “West side story”, no tuvo suerte en sus inicios con la nueva obra, que tardó casi desde 1956 hasta 2005, con una radiante producción en el Lincoln Center neoyorquino, en gozar de real popularidad, a pesar de existir un dvd de 1989 dirigido por el propio compositor con June Anderson, Nicolai Gedda y Christa Ludwig con el que se empezó a hacer justicia a la partitura. Esta está llena de comicidad y de algunos números con clase, entre los que sin duda se encuentra la obertura, si bien no reúne homogeneidad a lo largo de toda su duración y, de alguna forma, siempre se está esperando en vano que suene “There’s a place for us”. Es curioso el paralelismo que existe entre el argumento viajero de la sátira de Voltaire y nuestra zarzuela “Los sobrinos del capitan Grant”, uno de los hits del teatro de la calle Jovellanos que también lleva la firma de Paco Mir. Si en la obra de Fernández Caballero es impresionante el despliegue de medios, en la de Bernstein recurre a una gran simplicidad escénica, con la orquesta en el escenario y la acción delante de ella, que maneja con inteligencia para crear momentos de auténtica hilaridad. La escena en Buenos Aires, con una actuación magistral de Juanma Cifuentes, es una gansada que no tiene desperdicio. Otros números, también hay que apuntarlo, serían perfectamente prescindibles porque aportan poco y hacen perder ritmo al espectáculo.
Funcionan muy bien los jóvenes conjuntos de la Comunidad de Madrid al mando de Manuel Coves, así como un reparto en el que no hay sombras ni en lo vocal ni en lo escénico, encabezado por Antonio Comas, que resuelve bien las exigencias demasiado centrales para un tenor en algunos momentos, y María Rey-Joly. Todos se lo pasan bien en su trabajo y transmiten su entusiasmo al público, que vitorea y sale encantado de un espectáculo le devuelve la sonrisa frecuentemente perdida en lso últimos tiempos. Será también un éxito cuando, este invierno, llegue al Canal. Gonzalo Alonso