Con menos medios… La Razón 30 de baril 2006
Ciclos Musicales de la CAM
Obras de Martínez Palomo y Mahler.
Marussa Xyni. Orquesta Sinfónica de
Madrid. M. Gómez Martínez, director.
Auditorio Nacional. Madrid, 26-IV-2006.
Por algún motivo los «Ciclos Musicales
» de la Orquesta Sinfónica
de Madrid, fi nanciados por la Comunidad
de Madrid, son un ciclo
pobre en ciertos sentidos. Por
ejemplo en el publicitario. Muy
poca gente se puede enterar de sus
programas porque su «merchandising
» deja bastante que desear.
Pero también en el diseño de sus
programas de mano. Posiblemente
se trata del único ciclo en el que no
se recogen los textos de las obras a
interpretar con su correspondiente
traducción al español.
Por eso, entre otras cosas, nadie
se pudo enterar de los poemas de
Juan Ramón Jiménez que sirven de
base a los «Cantos del alma, fantasía-
suite para soprano, clarinete y
orquesta» de Lorenzo Martínez
Palomo (Ciudad Real, 1938). Y
menos del de «La vida celestial»
que cierra la «Cuarta» sinfonía de
Mahler. La soprano griega Marussa
Xiny brilló más en esta última
obra, en la que resultó una gratísima
sorpresa, superando por muchos
puntos a Juliane Banse, quien
había cantado la misma partitura
cuatro días antes con la Jugend
Mahler Orchester y Claudio Abbado.
Terrible coincidencia.
Sólo la plantilla marcaba ya una
diferencia. Los doce contrabajos
de Abbado habían pasado a siete y
así el resto. Pero la plantilla de Gómez
Martínez era mucho más
próxima a la pensada por el compositor.
La versión también lo fue
en la indicación de Mahler respecto
al último tiempo: «Es muy importante
que el canto sea acompañado
con mucha discreción». De aquí
también la superioridad de Xiny
respecto a Banse. Nada más empezar
el primer tiempo se apreciaron
las diferencias orquestales, muy
especialmente en la cuerda. A la
Sinfónica de Madrid le hace falta
alguien que le prepare los arcos
según los estilos. Esta sinfonía no
es nada fácil y tampoco los ensayos
numerosos, pero Gómez Martínez
es un director solvente que sabe
transmitir lo importante en poco
tiempo. De ahí que, una vez «olvidadas
» las diferencias, el oyente
pudiese disfrutar de una versión
con un especialmente buen tercer
tiempo.
Los «Cantos del alma» del injustamente
poco conocido Martínez
Palomo tienen la virtud de no asustar
al oyente, que se imbuye en un
mundo entre debussiano y andaluz.
Los bravos surgieron de forma espontánea
al terminar el Mahler.
La soprano griega
Marussa Xiny resultó
una gratísima
sorpresa y superó a
Juliane Banse
Gonzalo ALONSO
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